Desde la última vez que México fue a las urnas para votar por presidente en 2012, el número de electores creció en 10 millones. Es como si toda la población de Suecia tuviera la oportunidad de votar en México.
El crecimiento de la población joven del país hará que las elecciones presidenciales de este 1 de julio tengan el mayor número de votantes menores de hasta 39 años que se haya registrado jamás.
De los 89 millones de mexicanos habilitados para votar en estas presidenciales, 44,5 millones pertenecen a ese grupo. Y 12 millones, de la llamada generación millennial, podrán elegir presidente por primera vez.
“Los jóvenes en nuestro país, y en muchos otros de América Latina, son un botín político en el momento de votar“, dice Gloria Alcocer, presidenta del observatorio de fomento al voto joven Fuerza Ciudadana.
“Son casi países enteros de lo que estamos hablando”, señala la analista especializada en el voto electoral juvenil en una charla con BBC Mundo.
Pero ¿qué tanto peso tendrá esta población sobre la elección del próximo presidente de México?
Todo depende de cuántos al final vayan a votar, y en eso influyen varios factores, según los analistas.
El abstencionismo en las tres últimas elecciones presidenciales (2000, 2006, 2012) de México se situó de promedio en un 38%, por lo que buena parte de los votantes de todos los grupos de edad no ejerce su derecho al voto.
Respecto a los jóvenes, los análisis de Fuerza Ciudadana comprobaron que hay un aspecto adicional que les aleja de las urnas: el desencanto.
El entusiasmo de los electores de 18 y 19 años, quienes tienen su primera oportunidad de participar en las elecciones, se refleja con una participación de hasta el 70%.
Pero el siguiente grupo de jóvenes, de 20 a 25 años, es el que menos participa tras pasar por el “desencanto” de las políticas incumplidas.
“Resulta que no pasa nada y al final todo eso que te emocionó y te impulsó a darle tu apoyo a través de tu voto a una candidata o candidato, pocas veces se traduce en realidad”, explica Gloria Alcocer.
No obstante, Roy Campos, de la encuestadora Consulta Mitofsky, advierte que aun si no participan los 25 millones de jóvenes menores de 30 años, con solo la mitad que voten -como se espera- será un gran electorado.
“11, 12 o hasta 15 millones, va a ser mucho“, considera el experto en entrevista con BBC Mundo.
Desde el año pasado, cuando se conoció un primer estimado del gran número de electores jóvenes que habría en 2018, el motivarlos para acudir a las urnas parecía ser una misión básica de los candidatos.
Una de las principales propuestas en las que coincidieron los aspirantes presidenciales fue generar oportunidades escolares y de empleo para alejarlos del reclutamiento de las bandas criminales.
Pero esos esfuerzos pueden ser en balde.
Los analistas consideran que limitar las propuestas solo al acceso a la educación y a una fuente de trabajo hace que los jóvenes no sientan una motivación para votar.
“Las personas jóvenes no sólo se suscriben a empleo o educación, también necesitan políticas públicas en seguridad, en vivienda, en salud, en participación política”, señala Alcocer.
“No estamos viendo que se abarquen otras temáticas que son importantísimas y que le afectan de manera directa a los jóvenes”.
Este año, no obstante, hay un elemento que sí puede impulsar al voto, según Roy Campos: el fuerte deseo de cambio del establishment entre la generación de votantes de menor edad.
“Los jóvenes ven un país en el que hay mucha inseguridad, donde ellos tienen poco futuro por esa inseguridad y la corrupción”, dice.
Así que eso puede ser una buena motivación para que muchos acudan a las urnas, opina el experto.
Las encuestas le dan la razón en ese aspecto.
De acuerdo con el sondeo realizado por Consulta Mitofsky a principios de junio, las intenciones de los votantes de 18 a 29 años favorecían a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con el 41,7%, visto como el candidato más alejado del establishment.
AMLO, de la coalición Juntos Haremos Historia, llega como el favorito de esa encuesta entre todos los grupos de edad.
En segundo lugar, Ricardo Anaya (Por México al Frente) captaba el 20,5% de las preferencias de jóvenes, mientras que el oficialista José Antonio Meade tenía un 9,6% en el tercer lugar.
Otro 22,3% optó por no declarar quién es su favorito.
Campos dice que AMLO ha atraído esa expectativa de “cambio” que representa su candidatura, aunque advierte: “No estoy diciendo que ese cambio será bueno, no lo sé”.
Pese a las encuestas, la elección que harán esos jóvenes sigue siendo incierta pues estamos, según Gloria Alcocer, “ante una elección polarizada”.
“Que todos votaran en el mismo sentido claro que cambia la elección. El tema es la diversidad de jóvenes en México, la forma de ser de los jóvenes también responde a la elección de un candidato”.