Linchamientos inspiran documental que compite por un Goya
Un feroz linchamiento de presuntos ladrones en 2013, es el tema del cortometraje documental "Tribus de la Inquisición" nominado a un premio Goya.
Un feroz linchamiento de presuntos ladrones en 2013, actividad habitual y al margen de la ley que se produce en comunidades rurales de Bolivia, es el tema del cortometraje documental “Tribus de la Inquisición”, que dará la batalla por un premio Goya.
El periodista boliviano Roberto Navia relató años atrás en un reportaje lo sucedido y su material de prensa inspiró a la directora española Mabel Lozano. “Realicé el trabajo de investigación de manera silenciosa”, dice Navia a la AFP.
Por ese trabajo, el periodista fue galardonado en 2015 con el Premio Internacional de Periodismo Rey de España en la categoría de Prensa. Allí fue que Lozano reparó en él. “A Mabel le encantó la crónica y vio con mucho potencial cinematográfico para mostrar al mundo el tema de los linchamientos”, agregó.
Seis hombres, acusados de haber robado un camión disfrazados de policías, son detenidos por una turba de vecinos que, enardecidos, deciden ejercer un juicio sumario: los golpean y los flagelan. Cuatro de ellos son rociados con gasolina y quemados. Dos mueren.
El documental recupera imágenes de televisión difundidas en noticieros, donde se muestran los cuerpos ardiendo, maniatados, revolcándose sobre la tierra, rodeados por la comunidad. Los linchados gritan de dolor y suplican para que alguien ponga fin a su suplicio.
Pacto de silencio
Los hechos ocurren en el poblado cocalero de Ivirgarzama, en el corazón de Bolivia, donde reina un pacto del silencio tras haber ejercido una “justicia comunitaria”. El equipo de producción fílmica fue para buscar a los testigos, los sobrevivientes, sus familias e incluso tras los deudos de los presuntos ladrones.
“Fue muy difícil, tuvimos que ingresar en varias etapas, fue difícil entrar con el equipo técnico (de filmación). Yo podía camuflarme, pero ya con equipo de cine, con una persona española (Lozano), con cámaras, micrófonos y grúas para el rodaje se hizo más difícil”, señala.
Por seguridad, ingresaban a Ivirgarzama de día y dormían en las noches en otros poblados cercanos.
Seguir el rastro al crimen fue una tarea complicada, “pero no imposible”, dice Navia. Había que hablar con los familiares, evitar el malestar de los lugareños por la nada bienvenida presencia o incluso entrevistar a dos de los presuntos ladrones que seguían presos en una cárcel.
“Tribus de la Inquisición” compite en la categoría “Mejor Cortometraje Documental”, junto a “The Fourth Kingdom” de Adán Aliaga y Alex Lora; “Los Desheredados” de Laura Ferrés; y “Primavera rosa en México” de Mario de la Torre.
Los premios Goya se atribuirán en febrero del próximo año, terminando el suspenso para “Tribus de la Inquisición”, que hace un paralelo con los juicios sumarios en la edad media en Europa, cuando se castigaba la herejía con la muerte.
Protección policial
Durante el trabajo -dice Navia- vieron que en el recinto policial de Ivirgarzama, un poblado con unos 9.000 habitantes, los uniformados rezan a dos calaveras, para que no haya linchamientos, pues ladrón o atracador que es sorprendido cometiendo un delito, puede terminar muerto.
Lo que más llama la atención es que los dos cráneos pertenecen a otros dos ladrones linchados antes de 2013. “La policía rescató los dos cráneos y los colocó en una urna, y a esas dos calaveras les prendan velas para que no hayan mas linchamientos”, relata.
Los linchamientos son frecuentes en Bolivia, debido a la rápida liberación de presuntos delincuentes por parte de la justicia.
Un informe del Ministerio de Justicia estableció que en 2013 se registraron 79 linchamientos o la muerte de presuntos ladrones en manos de lo que denominan justicia civil y sumaria.
La ley sólo permite a los comunarios juzgar bajo sus propias normas los delitos menores, como robo de ganado e invasión de tierras, pero los casos graves deben ser derivados a la justicia ordinaria.
© Agence France-Presse