Ciudad Guatemala

América Latina: los hechos que marcaron 2017


Terremotos llevaron destrucción y muerte a México. En el Caribe, distintos huracanes arrasaron ciudades enteras. En Venezuela, la crisis política se profundizó

  15 diciembre, 2017 - 07:57 AM

Segundos de pánico que parecían no tener fin. En el aniversario 32 del terremoto de 1985 en Ciudad de México, otro temblor causó destrucción y muerte.

Un sismo de magnitud 7,1 dejó 369 muertos. La búsqueda de víctimas entre los escombros llevó días y movilizó un ejército espontáneo de voluntarios.
Según el gobierno de la capital, más de 8.000 edificaciones sufrieron daños y miles de personas quedaron sin techo.
Otro temblor había sacudido el sur del país menos de un mes antes.

El clima

En el Caribe y el Golfo de México, una serie de tormentas también provocó destrucción y muerte.
Los más devastadores fueron los huracanes Harvey, Irma y María. Juntos, arrasaron islas enteras dejando decenas de muertos y miles de desplazados.
Los fuertes vientos destruyeron todo lo que encontraron a su paso. En varios países los habitantes sufrieron inundaciones y falta de energía.

Los huracanes José y Katia también causaron miedo.
Y la tormenta tropical Nate cobró al menos 22 vidas en América Central.

El clima tampoco dio tregua en Perú. El fenómeno climático ‘El Niño costero’ provocó devastadoras inundaciones que dejaron más de 90 muertes y 100.000 damnificados.

Y en Colombia una brutal avalancha arrasó la sureña ciudad de Mocoa. Más de 300 personas murieron, de las cuales un centenar eran niños.

En el comienzo del año, en Chile, fue el fuego el que provocó una tragedia. Un incendio forestal afectó tres regiones del centro sur del país, dejando al menos 11 muertos.

La Crisis política

En Venezuela la crisis política y económica se agravó. Miles salieron a las calles para reclamar la salida del presidente Nicolás Maduro. Entre abril y julio, los enfrentamientos con las autoridades dejaron 125 muertos.
La ONU denunció el “uso generalizado y sistemático de fuerza excesiva”, además de detenciones arbitrarias.
En medio de la radicalización, Maduro convocó a una Asamblea Constituyente con poderes absolutos, por muchos considerada una ruptura del orden democrático.
En agosto el presidente estadounidense Donald Trump afirmó que no descartaba una opción militar en Venezuela. También ese mes, la fiscal general Luisa Ortega fue destituida del cargo. Antigua defensora del chavismo, decidió enfrentar a Maduro, quien la acusó de estar involucrada en un esquema de corrupción.

El Mercosur suspendió a Venezuela del bloque por “ruptura del orden democrático”. El país dejó la Organización de Estados Americanos porque consideró que la entidad quería intervenir el gobierno de Maduro.
Además la oposición se fracturó tras denunciar un fraude en las regionales de octubre, en las que el chavismo ganó 18 de 23 gobernaciones.

La falta de productos básicos y la hiperinflación alimentaron la grave crisis económica.
Miles de venezolanos resolvieron dejar el país en busca de una vida mejor.

La crisis y el Papa Francisco

En 2017 el papa Francisco volvió a Latinoamérica. En Colombia, pidió una solución a la crisis venezolana. A los colombianos, les pidió que huyan de la “tentación de venganza”.
Así, Francisco defendió la reconciliación en un país que busca acabar con el último conflicto armado de América.
En medio de una agenda intensa, un pequeño incidente: el Papa se golpeó el rostro con el papamóvil. Nada que le impidiese seguir adelante…

Las armas quedaron atrás.

Después de combatir al Estado colombiano durante décadas, los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia iniciaron una nueva fase como civiles en las antiguas zonas de guerra.

En 2017 la guerrilla concluyó su desarme.

El grupo inicia una nueva etapa, ahora como partido político. Su tradicional sigla significa ahora Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común.

El gobierno de Colombia y la última guerrilla activa del país, el Ejército de Liberación Nacional, comenzaron en agosto negociaciones de paz.
Ecuador, Brasil, Chile, Cuba, Noruega y Venezuela mediarán el diálogo.

En la frontera entre Estados Unidos y México, una polémica.

El presidente estadounidense quiere ampliar el muro que delimita parte de los 3.200 km de frontera común. El gobierno mexicano reaccionó: el presidente Enrique Peña Nieto anunció que cancelaba la visita que haría a Estados Unidos en enero y subrayó que su país no pagará la obra. Analistas estiman que el muro costaría hasta 20.000 millones de dólares.

Aunque en el terreno internacional los dos gobiernos no se entienden, en la esfera judicial la relación es buena. Prueba de eso fue la extradición del narcotraficante mexicano Joaquín ‘El chapo’ Guzmán a Estados Unidos en enero.

Considerado uno de los traficantes más temidos del planeta, ‘El chapo’ enfrenta en Nueva York seis acusaciones penales.

La inestabilidad política no dio tregua en Brasil.

El presidente Michel Temer estuvo de nuevo en el ojo de la tormenta.
El ministerio público federal denunció al mandatario por corrupción, obstrucción a la justicia y organización criminal.
Un año después de la destitución de Dilma Rousseff, la cámara de Diputados volvió a debatir un juicio político.
Pero Temer demostró su fuerza política y logró que las denuncias fueran archivadas.

El escándalo del Lava Jato entró en su tercer año y siguió alcanzando altos políticos. El juez Sergio Moro condenó al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva a nueve años y medio de cárcel.
El líder izquierdista fue acusado de ser el beneficiario de un triplex ofrecido por una constructora a cambio de su influencia para obtener contratos en Petrobras. Lula tiene otros siete procesos abiertos por delitos que van desde tráfico de influencias hasta asociación ilícita.

En Paraguay, vandalismo y violencia.

Opositores al gobierno invadieron el Congreso y prendieron fuego el edificio luego que el senado paraguayo, dominado por partidarios del presidente Horacio Cartes, aprobara la reelección presidencial.

Submarino desaparecido

En Argentina, otra tragedia: en noviembre un submarino con 44 tripulantes desapareció en el Atlántico Sur.
Pese a un esfuerzo internacional de búsqueda sin precedentes, cuando se cumplieron dos semanas del último reporte del navío la Armada argentina anunció que ya no tenía esperanzas de encontrar sobrevivientes.

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