Japón es un país un tanto diferente a los demás países europeos y de América. Algo muy peculiar es lo que tiene que ver con las propinas.
Dejar propinas en restaurantes, hoteles o cualquier servicio que se haya prestado es considerado mala educación, pues para ellos es como un insulto ya que parece que quien da la propina quiere aparentar superioridad.
De tal modo que en Japón ni es obligatorio ni se espera que los clientes dejen propina. Es más si se deja algunas monedas en la bandeja del cambio, creerán que fueron olvidadas.
Los japonenes no esperan propinas y ni las reciben. Al pedir la cuenta el consumidor, depositarán la factura en una bandeja o cesto, donde se tendrá que dejar el dinero. Los japoneses evitan cualquier contacto físico, y no aceptaran el dinero en la mano. Ahi esta una razón por la que se saludan inclinado la cabeza.