Dos jurados potenciales del proceso contra el antiguo capo mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán mostraron temor a represalias y fueron descartados, al iniciarse el lunes en Nueva York el mayor proceso por narcotráfico en la historia de Estados Unidos.
El jurado que será seleccionado esta semana -12 titulares y seis suplentes- deberá decidir si El Chapo, considerado el mayor narcotraficante del mundo tras la muerte del colombiano Pablo Escobar, es culpable o no de 11 delitos de tráfico y distribución de droga, posesión de armas y lavado de dinero.
Para el proceso, que durará más de cuatro meses, el juez Brian Cogan y abogados de ambas partes entrevistaron el lunes a 45 potenciales jurados de un centenar y descartaron a 17, entre ellos a dos mujeres que dijeron temer por su vida.
Una mujer sentada a unos cuatro metros del exjefe del cartel de Sinaloa dijo al juez que se sentía “insegura” y “nerviosa”.
El Chapo se mostró atento pero inexpresivo durante el primer día de juicio, y casi no cruzó miradas con los potenciales jurados.
“Lo que me asusta es que su familia puede venir atrás de los jurados y sus familiares”, dijo la mujer, y contó que leyó que dos de los hijos de El Chapo “están dirigiendo su negocio y los están buscando”.
El juez intentó tranquilizarla, pero finalmente fue descartada como jurado.
Otra potencial testigo también eliminada de la lista dijo estar preocupada por su “seguridad” tras hablar del caso con sus compañeros de trabajo, con quienes conversó “lo suficiente como para saber de su gravedad”.
Para evitar riesgos, los nombres de los jurados se mantienen anónimos, y cada día serán escoltados por alguaciles armados a la corte. Recibirán como pago unos 50 dólares diarios.
Para el proceso, El Chapo abandonó su uniforme de prisionero y vistió un traje azul marino y camisa blanca de cuello muy grande, estilo “disco”, abierta hasta el tercer o cuarto botón.
El protagonista de dos espectaculares fugas de prisiones mexicanas, de 61 años, está acusado de enviar casi 155 toneladas de cocaína a Estados Unidos a lo largo de 25 años, lo cual puede acarrearle cadena perpetua.
Otra jurado potencial descartada dijo que mira la serie “Narcos” y que ésto podría afectar su veredicto. “Honestamente esas imágenes pueden aparecer en mi mente. Pensaría en El Chapo”, afirmó.
Otro fue descartado porque leyó sobre El Chapo en Wikipedia, y una mujer porque dijo que las drogas eran malas.
Aún en liza está un joven de tez aceituna y cabello largo que se presentó como “un imitador oficial de Michael Jackson”. Pero el juez tiene dudas sobre su elección, porque teme que pueda ser identificado.
Otro también en liza, de pelo rizado, dijo que le encanta un sándwich de un café cercano a su trabajo que se llama “El Chapo”. Esto hizo reír mucho a los abogados de la defensa, pero no al acusado.
“Es una rosquilla con queso crema y salmón ahumado, alcaparras, es un poco picante, no sé por qué le llaman ‘El Chapo’ pero es delicioso”, dijo muy serio.
Otro potencial jurado es un hombre nacido en Medellín, la ciudad de Escobar, pero que vive en Estados Unidos hace 20 años. “Hay mucho narcoterrorismo en mi país”, dijo este hombre cuyo padre miraba “narconovelas”.
Extraditado desde México en enero de 2017, El Chapo es acusado de liderar entre 1989 y 2014 el despiadado cártel de Sinaloa, al que fundó y convirtió en “la mayor organización de tráfico de droga del mundo”, según la acusación.
La fiscalía, que prepara el caso desde hace años, asegura que El Chapo envió a Estados Unidos al menos 154.626 kilos de cocaína, además de múltiples toneladas de otras drogas, facturando en total unos 14.000 millones de dólares.
El Chapo se declara inocente, pero el gobierno ha presentado más de 300.000 páginas de documentos y al menos 117.000 grabaciones de audio, más centenares de fotos y videos.
Su proceso es un gran triunfo para el gobierno estadounidense, que nunca consiguió extraditar y juzgar a Escobar, muerto en 1993. ¿Pero a qué precio?
El cártel de Sinaloa fundado en 1989 por El Chapo sigue siendo muy potente, su coacusado Ismael “El Mayo” Zambada continúa prófugo y la violencia del narcotráfico no ceja en México, que tuvo un récord de casi 29.000 homicidios en 2017. En Estados Unidos, el consumo de opiáceos mató en 2016 a un promedio de 174 personas por día.
Rob Heroy, un abogado de Carolina del Norte que defendió a otro narcotraficante mexicano, estima que el proceso costará “más de 50 millones de dólares” y podría ser “el más caro de la historia de Estados Unidos”.
Con información de: Laura BONILLA