Cuáles son las ventajas y desventajas de la cada vez más popular copa menstrual
En realidad no es una idea nueva: las copas menstruales se empezaron a producir a nivel industrial en los años 30, con grandes altibajos de uso.
Redacción
BBC Mundo Salud
“Para mi es maravillosa, ojalá la hubiera descubierto antes”, le dijo a BBC Mundo una fan declarada de la copa menstrual, quien la descubrió a los 43 años.
Después de dos años utilizándola, Uxía -que prefirió no dar su verdadero nombre- asegura que es la opción más cómoda que ha probado hasta ahora.
Su historia es una más del creciente número de mujeres que en años recientes se ha animado a probar este método para lidiar con el periodo, que literalmente recoge en una pequeña copa de silicona insertada en la vagina la sangre de la menstruación.
En realidad no es una idea nueva: las copas menstruales se empezaron a producir a nivel industrial en los años 30, con grandes altibajos de uso a los largo de las décadas.
Pero en años recientes se han vuelto más populares, gracias a nuevos materiales que las fueron haciendo más cómodas e hipoalergénicas, así como a una mayor conciencia ambiental.
Muchas se animan a probarla por el boca a boca, como Marta, a quien se la recomendó su hermana.
“Es una buena alternativa si tienes conciencia ecológica y no quieres generar residuos”, le dijo a BBC Mundo.
Esta joven de 21 años empezó a usar la copa menstrual hace dos o tres años. Pero si bien al principio la utilizaba todo el tiempo ahora la alterna con el uso de compresas.
“A veces me molestaba”, admite.
“La utilizo siempre para dormir, para ir a la piscina o la playa. Pero cuando hago ejercicio me da la impresión de que se me mueve y me puedo manchar”, dijo, aunque puntualiza que varias de sus amigas y conocidas están muy contentas con ella y la usan todo el tiempo, incluso cuando hacen deporte.
Aquí te contamos cuáles son las ventajas y las desventajas de estos artilugios menstruales.
5 ventajas
Tanto los fabricantes como las usuarias con las que habló BBC Mundo coinciden en las principales ventajas:
1. Más baratas a largo plazo. Aunque el precio inicial es más caro, ronda los US$26 dependiendo de la marca, a largo plazo se gasta menos que comprando otros productos para la menstruación como compresas o tampones.
Según el fabricante de la marca Mooncup, la copa menstrual compensa su precio en cuestión de 6 a 8 meses, pero se puede usar durante varios años.
2. Más autonomía que un tampón. A diferencia de los tampones, que deben ser cambiados cada pocas horas, las copas menstruales solo necesitan ser retiradas, vaciadas y enjuagadas aproximadamente cada 12 horas, aunque esa recomendación varía entre fabricantes.
Según Marta, “son ideales para situaciones en las que vas a estar muchas horas fuera y en algún lugar donde es difícil cambiarse, como en la playa o de camping”.
3. No absorben la humedad vaginal. Uxía destaca que son particularmente útiles cuando el flujo menstrual es poco, porque a diferencia de los tampones, que absorben la humedad vaginal, las copas no resecan la vagina.
Por otro lado, al utilizarlas no hay riesgo de desarrollar síndrome de choque tóxico, asociado a los tampones.
4. Más ecológica. Como es reutilizable, además de no generar basura que contiene plástico, como las compresas y tampones, se ahorra en residuos como envoltorios, cajas y aplicadores.
5. Más “natural”. Muchas usuarias destacan que tienen una sensación más natural al utilizar la copa menstrual. “No notas que la llevas”, dice Uxía, que reconoce con un guiño que alguna vez se olvidó de que la llevaba puesta.
Y 4 desventajas
1. Puede tomar tiempo acostumbrarse a ponerla y a sacarla. Al principio puede resultar un poco incómoda y ser difícil de insertar y retirar. Marta dice que le tomó unos tres meses hacerlo con rapidez y soltura.
2. Hay más contacto con la sangre. Uxía admite que si eres escrupulosa o aprensiva con la sangre quizás no sea la mejor opción. “Ver la sangre, vaciar la copa, puede darte impresión”, sobre todo al principio, hasta que te acostumbras.
Por otro lado Marta señala que eso quizás sea bueno, porque sangrar es algo natural que se volvió “un tabú“.
También hay que hacer un mayor contacto físico con la zona de la vagina para insertar la copa, algo parecido a ponerse un tampón sin aplicador.
3. Puede ser más engorrosa. Tanto las usuarias consultadas por BBC Mundo como varias blogeras coinciden en que retirar la copa puede ser algo engorroso, sobre todo al principio cuando no tienes práctica. Uxía admite que alguna vez se le cayó la copa y Marta dice que en general “hay más potencial para mancharse” al manipularla.
4. Difícil de lavar en baños públicos. Como al vaciar la copa hay que lavarla, necesitas un baño que te permita hacerlo con privacidad. Algunas usuarias dicen que llevan una botella de agua con ellas para poder enjuagar la copa en baños que solo tienen piletas públicas. Otras esperan a hacerlo cómodamente en sus casas, ya que pueden llevar la copa durante muchas horas.
Potencial “revolucionario” en países en desarrollo
En muchos países en desarrollo donde el acceso a toallitas sanitarias es caro y escaso, la menstruación hace que muchas niñas no vayan al colegio o dejen de participar en actividades sociales.
Varios proyectos recientes de desarrollo en países de África reportan que el uso de la copa menstrual por las niñas en edad escolar tuvo un gran impacto tanto en su educación como en su vida personal.
Claro que para muchas el precio inicial de la copa es inaccesible, si no fuera porque se lo proporcionan gratuitamente organizaciones de ayuda.
Si además hay dificultades de acceso al agua limpia o problemas para mantener la higiene de la copa su uso puede ser contraproducente, ya que podría producir infecciones.