En 2019 los astrónomos nos sorprendieron con la primera imagen que se lograba de un agujero negro.
Dos años después, nos revelan lo que ocurre en el campo magnético que rodea a ese famoso monstruo gravitacional.
Se trata del agujero negro supermasivo ubicado en el centro de la galaxia Messier 87 (M87) en la constalación de Virgo, a 55 millones de años luz de la Tierra.
Este agujero es tres millones de veces más grande que nuestro planeta, con una masa 6.500 millones de veces mayor que la del Sol.
Con esta nueva imagen, los investigadores han podido estudiar por primera vez la región que hay justo fuera del agujero, donde se encuentra su campo magnético.
“Lo que vemos es evidencia crucial para entender cómo se comportan los campos magnéticos alrededor de los agujeros negros”, dijo en un comunicado Monika Mościbrodzka, investigadora del Telescopio de Horizonte de Eventos (EHT, por sus siglas en inglés), colaboración de cerca de 300 científicos que hizo posible la primera imagen del agujero.
Lo que muestra esta imagen es el vórtice de ondas de luz que genera el campo magnético que rodea al agujero.
La imagen revela que una porción significativa de la luz alrededor del agujero M87 está polarizada debido a la atracción del campo magnético.
Eso significa que una luz que normalmente viajaría en todas las direcciones (despolarizada), de repente se ordena y se enfila en una sola dirección (se polariza) debido a una fuerza externa.
En este caso la fuerte gravedad del agujero hace que su campo magnético se doble y haga que las ondas de luz se polaricen, es decir, que oscilen en una misma dirección ordenada.
De esa manera, el campo magnético actúa como un poderoso filtro polarizador que permite ver lo que ocurre en el entorno del agujero.
Los científicos del EHT aprovecharon este fenómeno para observar mejor lo que ocurre en esa zona, de la misma manera que unas gafas oscuras o el filtro polarizado de los vidrios de un automóvil nos permiten ver solamente lo que necesitamos.
Las líneas rectas que muestra la imagen corresponden a la luz polarizada en el campo magnético del agujero negro.
Lo que vemos son los rayos polarizados que logran escapar del horizonte de ventos, que es la frontera donde el agujero se traga todo lo que llega a él.
La imagen muestra la intensidad y la dirección de esos rayos fugitivos.
Un agujero negro engulle la mayoría de la materia que llega a él, pero algunas partículas logran escapar y son lanzadas al espacio a grandes distancias en forma de chorros.
Los chorros de energía y materia en forma de plasma (gas caliente) que escapan del M87 pueden viajar a cerca de 5.000 años de luz de distancia, mucho más allá de la galaxia misma, según el EHT.
Gracias a esta nueva imagen, los expertos pueden estudiar por primera vez esa región donde el agujero traga y expulsa materia.
“Las observaciones sugieren que los campos magnéticos del borde del agujero negro son lo suficientemente fuertes como para tirar del gas caliente, haciendo que resista la atracción gravitatoria”, explica en un comunicado Jason Dexter, investigador del EHT.
Así, con esta nueva imagen, se siguen recopilando pistas para comprender al gran monstruo gravitacinal M87.