Redacción BBC News Mundo
Es un pequeño frasco de polvo, pero un gran tesoro para su dueña.
Esa parece ser la consigna de Laura Murray, la mujer que dice tener un pequeña muestra de polvo lunar que le regaló el mismísimo Neil Armstrong, el primer ser humano en pisar la luna, el 20 de julio de 1969.
Laura recibió el regaló cuando tenía 11 años y aunque lo perdió de vista durante décadas, sí conservó la nota que el astronauta le escribió: “Para Laura Ann Murray. La mejor de las suertes, Neil Armstrong, Apollo XI“.
Todo gracias a que Tom Murray, padre de Laura, era piloto de la fuerza aérea y amigo de Armstrong.
Hace 5 años, luego de la muerte de sus padres, Laura volvió a encontrar el frasco mientras hurgaba en las pertenencias de ellos.
Ahora Laura, quien vive en Tennessee, EE.UU, quiere asegurarse de que nadie se lo quite, por eso contrató a un abogado y demandó a la NASA antes de que la agencia espacial intente confiscarle la muestra.
Hasta ahora, la NASA no ha hecho ningún intento por hacerse con la muestra, sin embargo, según Christopher McHugh, abogado de Laura Murray, la agencia tiene un historial de apoderarse del supuesto material lunar que puedan tener personas particulares.
El argumento de McHugh es que no existe ninguna ley que le prohíba a los ciudadanos tener muestras de la luna, según le contó al diario The Washington Post.
Según él, Laura es la dueña legítima y legal del frasco de polvo lunar, y presenta como prueba el autógrafo de Armstrong, que según McHugh fue autenticado por un experto.
La NASA, aunque no se ha pronunciado respecto al caso, parece tener una opinión distinta.
“Las muestras lunares son propiedad del gobierno de Estados Unidos”, dice el manual de la NASA para la distribución de muestras lunares.
“Es política de la NASA que el material lunar sea usado solo para fines autorizados“.
Por su parte, el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de la ONU establece que “la Luna y otros cuerpos celestes no pueden ser objeto de apropiación nacional o reivindicación de soberanía”.
El abogado McHugh, en todo caso, parece tranquilo.
“Esto no es una propiedad robada”, le dijo a The Washington Post. “Laura no debería temer que la NASA llame a su puerta, entre y se lleve el frasco“.
De todos modos, McHugh dice que la muestra está guardada bajo custodia.
Según los documentos en poder de una corte, un experto que analizó el polvo concluyó que la muestra “podría haberse originado” en la superficie lunar.
El experto también dice que “sería difícil descartar el origen lunar” y que es posible que algo de polvo de la Tierra se haya “mezclado con la muestra lunar“.
Por ahora, falta ver si la estrategia anticipada de Murray logra asegurarle su tesoro espacial, o si por el contrario le ha dado una idea a la NASA que quizá ni siquiera se la había pasado por la cabeza.