El estrellato de la ícono de la música tejana Selena no parece apagarse sino todo lo contrario.
Netflix acaba de estrenar “Selena: la serie“, en lo que supone uno de los esfuerzos más recientes y ambiciosos por volver a contar la vida de la cantante.
El ascenso de Selena en el difícil mercado musical de Estados Unidos, su popularidad en México, su carisma y su trágica muerte han alimentado al menos tres obras de ficción televisiva desde que falleció hace 25 años.
La primera parte de la serie de Netflix, de nueve episodios y protagonizada por la actriz Christian Serratos (oriunda de Los Ángeles), se inicia con la niñez de Selena y el desarrollo de su carrera guiada por su padre, Abraham Quintanilla.
La esperada producción, que según uno de sus productores ejecutivos “intenta mostrarle a Hollywood que hay un enorme mercado latino”, fue recibida por los críticos con reseñas mixtas.
En varias de ellas, se cuestiona el escaso desarrollo o profundización del personaje de Selena, aunque también se celebran algunas actuaciones y la representación de referencias de la cultura mexicano-estadounidense.
A propósito de la serie, te presentamos cinco aspectos de la vida y el legado de Selena que quizá no conocías.
La serie de Netflix describe cómo el padre de Selena descubrió su talento para el canto cuando esta era una niña.
Abraham Quintanilla había tenido una banda en sus años de juventud y decidió replicar ese aspecto de su vida pero esta vez con sus hijos.
“Los Dinos”, la agrupación que conformaron principalmente Selena, su hermana Suzette y su hermano A.B., adoptó el mismo nombre del grupo musical que tuvo el padre años atrás.
La banda se convirtió entonces en el principal emprendimiento familiar y exigió mucho del tiempo de la niñez de Selena.
Un autobús para hacer giras por Estados Unidos sustituyó al salón de clases. La cantante no asistió a la escuela secundaria de manera presencial y aprobó unos exámenes que ¡le dieron el título de bachillerato.
En 1989, con apenas 18 años, Selena y la banda firmaron un contrato con la disquera EMI Latin.
Hoy en día, la música de Selena está entre la más popular entre las cantantes latinas, con más de 65 millones de discos vendidos, de acuerdo a su disquera, Q-Productions.
Selena reconocía en entrevistas en español que no dominaba este idioma a la perfección y que, de hecho, todavía lo estaba aprendiendo, pese a que muchos de sus grandes éxitos son en este idioma.
Se dice que aprendió el idioma al interpretar canciones en español para un público muy amplio que se dividía entre México y Estados Unidos.
Quizá sin saberlo o intencionalmente, la cantante encarnó en el ámbito público una realidad de millones de personas en Estados Unidos, especialmente jóvenes de primera, segunda o más generaciones nacidos en el país angloparlante, pero de origen latinoamericano o mexicano.
A 25 años de su muerte, Selena todavía representa “ese puente entre culturas, de alguien que va cambiando entre dos idiomas y que no vemos tan a menudo en los medios”, le dijo a BBC Mundo en una entrevista el pasado marzo el profesor Nathian Shae Rodríguez, quien enseña una cátedra sobre la ídolo tejana en la Universidad Estatal de San Diego.
“Muchas de las investigaciones describen que ella creció hablando inglés pero que aprendió español fonético al escuchar y pronunciar su música”, explicó Rodríguez.
Algunas escenas de la serie de Netflix retratan el apasionado interés que Selena tenía en la moda y los intentos junto a su hermana mayor de elaborar vestuarios con poco presupuesto para la banda.
Ese entusiasmo por el diseño continuó con los años, hasta que la cantante decidió abrir dos boutiques entre 1993 y 1994, en San Antonio y Corpus Christi, que a la vez funcionaban como peluquerías bajo el nombre de Selena Inc.
Un reporte sobre la apertura de una de ellas disponible en YouTube muestra a una emocionada Selena haciendo un recorrido por su tienda y luego imágenes de largas filas de gente queriendo entrar.
En colaboración con un diseñador, la cantante se aseguraba de que las prendas tuviesen su estética e incluía también joyería y otros accesorios.
Selena aspiraba lanzar una línea de ropa de manera formal, según informaron reportes de prensa local.
Tras su muerte, la tienda de San Antonio fue clausurada y la de Corpus Christi cerró en 2009.
No solo se han vendido millones de discos con su música, sino que el legado de Selena ha penetrado en la cultura tejana por generaciones.
“Más de 600 bebés que nacieron en Texas entre abril y septiembre fueron nombradas Selena”, describe un artículo de 1995 de la revista Texas Monthly, el mismo año en que Selena murió.
Fuera de Texas, Selena también influenció de manera importante la cultura pop musical con éxitos como “Como la Flor”, “Amor Prohibido” y “Bidi Bidi Bom Bom”.
En una entrevista con la revista People el pasado marzo, Abraham Quintanilla describía lo que le maravillaba ver a visitantes internacionales en el Museo de Selena (en su ciudad natal de Corpus Christi).
“Vienen de diferentes lugares, Europa, el Caribe, Australia, y traen a niñas vestidas como Selena”, dijo.
La elevación de la cantante a ícono y leyenda ha representado también oportunidades de negocios exitosos.
Uno de los ejemplos más ilustrativos fue el lanzamiento en 2016 de una línea de maquillaje inspirada en la cantante, que se agotó en 24 horas.
Desde ese año, se ha lanzado también una línea de ropa con una marca masiva en Estados Unidos y una nueva colección de maquillaje, que también fue un éxito de ventas.
Y si no hubiese sido por la pandemia, un concierto masivo hubiese tenido lugar el pasado marzo en un estadio de San Antonio (Texas) con capacidad para albergar a 64.000 personas.
En el terreno musical, la popularidad de su música es innegable. En 2018, Billboard reportó que Selena ocupó el tercer lugar en los listados de las artistas latinas más escuchadas, después de Shakira y Natti Natasha.
La representación de la vida de la cantante en producciones televisivas y de cine ha atravesado por disputas legales entre los propios familiares de la artista.
Cuando Selena falleció a los 23 años, llevaba tres años casada con Chris Pérez, el guitarrista de su banda.
La cantante no dejó un testamento y la familia y su esposo quedaron entonces a cargo de descifrar qué pasaría con el manejo de su obra y fortuna.
De acuerdo a la publicación musical Billboard, el padre de Selena le ofreció a Pérez en 1995 el 25% de ganancias a razón de los ingresos netos de la artista, a cambio de ceder los derechos de su música, imagen y vida.
El joven guitarrista aceptó y, según indicó la investigación de Billboard, Quintanilla declaró en un documento judicial que Pérez había recibido alrededor de US$3 millones a lo largo de los 25 años desde que el acuerdo se firmó.
Pero los enfrentamientos legales surgieron cuando Pérez anunció en 2016 un acuerdo con una productora para crear un programa de televisión basado en un libro de su autoría sobre Selena.
Quintanilla lo demandó ese mismo año argumentando que había roto el contrato firmado en 1995 y dos años después Pérez perdió la batalla legal en una corte de apelaciones.
Pérez sostiene que firmó el contrato “bajo coacción” y mientras vivía el duelo de la muerte de Selena, según reportó Forbes.
La serie de Netflix dedica bastante del tiempo de algunos episodios a la historia de amor entre Pérez y Selena, que no gozó de la aprobación del padre de la cantante, quien acabó despidiendo al guitarrista de la banda.