Para algunas personas el trabajo es casi todo en la vida. Y si de pronto lo pierden, se quedan como un náufrago en medio de la tormenta.
“Pierdes el trabajo y no sabes quién eres”, le dice a BBC Mundo Rebecca Zucker, socia fundadora de la firma estadounidense Next Step Partners, que se dedica a ayudar a la gente a enfrentar los desafíos laborales.
En muchos casos el trabajo no solo te da un salario, explica. Te da reconocimiento, estatus, sentido de pertenencia, autoestima y refuerza la imagen que tienes de ti mismo.
Por eso es bastante común que las personas vinculen su propia identidad a su identidad laboral.
“Como pasamos demasiado tiempo en el trabajo, muchas personas caen en la trampa de considerar el trabajo como una fuente de validación personal”, explica.
El problema ocurre cuando pierdes el empleo, porque no solo estás perdiendo tu fuente de ingresos. Estás perdiendo una de las partes más importantes de tu vida y “no sabes cuál es realmente tu identidad”, agrega.
Incluso aunque la pérdida del trabajo no tenga ninguna relación con tu desempeño y obedezca simplemente a necesidades de la empresa, te quedas con una sensación de catástrofe que te puede llevar a una crisis existencial.
“Aunque no sea algo personal, es difícil no sentirlo como algo personal”, apunta.
En casos más extremos, te puede hacer sentir que no vales nada. Zucker dice que frente a este tipo de situaciones, hay muchas estrategias que te pueden ayudar a ponerte de pie, redescubrir tu identidad y recuperar la confianza en ti mismo.
Estas son las 6 claves que Rebecca Zucker recomienda seguir si has perdido el empleo y no estás seguro de qué camino tomar.
1-Acércate a amigos de toda la vida
Retoma el contacto con amigos de la infancia, la universidad o de trabajos previos -con los que aún tienes un vínculo- porque pueden ser un buen espejo en el que puedas observarte.
Habitualmente nuestras relaciones de confianza suelen reflejar quiénes somos. Se trata de personas que te conocieron y te apreciaron antes de que estuvieras en el trabajo que perdiste. Personas que vieron el valor que tenías como persona, independiente de tu último trabajo.
Hablar con ellos puede recordarte quién eres, más allá de tu identidad laboral. Es posible que te conectes con partes de tu personalidad que habías dejado de lado, como la habilidad de pensar creativamente, de tomar riesgos, de guiar a otras personas.
2-Pon a prueba las creencias que te limitan
Nuestra identidad y el sentido de lo que somos son construcciones mentales. Cuando nos sentimos estancados, a menudo es porque nos vemos desde una sola perspectiva (a menudo improductiva).
Un camino para desafiar creencias sobre ti mismo es preguntarles a contactos personales y profesionales “¿qué valoras en mi?”, para confrontar tu autoimagen, y “¿qué valoras de ti?”, para descubrir una perspectiva que puede ir mucho más allá del trabajo.
Lo más probable es que ninguna de las respuestas esté relacionada directamente con tu trabajo y que muchas de ellas te lleven a reflexionar sobre el valor intrínseco que tienes como persona.
3-Participa en un conjunto más amplio de actividades
Ya sea por las presiones laborales o por las metas que te has fijado tú mismo, probablemente le dedicabas demasiadas horas al trabajo. Aquellos con una fuerte identidad laboral están más inclinados a desarrollar ese tipo de conductas.
Neil Talkoff, un psicoanalista estadounidense, dice que “cuando invertimos demasiado en el trabajo, lo hacemos a expensas de otras áreas de nuestra vida en las que podríamos encontrar significado y propósito”.
Hay otras áreas de la vida que son importantes, como las aficiones, las relaciones personales, aprender nuevas habilidades, hacer deporte, leer, ver películas, viajar o simplemente estar con la familia.
Participar en un conjunto más amplio de actividades puede ayudarte a encontrar sentido en otras cosas y cambiar la manera en que te ves a ti mismo.
Nuestras identidades no son estáticas. Evolucionan con el tiempo. Poca gente diría que eres la misma persona que hace 10 años.
Sin embargo, tenemos un sesgo que puede mantenernos atrapados en una visión rígida de nosotros mismos, percibiendo que nuestra identidad actual es una especie de identidad perpetua.
Basta con que alguien te diga, ¿te acuerdas cuando hacías tal y cual cosa?, y en ese mismo instante te das cuenta que esa persona también es parte de esa identidad, solo que te habías olvidado.
La clave está en visualizar dónde te gustaría estar en 5 o 10 años. Enfocarse en tu “yo futuro” y en quién quieres convertirte, te permite cambiar la narrativa que has construido sobre tu identidad -la historia que te cuenta sobre quién eres realmente- y reenfocar tus objetivos.
Esta práctica puede ayudarte a comenzar a cambiar tu comportamiento y , como ocurre con cualquier objetivo, es más probable que lo logres si se lo cuentas a otras personas.
5-Identifica tus valores fundamentales
Un aspecto de nuestra identidad que se mantiene bastante constante a lo largo del tiempo son nuestros valores fundamentales.
Los valores tienen que ver con lo que consideramos importante y por eso los defendemos: son la esencia de lo que somos.
Lo que puede cambiar con el tiempo es cómo expresamos esos valores y su importancia relativa. Si bien pueden ayudarte a encontrar significado y satisfacción en tu trabajo, trascienden tu identidad laboral.
(Por ejemplo, Rebecca Zucker solía trabajar en la banca de inversiones, hasta que descubrió que uno de sus valores -apoyar a clientes y colaborar con colegas- era un valor fundamental en su vida. Y en su trabajo actual como coach laboral ha redescubierto valores que antes no se expresaban, como la aventura y la independencia).
Aunque el proceso de examinar cómo le das sentido a la pérdida de un trabajo puede ser un desafío personal, siempre ayuda tener el apoyo de un terapeuta capacitado o de una persona que haya pasado por una situación similar para avanzar con más éxito.
Este proceso a menudo requiere una especie de neutralidad mental e intelectual, según explica Neil Talkoff, con la que un individuo puede dar un paso atrás y mirarse a sí mismo de manera más objetiva.
El apoyo externo es particularmente importante para quienes la pérdida del trabajo reafirma las creencias negativas que tienen sobre sí mismos, como sentirse indeseado o inútil.
“Asimilar los pensamientos, observaciones y perspectivas de otra persona puede ayudarte a usarlos como herramientas para crear nuevas ideas y nuevas perspectivas por tu propia cuenta cuenta”, dice Talkoff.
Lo más importante es entender que somos mucho más que nuestro trabajo y que, por lo tanto, perder el empleo no tiene por qué significar que nos hemos perdido a nosotros mismos.