Escribir novelas de ficción sobre temas de acción, aventuras, humor, melodramáticas o de completa fantasía circunscribe el compromiso del autor de sumergir transitoriamente al lector en un estado mental de placer estético.
Para el escritor guatemalteco Otto López Alonso, escribir novelas de ficción sobre temas de acción, aventuras, humor, melodramáticas o de completa fantasía circunscribe el compromiso del autor de sumergir transitoriamente al lector en un estado mental de placer estético.
Con cierto estado de alborozo o insatisfacción, al final; sin sonidos, debe poder crearle tensión o sosiego; sin imágenes, la percepción de lo más cercano a lo verosímil o a la incoherencia, tal y como funciona la mente en el mundo real.
Durante y principalmente al final, la lectura de una historia de ficción nos deja casi siempre en un estado suspendido de abstracción o contemplación existencial. Luego volvemos a la realidad y continuamos con nuestras rutinas.
Algunas obras nos dejan un buen sabor de boca; sublimes sensaciones que no sabemos explicar, reflexiones sobre nuestra propia existencia o de vidas ajenas.
Otros libros, sin embargo, sencillamente pasan inadvertidos; sin legar huella en nuestros pensamientos o ideales.
Más que una novela real o de ficción, Jade, ¡más allá del cielo!, nace como una denuncia abierta contra el saqueo del jade, con el propósito de sembrar semillas de conciencia que germinen en futuros cambios para beneficio de Guatemala y la humanidad.
Aquellos que son amantes de la acción y el suspenso, pensadores de la gestión estratégica empresarial y logística, protectores del medio ambiente y sempiternos quijotes que sueñan un mejor porvenir para los guatemaltecos y el mundo.
Es la historia de una hermosa piedra que delira por no ser encontrada bajo el manto de la melancólica gleba que la protege; sabe que todavía es áspera y rústica, que al ser tallada y pulida con destellante brillo y hermosura puede sanar el cuerpo, el alma y el espíritu de quienes precisen de su cercanía.
Fatídicamente, al cristalizarse en un objeto de deseo y codicia, el jade se convierte también en la semblanza de seres perversos; desconocidos canallas, que no sólo se enriquecen con su saqueo, sino también pervierten y corrompen completos sistemas políticos, económicos y sociales en diferentes partes del mundo.
Jade, ¡más allá del cielo!, cuenta la historia de unos sofisticados narcotraficantes que descubren en el jade la posibilidad de continuar en el inframundo criminal como empresarios desconocidos de talla mundial.
La trama nace de algunos hechos reales que le fueran compartidos al autor por el verdadero actor deuteragonista Octavio Lorences, cuyas conclusiones revelaron la posible existencia de grupos criminales que extraen y exportan ilegalmente el preciado mineral, mediante el montaje de sofisticados sistemas de acopio y distribución en El Salvador y Taiwán.
Ante la imposibilidad de profundizar las averiguaciones para obtener mayores elementos, como suelen hacer audaces periodistas que en el intento terminan perdiendo la vida, el autor ha escrito la presente novela sobre la base dichos eventos compartidos y otros derivados de investigaciones periodísticas, enlazados de manera tan inverosímil y novelescamente que parecen ficción.
Todos los nombres, lugares y fechas han sido cambiados y muchas situaciones, para efectos literarios, alteradas y forjadas bajo el refugio creativo de la fantasía e imaginación. Cualquier similitud con alguna situación real conocida es pura coincidencia.
El autor no pretende inducir a las lectoras y lectores a asumir determinada actitud respecto al tema; con humildad, se entrega completamente al ojo y a la tutela de quien quiera abrazar esta obra como el noble intento de una insolencia literaria o el detonador de una consecuente meditación.
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