Las autoridades en Francia investigarán las denuncias de que cuerpos humanos donados a la ciencia fueron abandonados a merced de la putrefacción y las ratas en un centro de estudio universitario, según anunció el jueves la fiscalía de París.
El escándalo fue reportado inicialmente en noviembre pasado por el semanario noticioso L’Express, lo que derivó en el cierre temporal del Centro para la Donación de Cuerpos de la Universidad Paris Descartes (CDC)) mientras los fiscales indagaban el caso que ahora ha quedado en manos de los magistrados.
En lo que se ha calificado como un caso de “violación de la integridad de un cadáver” se investiga cómo miles de cuerpos quedaron pudriéndose en condiciones antihigiénicas en el centro.
También se alega que algunos de los cuerpos y restos humanos fueron vendidos a compañías privadas.
De acuerdo a L‘Express, decenas de cadáveres fueron almacenados “desnudos, descomponiéndose, apilados en camillas, con los ojos abiertos de par en par”.
La revista describió el centro de donación como “una fosa común en el corazón de París”.
La universidad reconoció el error y pidió disculpas a los familiares de los cuerpos donados.
Cuando se inició la investigación, la universidad emitió un comunicado en su sitio internet en el que reconoció que las prácticas del centro no cumplieron con “el respeto a la dignidad exigida por la sociedad”.
“La Universidad Paris Descartes pide disculpas a las familias por esta situación”, dice. “La universidad desea clarificar y reafirmar su total compromiso con la dignidad de los donantes y sus familias”.
En noviembre, el Sindicato Francés de Medicina Libre (UFML) dijo que interpondría una demanda.
El presidente del sindicato, Jerome Marty, expresó a la radio Franceinfo que el caso desprestigió a la profesión médica.
Durante más de una década, miles de cuerpos donados a la investigación científica fueron almacenados en malas condiciones y vendidos con propósitos inmorales, según el reportaje de L‘Express.
Algunos de los cadáveres estaban apilados uno sobre otro “sin dignidad alguna”, indicó el semanario. Otros habían sido carcomidos por las ratas que infestaban el centro.
Algunos de los cuerpos estaban en tal estado de putrefacción que tuvieron que ser incinerados sin haber sido diseccionados para efectos de la investigación científica.
En algunos casos se alega que los cadáveres y restos humanos fueron vendidos a compañías privadas, laboratorios o fábricas para usos inapropiados, como pruebas de impactos automovilísticos.
Un cuerpo entero podría valer unos US$1.000 y una extremidad unos US$450, informó L‘Express.
El semanario aseguró haber visto fotos de la instalación que fueron tomadas en 2016, producto de un documento de 27 páginas presentado por el profesor Richard Douard, presidente del CDC entre 2014 y 2017, al entonces presidente de la universidad.
Douard renunció a su cargo en octubre de 2017 por lo que llamó la “inercia de las autoridades públicas“, informó el diario francés Le Figaro que añadió que el maltrato de los cuerpos continuó hasta conocido el escándalo.
Casi 80 demandas han sido entabladas por las familias de los donantes. El abogado que las representa, Frederic Douchez, dijo que el anuncio del jueves es “muy buena noticia”.
Los magistrados que están a cargo de la investigación tienen poderes mucho más amplios para llegar a la verdad, agregó Douchez.
Las revelaciones ocasionaron el cierre temporal del centro por el gobierno francés hasta que se realice una inspección administrativa. Este junio, un panel designado declaró que la universidad es culpable de “serias violaciones éticas” en la administración del CDC.
El Centro para la Donación de Cuerpos de la Universidad Paris Descartes abrió en 1953 como el más grande de su clase en Europa. Antes del cierre recibía cientos de cadáveres donados todos los años.