El Chino Ántrax debía permanecer bajo arresto domiciliario en una casa en San Diego, California, pero el pasado 8 de mayo se escapó y viajó a Sinaloa.
A Rodrigo Aréchiga le gustaba presumir en redes sociales de sus viajes, joyas, autos de lujo, dinero y armas. En algunas imágenes solía aparecer al lado de actrices y celebridades del jet set.
Jefe de sicarios de Ismael “el Mayo” Zambada, actual líder del Cartel de Sinaloa, incluso tiene una foto al lado de Paris Hilton en Las Vegas, aunque nunca se comprobó si la millonaria heredera le conocía.
Conocido como el Chino Ántrax, Aréchiga fue uno de los principales jefes militares de la organización en la guerra que libró a partir de 2008 contra los carteles rivales de Juárez y de los hermanos Beltrán Leyva.
El pasado fin de semana “El Chino Ántrax” fue asesinado en Culiacán, Sinaloa, a donde regresó tras escapar de la libertad condicional que mantenía en Estados Unidos. La muerte fue confirmada este lunes por la Fiscalía General de Justicia de Sinaloa.
Aréchiga había sido secuestrado el viernes pasado tras un enfrentamiento armado en la casa donde se encontraba. Su cuerpo apareció al día siguiente dentro de una camioneta junto a dos personas más.
La Fiscalía dijo que eran de su hermana y su cuñado.
Entre los narcotraficantes de México, especialmente los más jóvenes, es frecuente que compartan en redes sociales de internet imágenes de su vida de lujos.
Pero el Chino Ántrax, coinciden especialistas, era particularmente asiduo a esa costumbre.
En su cuenta de Instagram solía publicar fotos de sus viajes a Dubái o Europa, así como en playas o mansiones con grandes jardines.
También solía aparecer a bordo de yates, junto a automóviles Ferrari o en la habitación de algún hotel bebiendo vinos de alto precio mientras un grupo musical amenizaba su fiesta particular.
Una vida muy distinta a la que tenía apenas unos años antes. De acuerdo con el semanario Ríodoce, Aréchiga vivía en un barrio pobre de Culiacán, la capital de Sinaloa.
En su adolescencia tenía fama de ser un buen peleador callejero y de encabezar pandillas en su barrio.
Eso llamó la atención del “Mayo” Zambada, recuerda el semanario, quien lo reclutó como sicario del Cartel de Sinaloa.
Ascendió con rapidez en la organización y en poco tiempo era uno de los colaboradores de confianza del capo y sus hijos menores.
En 2008, fue detenido Alfredo Beltrán Leyva, “El Mochomo”, uno de los líderes del cartel encabezado por sus hermanos.
La familia culpó a Joaquín “el Chapo” Guzmán de la detención y desde entonces empezaron una cruenta disputa con el Cartel de Sinaloa, del que eran aliados.
En esta batalla uno de los personajes centrales fue Aréchiga y su grupo de sicarios a los que llamó Los Ántrax.
La guerra entre organizaciones provocó cientos de asesinatos en Sinaloa, Nayarit, Baja California y Sonora.
Uno de los responsables fue el grupo del Chino Ántrax, de acuerdo con información de la entonces Comisión Nacional de Seguridad.
Pero la guerra no interrumpió la vida lujosa del personaje. Fue esta afición lo que llevó a su captura.
En su cuenta de Instagram, con miles de seguidores, anunció que viajaría a Holanda. Las autoridades de Estados Unidos y la Interpol, que ya le seguían la pista, lo esperaron en el aeropuerto de Ámsterdam.
El Chino Ántrax fue detenido en diciembre de 2013. Meses después fue enviado a una prisión estadounidense.
Aréchiga se declaró culpable en 2015 y según información de Ríodoce logró un acuerdo con el Departamento de Justicia.
El personaje entregó US$1 millón en bienes y dinero en efectivo, y accedió a informar sobre rutas de trasiego del Cartel de Sinaloa en Estados Unidos.
Por qué los carteles del narcotráfico en México se parecen a las grandes multinacionales financieras
Gracias al convenio fue sentenciado a diez años de prisión, pero como ya había permanecido casi siete en la cárcel el juez del caso le permitió cumplir la condena en libertad condicional.
El Chino Ántrax debía permanecer bajo arresto domiciliario en una casa en San Diego, California, pero el pasado 8 de mayo se escapó y viajó a Sinaloa.
Días después fue asesinado. Algunos como el especialista en seguridad Alejandro Hope creen que pudo tratarse de una venganza de sus antiguos aliados.
En su columna publicada en el diario El Universal, Hope señala que el crimen “estaría potencialmente relacionada con la extraña sentencia que recibió Aréchiga, el aparente trato de privilegio que recibió de la justicia estadounidense y su inusual desaparición hace unos días”.
Esto, añade el especialista, “habría generado sospechas de que se había vuelto informante y que su inesperado aterrizaje en Sinaloa estaría conectado con alguna operación encubierta para llegar al liderazgo de la organización”.
Pero al confirmar su muerte las autoridades no revelaron el eventual móvil del asesinato.