En 2002, una adolescente de 15 años fue secuestrada por un hombre armado en Carolina del Sur, Estados Unidos.
Kara Chamberlain estuvo cautiva durante 18 horas, tiempo en el cual fue drogada y abusada sexualmente.
Pero logró escapar de su secuestrador quien -luego descubrió la policía- estaba vinculado al asesinato de por lo menos otras tres personas en el estado de Virginia.
Hoy día Kara es madre de dos, dicta conferencias y utiliza las redes sociales para educar a otras personas sobre su experiencia y cómo entender el trauma que situaciones como la suya pueden causar.
En anticipación a un documental de su historia que saldrá este año, Kara habló con la BBC sobre su secuestro y por qué quiere cambiar la manera en que procesamos y abordamos los choques emocionales que todos sufrimos en nuestras vidas.
En junio de 2002, Kara Chamberlain estaba en casa de una amiga en Columbia, Carolina del Sur. “Nos preparábamos para ira hasta un lago a pasar el día. Me ofrecí para regar las flores de mi amiga mientras ella se duchaba”, contó Chamberlain a la BBC.
Cuando estaba afuera en el jardín, de repente un hombre desconocido condujo un auto hasta la entrada de la casa, se bajó y se le acercó.
Dijo que tenía unos folletos que quería distribuir y le preguntó si podía dejárselos a sus padres, o los padres de su amiga en este caso.
Era Richard Evonitz, un exmarino de 38 años que se había mudado a Carolina del Sur hacía unos años. Sacó un arma y apuntó a la joven.
“Cuando me encontré en esa situación tuve un plan de escape“, dijo Kara a la BBC. “El minuto en que la pistola tocó mi cuello supe, ‘soy una joven diminuta, de 15 años, este es un hombre adulto, no puedo defenderme de él. ¿Cuál es mi mejor alternativa?'”.
La llevó encañonada hasta la puerta del pasajero y la obligó a meterse en un contenedor que tenía en el asiento de atrás y se fue en el auto con ella adentro.
Una vez en su apartamento, Evonitz ató a Kara a una cama, le dio drogas y la violó. La tuvo cautiva durante 18 horas hasta que, finalmente, logró escapar la mañana siguiente mientras su secuestrador dormía.
“Aflojé las ataduras alrededor de mis muñecas y me pude escurrir de la cama donde él estaba durmiendo al lado mío y salí por la puerta”, relató.
“Corrí hacia un automóvil que pasaba por el estacionamiento del complejo de apartamentos y me atravesé en frente con las esposas todavía colgando de una de mis muñecas”.
Les contó a los hombres en el auto que había sido secuestrada y les pidió que la llevaran a donde las autoridades.
Tras la denuncia y descripción de los hecho de Kara Chamberlain, la policía fue hasta el apartamento del sospechoso, pero este ya había escapado.
Lanzaron un operativo de búsqueda y unos días despuéslo rastrearon hasta Saratosa, Florida, donde al verse rodeado, Evonitz se quitó la vida.
Sin embargo, cuando iniciaron una investigación sobre el sujeto, descubrieron entre sus pertenencias evidencia que les indicó que este caso tal vez iba mucho más allá de lo que imaginaban.
Para comenzar descubrieron que Evonitz tenía antecedentes de asalto sexual. Tras someter varios artículos encontrados en el apartamento a pruebas de ADN se le vinculó con por lo menos tres asesinatos en el estado de Virginia que seguían un patrón similar.
Uno fue en septiembre de 1996, cuando Sofía Silva, de 16 años, fue secuestrada frente al jardín de su casa en Spotsylvania, Virginia y su cuerpo descompuesto fue encontrado un mes después en un condado aledaño cerca de una cañada.
Luego, en mayo de 1997, Evonitz secuestró a las hermanas Kristin y Kati Lisk, de 15 y 12, frente al jardín de su escuela. Tras asaltarlas sexualmente, las estranguló y tiró sus cuerpos en un río donde los encontraron cinco días después.
La evidencia forense fue confirmada en agosto de 2002 por la oficina del Sheriff de Spotsylvania. Pero las autoridades están seguras de que Evonitz fue culpable de varios otros casos de violación, abuso sexual y asesinato.
El haber sobrevivido a un asesino en serio motivó a Kara a no sólo recuperarse emocionalmente de las secuelas de su difícil experiencia sino a ayudar a otras personas que hayan sufrido un trauma similar.
En 2003 empezó a trabajar en asistencia de víctimas y en el laboratorio de ADN del Departamento del Sheriff del condado donde vivía, una labor que continuó durante sus años universitarios.
Después de graduarse, ingresó en la academia de policía en donde se dedicó a investigar casos de asalto sexual y abuso infantil.
Más tarde, ya con dos hijos, Kara Chamberlain se propuso a seguir una carrera charlas motivacionales con la idea compartir su historia e inspirar a otros sobrevivientes.
“Tengo estas grandes aspiraciones de lo que puedo hacer con las conversaciones sobre las emociones y el trauma y los que es esta experiencia humana de pasar momentos difíciles”, explicó a la BBC.
A través de las redes sociales, en particular sus cuentas en TikTok e Instagram bajo la identificación @kararobinsonchamberlain ha encontrado la forma de llegarle a cientos de miles con mensajes educativos, informativos y motivadores.
En estos se pregunta qué se puede mejorar para evitar el hostigamiento y abuso sexual, cómo apoyar a las víctimas, empoderar a las sobrevivientes, abordar lo que llama el “trauma secundario” que afecta a las familias, amistades y otros que estén conectados con las víctimas.
“Las estadísticas señalan que un rapto, secuestro o asalto por un extraño es realmente poco común”, señala Chamberlain. Usualmente es alguien que la víctima conoce, así que aboga por estar alertas del entorno y de situaciones incómodas así como de imponer límites que pueden ser muy beneficiosos para la protección personal.
“Odio que tengamos que imponernos la responsabilidad de protegernos a nosotras mismas, pero hasta que la sociedad cambie, así es como son las cosas”, recalca.
Sus mensajes en las redes incluyen consejos sobre la dieta, moda y ejercicios como modos de terapia, también crianza de niños y vida en pareja, pero el tema principal es enfrentar directamente, sin tapujos, las emociones producidas por una experiencia traumática sin importar que sean “negativas”.
“Creo apasionadamente en abrir un espacio para todos los sentimientos. Está bien decir que ‘estoy teniendo un mal día’. Eso no quiere decir que no estás agradecida por las cosas maravillosas que tienes. Esas no son exclusivas la una de la otra”, expresó Kara Chamberlain.
“La felicidad y agradecimiento y tener un mal día o estar enfadada no existen en dos espacios diferentes. Pueden coexistir”, asegura.
Con sus charlas motivacionales y mensajes en las redes sociales busca hacer lo que se ha hecho en torno a la raza, en torno a género y sexualidad: cambiar la manera en que conversamos al respecto.
“Te van a pasar cosas difíciles en tu vida. A todos nos pasan cosas difíciles”, indica, sin embargo hay que “saber que sólo porque cosas malas pasan, no tienen por qué definir tu vida”.
“Bien pueden definir hacia dónde llevas tu vida, pero no tiene que definir lo que eres.”
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