En medio de la pandemia de coronavirus, Estados Unidos y otras naciones del mundo celebran el llamado Black Friday o Viernes Negro, la jornada de descuentos y compras en las que millones de personas desbordan tiendas y centros comerciales.
ste año, sin embargo, será diferente: según encuestas de varias firmas de EE.UU., más del 65% de los consumidores optaron por realizar compras por internet, ante los temores de contagio de covid-19.
Es un contexto sin precedentes para una fecha que generalmente provoca grandes desplazamientos de personas y enormes gastos, y en la que las tiendas físicas y sus portales de internet se llenan de ofertas y promociones especiales.
Celebrado un día después de Acción de Gracias, el Black Friday es sinónimo de consumo.
Pero ¿de dónde viene el nombre de fecha? ¿Por qué se celebra en noviembre?
Aquí te desvelamos algunas de las curiosidades que rodean esta jornada.
En realidad “el adjetivo ‘negro’ fue usado durante muchos siglos para retratar diversos tipos de calamidades”, afirma el lingüista estadounidense Benjamin Zimmer, exeditor ejecutivo del sitio Vocabulary.com.
Pero el concepto que representa hoy el Black Friday dista bastante de ese significado.
En Estados Unidos, la primera vez que se usó “Black Friday” fue el 24 de septiembre de 1869, cuando dos financistas, Jay Gould y James Fisk, intentaron tomar el mercado del oro en la Bolsa de Valores de Nueva York.
Cuando el gobierno fue obligado a intervenir para corregir la distorsión mediante el aumento de la oferta de la materia prima en el mercado, se produjo una crisis: los precios cayeron y muchos inversores perdieron grandes fortunas.
Desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX, Acción de Gracias se celebró en EE.UU. el último jueves de noviembre, en una costumbre iniciada por el presidente Abraham Lincoln (1809-1865).
Pero en 1939 ocurrió algo inusual: el último jueves coincidió con el 30 de noviembre.
Los comerciantes, preocupados por el corto período de compras que quedaba entre ese día y las fiestas de Navidad y fin de año, enviaron una solicitud a Franklin Roosevelt para que el presidente declarara el inicio de las fiestas una semana antes, lo que fue autorizado.
Los siguientes tres años, Acción de Gracias, que recibió el sobrenombre de “Franksgiving” (una mezcla de Franklin con Thanksgiving, como se conoce este día festivo en inglés), fue celebrado en días distintos en diferentes partes del país.
Finalmente, a finales de 1941, una resolución conjunta del Congreso solucionó el problema.
De ahí en adelante, el día de Acción de Gracias sería conmemorado el cuarto jueves de noviembre, garantizando así una semana adicional de compras hasta Navidad.
En 1951, una circular llamó la atención sobre la cantidad de trabajadores que no iban a trabajar el día después de Acción de Gracias.
Según Bonnie Taylor-Blake, investigadora de la Universidad de Carolina del Norte, EE.UU., el boletín del mercado laboral Factory Management and Maintenance reivindica la autoría del término “Síndrome del viernes después de Acción de Gracias” asociado con el período de fiestas.
Según publicó el boletín, este síndrome “es una dolencia cuyos efectos adversos sólo son superados por los de la peste bubónica. Por lo menos, así se sienten aquellos que tienen que trabajar cuando llega el Viernes Negro. El almacén o establecimiento estaba medio vacío y los que estaban ausentes era por baja médica”.
El término Black Friday permaneció limitado a Filadelfia, Estados Unidos, durante un largo tiempo .
“Podías ver que se usaba de manera moderada en Trenton, Nueva Jersey, pero no traspasó las fronteras de Filadelfia hasta los años 80”, dice el lingüista Zimmer.
Aunque el Viernes Negro es considerado el mayor día de compras del año, la fecha no ganó esa reputación hasta los 2000.
Eso fue porque, por muchos años, los estadounidenses no tenían devoción por este día de rebajas sino que más bien optaban por retrasar el momento de ir a las tiendas.
Así, el momento en que sus billeteras se quedaban vacías solía ser el fin de semana: esperaban hasta el sábado (y no el viernes) para inaugurar la temporada de compras navideñas.
Por mucho tiempo, los comerciantes canadienses se morían de la envidia ante sus colegas estadounidenses, especialmente cuando sus fieles clientes decidían viajar al sur en busca de buenas ofertas.
Por ese motivo, también en Canadá comenzaron a ofrecer sus propias promociones, pese a que el día de Acción de Gracias se celebra en ese país un mes antes.
En México, el Viernes Negro recibió otro nombre: el “Buen Fin”.
Se asocia al aniversario del inicio de la revolución, el 20 de noviembre de 1910, que a veces coincide con el día de Acción de Gracias en Estados Unidos.
Y como el nombre indica, el evento Buen Fin dura todo el fin de semana.
En Brasil, donde el feriado de Acción de Gracias no existe, el Viernes Negro pasó a incluirse en el calendario comercial del país cuando los comerciantes se dieron cuenta del potencial de ventas del día.
Y en los últimos años, países como España, Bolivia, Argentina o Perú entre muchos otros, también se sumaron a la fiebre comercial de ofertas del Black Friday o el Cyber Monday, que se celebra el lunes siguiente.
Y en los últimos años, al calendario de eventos de rebajas se le sumó una jornada más.
Wal-Mart, una de las mayores cadenas de tiendas minoristas del mundo, rompió en 2011 la tradición del Viernes Negro cuando abrió sus establecimientos en la noche del feriado de Acción de Gracias.
Esta práctica comenzó a expandirse por buena parte del mundo y a ese día adicional de compras se le bautizó como “Jueves Gris”.