El arte a la luz del semáforo en Guatemala
Para los automovilistas, la luz amarilla los pone en alerta, les indica que la luz roja aparecerá y deberán parar, mientras para otras personas anuncia que en pocos segundos se iniciara un show.
Para los automovilistas, la luz amarilla los pone en alerta, les indica que la luz roja aparecerá y deberán parar, mientras para otras personas anuncia que en pocos segundos se iniciara un show.
Posiblemente sea la misma rutina de hace unos segundos, tal vez con una pirueta o una sonrisa extra, pero la más mínima variación, mientras el público que los observa es completamente distinto y muchos ajenos a lo que ven.
Los artistas se paran al frente de la larga fila de autos. Sonriendo agitados pero con entusiasmo, se toman unos segundos para saludar y se ponen manos a la obra.
A ellos los impulsa el amor al arte, la devoción por lo que hacen, las ganas de viajar y explorar el mundo y de la misma manera ganandose el sustento diario, haciendo lo que les gusta.
Algunos han dejado su propios trabajos, así cada mañana, estos artistas callejeros salen en busca de un escenario para trabajar y entretener a los pilotos y a su acompañantes. De esta manera, alrededor de cinco horas diarias, recolectan el dinero suficiente para pagar su hospedaje, comida e implementos de su oficio.
Muchos de los que se ven por las calles de Guatemala son extranjeros que están de paso. Los artistas callejeros, que no sólo viven de esto sino que también se dedican a las artesanías, música o teatro, entrenan, investigan y crean sus propios trucos para mejorar día a día y ofrecer siempre algo diferente e interesante.
Dificultades al expresarse
Sus herramientas de trabajo son cualquier cosa que pueda manipularse con ingenio para entretener y ganarse alguna moneda o en el mejor de los casos, algún billete.
A pesar que cuentan con dificultades, donde algunos los reciben con una mala mirada, un insulto o en zonas populares son retirados de esos semáforos o como ellos indican, de sus propias oficinas callejeras improvisadas, donde incluso les quitan sus herramientas.
Los artistas callejeros fueron desarrollando su interés, técnicas y talento gracias al impulso de otros. Pero sus metas no siempre son las mismas.
Algunos lo hacen para viajar y vivir el día a día, otros lo hacen para algún día dedicarse a esto profesionalmente o tener espectáculos propios.
Estos artistas desplegan todo su talento bajo la luz roja del semáforo, repitiendo algunas rutinas como si fuera un show distinto minuto a minuto. Hay distintos tipos de ellos y cada uno tiene su especialidad y estilo. Los vehículos sobran y el público se renueva cada un minuto. Los artistas ofrecen el espectáculo, las personas ponen el precio.