Algunos de los sobrevivientes de los ataques del jueves en el aeropuerto de Kabul, Afganistán, han descrito las escenas de horror que vivieron en una matanza que dejó más de 100 muertos y 150 heridos, y sacudió la misión de evacuación liderada por Estados Unidos.
Para proteger su seguridad, la BBC no difunde los nombres de quienes prestaron sus testimonios.
Algunas de las descripciones que presentamos a continuación pueden herir la sensibilidad de los lectores.
Un afgano que trabajó con una agencia de cooperación internacional y tiene una visa estadounidense era una de las miles de personas que esperaban en los aledaños del aeropuerto a poder salir de Afganistán cuando se produjeron las explosiones.
“Fue como si alguien hundiera el suelo bajo mis pies. Por un momento, pensé que me habían estallado los tímpanos y no podía oír nada”, le dijo a Reuters.
“Vi cuerpos por todas partes y miembros volando por los aires, como si hubiera un tornado”, añadió.
La escena que describió resultó desoladora. “Vi cadáveres, miembros amputados, hombres, algunos ancianos, heridos, y mujeres y niños desperdigados en el lugar de la explosión”.
“No es posible ver el día del juicio en esta vida, pero yo hoy lo vi, lo presencié con mis propios ojos”.
Según dijo, lo normal hubiera sido que las fuerzas de seguridad trabajaran en despejar la zona en la que se produjeron los ataques, pero “no había nadie para manejar la situación, para retirar los cadáveres y llevar a los heridos al hospital o quitarlos de la vista de la gente”.
“Los cadáveres y los heridos estaban tendidos en la carretera y en en el canal de desagüe. El pequeño flujo de agua se había convertido en sangre”, narró.
“Físicamente estoy bien, pero no creo que las heridas mentales y el shock que he sufrido en la explosión me dejen volver a tener una vida normal nunca”, concluyó.
Otros testigos hablaron del caos tras la explosión inicial.
“Cuando la gente oyó la primera explosión hubo un pánico total”, contó a la agencia AFP un hombre llamado Milad, que esperaba junto al aeródromo con su mujer y sus tres niños.
“Entonces los talibanes empezaron a disparar al aire para dispersar a la multitud. Vi a un hombre corriendo con un bebé herido en sus brazos”.
“No quiero volver al aeropuerto nunca. Muerte a Estados Unidos, a su evacuación y a sus visas”, dijo.
Un afgano que trabajó como intérprete para las fuerzas estadounidenses le dijo a la cadena CBS que trató de salvarle la vida a una niña herida en el atentado, tendría alrededor de 5 años.
“Vi a mucha gente herida y tirada en el piso. Vi a una niña allí y me acerqué a ella. La levanté y empecé a llevarla al hospital”.
“La llevaba al hospital, pero murió en mis manos”, relató. “Es descorazonador. Lo que está pasando en este país le rompe a uno el corazón. El país entero se ha derrumbado”.
“Lo intenté. Hice todo lo que pude por ella”, reiteró el intérprete.
Las imágenes compartidas en las redes sociales mostraron a sobrevivientes desesperados tratando de poner a salvo a los heridos, valiéndose de todos los medios a su alcance, incluidos taxis y carretillas.
Un hombre que ayudó a otros a llegar a un centro médico le dijo a la cadena Tolo News que muchas personas cayeron al canal de desagüe por la fuerza de la explosión.
“Llevamos a los heridos en camillas y mire, mis ropas están completamente ensangrentadas”.
El Centro de Cirugía de Kabul, gestionado por la ONG internacional Emergency, dijo que 60 personas llegaron al hospital en menos de dos horas.
El coordinador médico del hospital contó en una publicación de Twitter que los pacientes estaban “aterrorizados, sus miradas totalmente perdidas en el vacío, en blanco. Rara vez nos habíamos visto en una situación así”.