Casi tres años después de llegar a la Casa Blanca y al enésimo escándalo político, se ha puesto en marcha una investigación para dar inicio a un proceso de "impeachment" contra Donald Trump.
La investigación arranca por solicitud de congresistas demócratas tras filtrarse una charla en la que supuestamente Trump presionó al presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, para obtener información comprometedora sobre el demócrata Joe Biden, uno de sus oponentes políticos de cara a las elecciones del próximo año.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció este martes el inicio de la investigación.
Por su parte, Trump y sus seguidores alegan que Biden, que fue vicepresidente durante el gobierno de Barack Obama, utilizó su influencia política para salvar de una investigación criminal a su hijo Hunter Biden, quien fue miembro ejecutivo de una importante empresa energética en Ucrania.
Y aunque Trump reconoció que sí habló sobre Biden y su hijo con Zelensky, descartó que fuese en los términos por los que se ha abierto la investigación para iniciar un potencial proceso de impeachment.
La conversación telefónica en cuestión tuvo lugar entre Trump y Zelensky el pasado 25 de julio.
Durante el diálogo, se alega que el presidente estadounidense presionó a su homólogo en Ucrania para que investigase a Joe Biden. Y, según la acusación, para presionarle se habló de los US$250 millones que el Congreso de EE.UU. había aprobado destinar a Ucrania y cuyo envío fue retrasado hasta mediados de septiembre.
El diario The Washington Post y otros medios estadounidenses reportaron que Trump le ordenó a su jefe de gabinete interino Mick Mulvaney que retuviera la ayuda al menos una semana antes de la conversación telefónica.
¿Qué dijo Trump tras enterarse de las acusaciones?
El mandatario estadounidense confirmó haber mencionado a Biden, su hijo y otros problemas de corrupción entre otras cuestiones.
Fue una “conversación agradable”, una llamada “perfecta”, dijo Trump.
Dado que EE.UU. le ofrece ayuda a Ucrania, “queríamos asegurarnos de que ese país está siendo honesto”, añadió.
Posteriormente fue más allá en Twitter, donde alegó esta controversia fue creada por demócratas y “medios deshonestos”.
También cuestionó el “supuesto” patriotismo del denunciante que filtró la conversación en un principio.
Congresistas demócratas resaltan la importancia de la llamada -que fue denunciada por un informante- porque consideran que ayuda a arrojar luz sobre las negociaciones entre ambos presidentes.
Críticos de la Casa Blanca señalan que la estrategia de Trump al presionar a Zelensky para que investigara las actividades de Hunter Biden era dañar su reputación y la de su padre.
El ala republicana, por otra parte, no ha hecho casi declaraciones sobre la polémica, lo que refleja la naturaleza partidista de esta controversia.
No obstante, al menos un republicano, el senador por Utah Mitt Romney, dijo querer conocer más sobre el asunto.
Las acusaciones contra los Biden impulsadas por Trump y su abogado, el exalcalde de la ciudad de Nueva York Rudy Giuliani, se centran en el exitoso esfuerzo del entonces vicepresidente de expulsar al principal fiscal ucraniano Viktor Shokin en 2016.
La oficina de Shokin fue responsable de las investigaciones sobre una compañía de gas ucraniana, Burisima Holdings, que en ese momento contaba con Hunter Biden en su junta directiva con un salario de US$50.000 al mes.
Trump, Giuliani y otros indican que la presión del vicepresidente, que incluyó la amenaza de retener US$1.000 millones en garantías de préstamos estadounidenses al país, fue un esfuerzo para proteger a su hijo y su empresa de la posible exposición criminal.
Hasta el momento no se han presentado pruebas que indiquen que Joe Biden actuara de forma corrupta o que fuera influenciado por el trabajo de su hijo en Ucrania.
Sin embargo, los críticos creen que los lazos de la familia Biden con Ucrania indican al menos un posible conflicto de intereses.
Cabe notar que Biden no fue el único cargo oficial -en EE.UU., en algunos países de la Unión Europea y en Ucrania- que pidió el cese de Shokin.
El diario The New York Times señaló recientemente, además, que el fiscal ucraniano no estaba “persiguiendo agresivamente” a Burisima en ese momento, sino que había utilizado la amenaza de enjuiciamiento para pedir sobornos a líderes de la compañía.
Además, el sustituto de Shokin, Yuriy Lutsenko, continuó investigando a Burisima durante 10 meses antes de dar por concluida la causa.