Advertencia: este artículo contiene imágenes que pueden afectar a algunos lectores.
La imagen mostraba llagas moradas y rojas, hinchadas y supurantes de pus.
“Supuestamente es de una participante en los ensayos [de una de las vacunas contra el coronavirus]”, se leía en el mensaje adjunto. “¿Listo para dejarte inyectar?”
A lo largo del día, esos mismos pies fueron mencionados miles de veces en Instagram y Facebook. La imagen también se volvió viral en Twitter.
“Mira, están tratando de lastimarnos deliberadamente con la vacuna”, decía un tuit.
Los pies pertenecen a Patricia, una mujer de unos 30 años que vive en Texas. Y es cierto: participó en un ensayo de la vacuna de Pfizer y BioNTech que comenzó a administrarse el martes en Reino Unido.
Pero esto también es cierto: Patricia nunca recibió la vacuna real. Los registros médicos muestran que recibió un placebo, una pequeña inyección de agua salada.
Los investigadores hacen esto de forma rutinaria, para comparar a los grupos que reciben un medicamento o una vacuna con los que reciben el placebo.
Pero aunque la enfermedad de Patricia no tuvo nada que ver con las inyecciones, eso no impidió que los activistas manipularan su historia para promover sus propias agendas.
Y así, además del dolor físico causado por su condición, Patricia también tuvo que aguantar una oleada de abuso por internet.
Patricia dice que su enfermedad comenzó a fines de octubre, cuando salió a dar un paseo un día de frío con su esposo y su hija pequeña. Comenzó a sentir dolor en el pie izquierdo y su esposo sugirió que podría ser el roce de sus zapatos.
Cuando llegó a casa, sin embargo, descubrió que la planta se había hinchado dolorosamente. Había aparecido una gran ampolla, demasiado grande para ser causada por el calzado. Era tan grande que tuvo que usar uno de los pañales de su hija para cubrirla.
Cuando le salieron ampollas en la planta del otro pie y le resultó difícil caminar, Patricia visitó a un médico, quien mencionó varias causas posibles.
Una de las posibilidades mencionadas fue una mala reacción cutánea a un medicamento.
Patricia inmediatamente pensó en el ensayo de la vacuna en el que estaba participando en ese momento. Había recibido su segunda inyección cinco días antes de que las ampollas aparecieran por primera vez en sus pies.
Y después de ver a su médico, Patricia habló con un pariente que estaba tan preocupado que creó una página de GoFundMe para recaudar dinero para las facturas médicas.
Bajo el sistema de atención médica fundamentalmente privado de Estados Unidos, Patricia ya estaba luchando con los altos costos médicos debido a una condición de espalda.
Y ahora tenía que pedir tiempo libre de su trabajo como asistente de archivo por causa de las llagas en sus pies.
Pero la página de GoFundMe no hizo ninguna mención a las dudas del médico e hizo un vínculo directo entre las ampollas y la prueba de la vacuna.
La solicitud de ayuda decía: “Patricia … fue voluntaria en un estudio de la vacuna COVID-19 recientemente y tuvo una reacción adversa grave”.
Patricia dice que inicialmente estuvo de acuerdo con la redacción. No se dio cuenta de cómo se usaría en internet.
La historia se difundió rápidamente. Después de que un influencer anti-vacunas la publicó, fue retomada en varios lugares, incluido un sitio cristiano evangélico con temática del apocalipsis que promueve teorías de conspiración sobre las vacunas, la pandemia de Covid-19 y las elecciones estadounidenses.
El sitio publicó una versión de la historia de Patricia junto con pasajes de la Biblia que describen a sus pies como marcados por “agujeros con costras que se parecen mucho a las ‘dolorosas llagas’ descritas en [el libro de] Apocalipsis”.
A partir de ahí, se extendió a grupos de Facebook con temas religiosos y antivacunas en todo el mundo. Los enlaces a la historia y la foto de los pies de Patricia se volvieron virales en rumano, polaco y portugués.
Cuando comenzó a correr la voz, los médicos de Pfizer y de Patricia comenzaron a investigar su participación en el ensayo de la vacuna.
Normalmente, a los participantes no se les dice si reciben una vacuna o un placebo; esa información solo se revela a los investigadores una vez que se completa el estudio, para no influir en los resultados.
Pero Patricia dice que debido a sus circunstancias inusuales, los investigadores y la compañía farmacéutica le revelaron que había recibido el placebo de agua salada, no la vacuna de prueba.
Confirmamos ese hecho de forma independiente y consultamos a varios dermatólogos independientes que dijeron que una solución salina inyectada en un brazo no provocaría un brote de afección cutánea en el pie de alguien.
Y después de recibir la noticia y darse cuenta de cómo se había representado la página de GoFundMe, Patricia se arrepintió.
“Tengo que asumir cierta culpabilidad por publicar mi historia”, dijo. “Son las redes sociales. Lo compartes por un segundo y puede ser recogido y viralizado”.
“Mi lesión no tuvo nada que ver con la vacuna. Mi error. La gente comete errores”, agregó.
Su médico continúa buscando la causa real detrás de su condición.
La revelación de que Patricia nunca recibió la vacuna, sin embargo, no ha evitado que la información engañosa siga propagándose.
Y también fue víctima de un torrente de abuso a través de las redes sociales.
Dice que la gente la ha llamado “una idiota, una drogadicta, una delincuente condenada, una estafadora, una persona de carácter cuestionable y cosas peores”.
Activistas antivacunas le enviaron mensajes airados diciendo que nunca debería haber participado en los ensayos y otros le enviaron mensajes abusivos acusándola de alimentar deliberadamente la desinformación.
Patricia insiste en que nunca tuvo la intención de engañar deliberadamente. Inhabilitó sus perfiles de redes sociales debido a los mensajes y dice que está particularmente molesta con el grupo de presión anti-vacunas.
“El hecho de que estos anti-vacunas estén usando esto para alimentar su agenda es exasperante“, dice.
Patricia todavía tiene facturas médicas que pagar. Con la ayuda de su pariente, la página de GoFundMe, que fue eliminada brevemente por el sitio debido a preocupaciones de que estaba promoviendo información errónea, está nuevamente en línea, pero editada.
Esta vez, dice: “Patricia todavía sufre de la dolorosa condición de la piel de sus pies; sin embargo, la causa no está clara“.
GoFundMe ha ofrecido un reembolso a cualquiera que haya donado dinero bajo la falsa impresión de que la lesión fue causada por el ensayo de la vacuna. La página ahora ha recaudado más de US$5.000.
Y la historia de Patricia es solo un ejemplo de un patrón recurrente. Los activistas encuentran una historia que parece respaldar sus puntos de vista y trabajan para difundirla rápidamente, independientemente de la verdad subyacente.
Por su parte, Patricia simplemente “quiere que todo esto termine”. Espera que su médico pueda encontrar la causa de su afección y poder regresar pronto al trabajo.