Ana Isabel, desde su nacimiento ha sido ejemplo de lucha y perseverancia
Ana Isabel, su nacimiento se complicó causándole lesión cerebral. Así comienza su lucha constante, hoy es una mujer resiliente, llena de sueños y metas.
Ana Isabel ejemplo de lucha y perseverancia
A veces en las debilidades e imperfecciones descubrimos el gran poder de dios, por más absurdo que parezca, las debilidades se convierten en nuestra más grande fortaleza.
Con profundo amor Ligia y Juan Miguel unieron sus vidas. El milagro se hizo presente con el nacimiento de Ana Isabel. Ligia tuvo un paro cardio-respiratorio a causa de la anestesia durante el embarazo en donde le faltó oxígeno al cerebro de la bebé que le provocó lesión cerebral severa.
A los seis meses de nacida ligia y juan miguel comenzaron a notar un atraso lo cual afectó las seis áreas de desarrollo, el área visual, auditiva, táctil, movilidad, lenguaje y capacidad manual.
Juan Miguel relató, “Los primeros cuatro años de vida de Ana Isabel fue de búsqueda de alternativas, de consejos médicos, de terapias”.
La desesperación los llevó a buscar ayuda fuera del país y encontraron en Philadelphia la institución para lograr el potencial humano creado por Glen Doman.
La decisión implicaba realmente dejar atrás buena parte de nuestra vida era dedicarnos completamente a formarnos como terapeutas de nuestra hija, a dejar atrás gustos personales comodidades y simple y sencillamente a vivir en base a prioridades.
Mecanoterapia, fisioterapia, terapias del habla y ocupacional recibió Ana Isabel sus primeros cuatro años.
Con fe, esperanza y siempre unidos, los esposos Martínez de león comenzaron junto a Ana Isabel el camino hacia infinitos milagros que recibirían en este programa de tratamiento que de alguna manera se convirtió en un estilo de vida.
Era regresar a las cosas básicas en realidad nos gustó mucho este programa que nos empezaron a enseñar en este programa, teníamos que ensañarle a nuestra hija a arrastrarse aprender a gatear, para luego aprender a caminar.
Cada seis meses debían de viajar a Philadelphia y en ese momento era una inversión inalcanzable, decidieron entonces anotar cada uno de los metros que Ana Isabel se moviera y que significaba una mejoría, una bendición y una alegría para la familia.
Durante los siete años trabajaron en la casa ya adecuada en donde Ana Isabel que estuvieron trabajando la casa Ana Isabel se arrastró, gateó, braqueó en el pasamanos, caminó, corrió, nadó y bicleteó 7,000 kilómetros la distancia de Guatemala a Philadelphia, y un poco más.
Una de las decisiones fue realmente que nuestra casa se convertir en un centro de rehabilitación en su momento no sabíamos que iba a ser un centro de estimulación para nuestro hijo.
Decidieron quitar todos el amueblado y venderlo para tener más espacio y agenciarse para viajar la siguiente vez y recibir la capacitación.
Aprendimos que en la vida tomar decisiones implica dejar cosas, y eso implicó para nosotros dejar comodidades, estereotipos, de lo que era una familia, un profesional.
Con mucha fe y entusiasmo comenzaron a trabajar los primeros 6 meses de ocho a 12 horas diarias 7 días a la semana por siete años. Se levantaban a las 4 de la mañana. El programa de gravedad asistida fue particularmente divertido para la familia.
Nos convertimos como en los profesores de matemática, sociales idiomas etc., fue diseñar los programas intelectuales, y darles los diferentes materiales.
Todas las actividades las realizaba junto a su hermano Alejandro, hasta que llegó el momento después de 11 años Ana Isabel ingresó al colegio.
Ligia expresó, “cuando Ana Isabel entró estábamos asustados como papás, no sabíamos que iba a pasar, para sorpresa nuestra los milagros siguieron sucediendo su nivel de aceptación fue excelente”.
Años de dedicación dio su fruto Ana Isabel llegó a ser abanderada y socialmente fue adquirido destrezas seguridad y confianza. Fue muy feliz
Actualmente Ana Isabel estudia en la universidad cursando en segundo semestre de la carrera de Licenciatura en Mercadotecnia.
su papá defina a Ana Isabel es una chica luchadora, alegre, optimista, responsable, alegre con mucho entusiasmo y esperanza ante la vida. Y para su mamá, muy diligente, muy organizada, muy motivada diría yo.