La muerte de tres soldados durante un confuso incidente en Semuy 2, El Estor, Izabal, hizo reaccionar al Gobierno con decretar el estado de Sitio en cinco departamentos.
En Semuy 2, la pobreza y la desatención estatal son evidentes. Casas de madera y lámina son el común denominador. Solo la iglesia evangélica es de bloc y esta se ha convertido un centro de operaciones de las fuerzas de seguridad que prácticamente tienen tomada la comunidad, donde la mayoría de los pobladores se dedica al cultivo de cardamomo, maíz y frijol.
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Caminos de tierra separan las viviendas en la aldea, que por lo general se encuentran en zonas montañosas. Las mujeres y los niños permanecen en las casas, porque muestran temor ante la presencia de las fuerzas de seguridad.
Los maestros también están asustados y se prevé que las clases no sean regulares en lo que resta del ciclo escolar.
En la entrada de Semuy 2 hay un destacamento militar con unidades de descanso y una carpa clínica. Todo el que ingresa a la comunidad tiene que pasar por ahí y hablar con el comandante a cargo.
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También hay agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) en el campo de futbol frente a la escuela Semuy 2. Unos 80 policías y militares unos 500, dispersos.
Algunos pobladores, muy pocos, tratan de llevar las cosas con calma y las mujeres caminan con la masa de maíz para hacer las tortillas, aunque no dejan de sentir “temor”, porque incluso hay soldados en las puertas de las casas.
Algunos soldados con chalecos de la Conred llegan a las viviendas para censar, porque los van a ayudar, según dicen. Entrevistan y platican de forma amena para que los pobladores sientan confianza en ellos.
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Con información de: Dony Stewart