Una de las zonas más acomodadas de Ciudad de México se despertó sobresaltada este viernes por un violento tiroteo entre decenas de personas.
La escena, habitual en otros estados del país donde operan a gran escala los cárteles de droga, no lo es tanto en la capital donde, tradicionalmente, la presencia de estas organizaciones ha sido mucho menor.
Pero el objetivo de este atentado fallido, el secretario de Seguridad capitalino, Omar García Harfuch, dijo siempre que los grupos del narco estaban creciendo y fortaleciéndose en la ciudad y que perseguirlos sería una de sus prioridades.
Su teoría parece quedar comprobada a la luz de las características del violento atentado realizado en su contra, en el que se armas largas de gran calibre -propias de los cárteles más sanguinarios- dejaron su auto blindado destrozado con decenas de impactos de bala.
Dos de sus escoltas y una mujer que circulaba en la zona perdieron la vida en el suceso.
García Harfuch, quien resultó herido pero se encuentra fuera de peligro, tuiteó desde el propio hospital para señalar al cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de lo sucedido.
El secretario de Seguridad del país, Alfonso Durazo, prefirió, sin embargo, dejar abiertas todas las hipótesis. Sí confirmó que se trata de “una organización criminal consolidada” a juzgar por “el poder de fuego que muestran las imágenes” del ataque.
La Fiscalía de Ciudad de México investiga para esclarecer quién está detrás del ataque. Doce personas fueron detenidas, procedentes principalmente de otros estados del país.
Pero, a falta de confirmarse la autoría, no hay duda de que los varios golpes que García Harfuch asestó a cárteles del país durante su carrera fueron cruciales para que se este viernes se convirtiera en su objetivo.
“Todo esto tiene que ver sin duda con el trabajo que se está llevando a cabo para garantizar la paz y la tranquilidad, tanto en la Ciudad de México como en el país”, dijo tras el atentado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
García Harfuch, de 37 años, fue nombrado jefe de la policía de Ciudad de México el pasado mes de octubre.
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Sin dudas, procede de una familia con amplia tradición en esta área. Su padre, Javier García Paniagua, fue titular a finales de los 70 de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad.
Su abuelo, Marcelino García Barragán, fue secretario de Defensa a finales de la década de los 60, cuando se registró la masacre de Tlatelolco contra estudiantes y civiles por parte de militares y policías en 1968.
Pese a su juventud, García Harfuch ha sido reconocido en numerosas ocasiones por las autoridades como un modelo por su firmeza en la lucha contra el narcotráfico y grupos delincuenciales.
Manelich Castilla, excomisionado de la policía federal mexicana, lo definió como “uno de los activos más valiosos que tiene el Estado mexicano para hacer frente al cáncer que es la delincuencia organizada”.
En entrevista este viernes con el canal Milenio TV, Castilla dijo que la carrera profesional de García Harfuch es “un ejemplo” para la sociedad.
Es una persona “honesta, comprometida, valiente y con un profundo honor a México”, dijo.
Antes de estar al frente de la seguridad de la capital mexicana, García Harfuch fue titular de la Agencia de Investigación Criminal de la ahora Fiscalía General de la República, en la que dirigió capturas a importantes narcotraficantes.
Una de ellas fue la de Dámaso López, el Licenciado, quien era considerado uno de los hombres fuertes del cartel de Sinaloa tras la captura del Chapo Guzmán en 2017.
También lideró importantes operaciones contra la estructura financiera del CJNG, como el arresto de Raúl Flores, alias el Tío, y que era requerido por Estados Unidos.
Además, encabezó los operativos de captura de líderes de organizaciones criminales que operan en Ciudad de México como el de La Unión Tepito y el de la Anti Unión.
Su trabajo le hizo conseguir reconocimientos oficiales, como el premio a la Cooperación Internacional del Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. en 2018.
Tanto el gobierno federal como el de la capital condenaron enérgicamente el atentado contra García Harfuch y confirmaron no tener dudas de que su extenso currículum contra el crimen organizado fue el motivo del ataque.
El diario El Universal publicó este viernes que el gobierno tenía constancia, gracias a escuchas de conversaciones entre miembros del CJNG, de la intención de este cartel de atentar contra cuatro importantes funcionarios.
Según la información de este rotativo, los posibles objetivos serían el canciller mexicano, Marcelo Ebrard; el jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto; el secretario de Seguridad federal, Alfonso Durazo; y el propio García Harfuch.
Preguntado por periodistas, Durazo confirmó sin dar detalles sobre las identidades que hace una semana “se registró una eventual amenaza a algunos funcionarios de seguridad pública”, por lo que fue reforzada su protección.