Ladrones y corruptos hasta bajo las llantas…
Esa es la realidad de Guatemala. Ladrones por todos lados. Se hacen ricos succionando fondos del Estado y dejando a una población, como siempre, en el olvido de los beneficios que merece tener.
Los guatemaltecos ladrones y corruptos merecen un amplio reconocimiento de parte de la población, porque ellos son los responsables de cómo se vive en este país, en esta ciudad, la mejor, quizás de Centroamérica en cuanto a su desarrollo y orden.
Aclaro que no hablo de orden en el tránsito diario. ¡No!, eso es una verdadera tortura para aquellos que tienen vehículos y se ven sumergidos en una locura a cualquier hora del día, ya sea en la mañana, la tarde o la noche. Peor aún, en estas fechas.
Cuando me refiero al desarrollo estoy hablando de cómo esta ciudad capital es un ejemplo en Latinoamérica, si es un tema de arquitectos, porque su nomenclatura es una de las más cómodas para situarse en cualquier punto, con sus zonas, calles y avenidas bien definidas.
En relación al tráfico, bueno esto es otra cosa. El aumento del parque vehicular se debe principalmente a que Guatemala no tiene una red de servicio urbano que cumpla con la demanda de una población que es tratada con irrespeto por los empresarios del transporte.
Durante años, el Estado les ha dado un subsidio por cada bus que circula, pero el servicio no ha mejorado. Al contrario: se ha deteriorado cada día más. Son millones de quetzales los que se destinan para subsidiar el transporte y quienes a diario lo usan, se encuentran con unidades en mal estado, con vehículos convertidos en chatarras, no aptas para el uso de la gente.
Y esta situación es la que ha generado que el Ministerio Público tenga que intervenir para investigar a dónde van a parar esos millones que cada año se entregan a los transportistas y que no se ve reflejado en el mejoramiento de este servicio tan vital para los capitalinos.
Un hombre atrás de la corrupción
La cara visible de todo este entramado de corrupción y malversación de fondos del Gobierno, es un señor llamado Luis Alfonso Gómez González, mano fuerte de la Asociación de Empresas de Autobuses Urbanos (AEAU), quien es señalado de ser el responsable de usar los fondos que el Estado le entregaba, para acrecentar una fortuna que de la noche a la mañana lo convirtió en millonario.
Gómez nació en Palencia, estudió en el Adolfo V. Hall y empezó como empresario del transporte urbano con dos camionetas que tenían como ruta principal la colonia Primero de Julio. Y como ocurre con los corruptos, de la noche a la mañana, se hizo millonario.
Luego de las investigaciones realizadas por la Unidad de Extinción de Dominio del Ministerio Público, se decretaron medidas cautelares de embargo e inmovilización sobre 21 bienes inmuebles, vinculados a Gómez González, ex vicepresidente de la AEAU.
Estos inmuebles fueron embargados así: 8 estaban en Petén, los cuales se encontraban en Dolores y La Libertad. Además otros en Guanagazapa, Escuintla, además de 6 inmuebles en la zona 15, entre ellos un apartamento, cuatro parqueos y una bodega.
Esta medida cautelar fue decretada como seguimiento de las investigaciones que se siguen en contra del subsidio por el caso del Transurbano que se inició durante el Gobierno de Álvaro Colom, principal beneficiado de este proyecto de transporte que buscaba que los guatemaltecos tuvieran un transporte no solo seguro, sino digno.
En su momento, todo parecía estar destinado a solucionar los graves problemas de los capitalinos que usan el servicio urbano de transporte, sobre todo de los usuarios de la ciudad y de municipios cercanos como Santa Catarina Pinula y Chinautla.
Lo malo fue que se permitió que este tipo se aprovechara de “la buena fe” de los Colom (Alvaro y Sandra), para enriquecerse, sin importarles que el traslado de los capitalinos no mejorara a pesar de los millones de quetzales que se entregan como subsidio.
A requerimiento del Ministerio Público, las medidas cautelares fueron decretadas por la jueza de Extinción de Dominio, el 9 de diciembre, y tiene como objetivo la anotación de embargo en el Registro General de la Propiedad para así evitar su traslado a otros propietarios.
Es que para el MP estos bienes inmuebles fueron adquiridos por una empresa llamada Entidad Mercantil “Tecnología y Proyectos de Guatemala, S.A.”, la cual fue creada para ocultar la procedencia ilícita de los fondos extraídos de la arcas del Estado de Guatemala.
Con esta empresa, el MP señala que servía para lavar fondos sustraídos del Estado, creando múltiples formas para disimular su procedencia.
Por eso decía en el titular que “Ladrones y corruptos hasta bajo las llantas”, porque es evidente que donde hay dinero siempre aparece alguien dispuesto a hacer su propia fiesta. Y en el caso del subsidio al transporte urbano, es una historia vieja con los mismos resultados…
Gómez González, amigo de funcionarios y políticos, creó toda una estructura de delincuentes de cuello blanco, para actuar a sus anchas. Ha sido beneficiado por el dinero que se extrae de los impuestos de los guatemaltecos y, lo peor, es que nadie en los últimos gobiernos, se preocupó porque se invirtiera en mejorar el servicio del transporte urbano.
Ya no es ningún secreto que cuando Manuel Baldizón, excandidato presidencial del partido Líder, era presidente de la Comisión de Finanzas del Congreso de la República, en el 2008, incrementó Q151 millones para esa Asociación de Empresas de Autobuses Urbanos, que recibió ese año un total de Q226 millones. Gracias a Baldizón.
Como si fuera poco este “regalo” de Baldizón a ese grupo de corruptos, en el 2009, volvió a incrementar en Q41 millones el subsidio y así se les entregó Q251 millones. ¡Qué tal!
Durante los gobiernos de la UNE y del Patriota, la cifra se incrementó y llegó a sumar más o menos Q400 millones cada año. Pregunto: ¿Dónde está el beneficio que recibió la población con todos esos millones, tirados practicamente no a la basura, sino a los bolsillos de gente como Gómez González?
Por el contrario, este hombre hizo piñata del dinero y en este desfalco están involucrados políticos de la vieja escuela, si es que eso existe, porque aquí todo sigue igual, que incluso lucharon por la Presidencia del país en las elecciones pasadas.
Hay partidos políticos y empresarios del transporte, pero el gran responsable es Luis Gómez, quien, por supuesto, está fuera de Guatemala. Cuando supo que estaba siendo investigado, lo primero que hizo, al igual que otros prófugos, fue poner pies en polvorosa.
Mientras tanto, aquellos que usan el servicio urbano de transporte, sobre todo los que tienen que viajar en el Transurbano, deben tener cuidado no solo de los ladrones, asaltantes, y sicarios, sino que no se vayan a meter un resorte en las posaderas, o quedarse tirados en medio de su trayecto.
Los buses no han sido cambiados. Siguen siendo unidades viejas y descuidadas. Lo peor es que a pesar que se paga un subsidio por una cantidad específica de camionetas, vaya usted a los predios de los transportistas urbanos y va a descubrir que la inmensa mayoría está tirada, pero eso sí, cobrando subsidio.
En un reportaje especial, Prensa Libre, denunció que son alrededor de 350,000 las personas que usan este servicio. Para aliviar su calvario, esta gente prometió que pondría en las calles, un total de 3,500 buses que circularían a diario; ahora solo hay en las calles alrededor de 270 transurbanos, pero se cobra como si fuera miles.
El matutino destaca que “entre las demandas más comunes, la población denunció cobros irregulares en el pasaje, escasez de buses, hacinamiento en las unidades, falta de respeto de algunos pilotos y falta de beneficios para personas de la tercera edad”.
Esa es la realidad de Guatemala. Ladrones por todos lados. Se hacen ricos succionando fondos del Estado y dejando a una población, como siempre, en el olvido de los beneficios que merece tener.