Hombre se negaba a pagar la manutención de su hijo y decide causarle daño, pero el desenlace fue otro.
Era 1992 cuando Bryan Jackson, de 11 meses, fue ingresado en un hospital de Estados Unidos por un ataque de asma y, aunque sus padres estaban divorciados, estaban junto a él en ese momento.
Para ese entonces, Bryan Stewart, padre del menor, se negaba a pagar la manutención de su hijo y nadie pensó que fuera capaz de causarle daño al pequeño; sin embargo, por su mente pasaba una idea escalofriante.
Mientras estaban en la habitación del hospital, Bryan convenció a su exesposa de que lo dejara a solas con el pequeño y fue donde concretó su plan macabro. Le inyectó sangre contaminada de VHI.
Nadie notó lo que sucedió y la familia se fue del hospital una vez terminado el tratamiento de asma del bebé.
Tras el episodio de asma, el pequeños no hizo más que empeorar. Pasaron los meses y cuando cumplió 5 años los médicos le dijeron a su madre que el cuadro de salud de su hijo era bastante grave, pues varios órganos estaban dañados y no tenían la certeza de qué era lo que provocaba el estado crítico de Bryan.
La vida del pequeño cambió radicalmente y su estado de ánimo pasó de ser alegre y eufórico a estar cansado y triste la mayor parte del tiempo, situación que encendió las alertas en la madre del pequeño.
Tras evaluar varios posibles diagnósticos e ir a diferentes hospitales, en Missouri, Estados Unidos, la doctora Linda Steel Green tuvo un presagio sobre el pequeño e indicó la posibilidad de que Bryan tuviera sida.
La madre estaba realmente sorprendida, pues le aterraba la idea de saber cómo su pequeño hijo había contraído tal enfermedad.
Horas después de cotejar varias pruebas especiales el vaticinio fue real: el pequeño Bryan Jackson tenía una infección avanzada causada por el VIH (virus de inmunodeficiencia humana).
Los médicos aseguraban que la alta cantidad de drogas y fármacos utilizados para tratar la enfermedad en un niño tan pequeño era sumamente peligrosa y no creían que sobreviviría.
Fueron varios años los que Bryan tuvo que pasar con tratamientos muy fuertes para poder combatir el virus, pero al final lo logró.
Las investigaciones determinaron que Bryan Stewart, el padre del pequeño, fue el responsable y el juez a cargo de su sentencia lo denominó “el peor tipo de criminal” y le dijo que “ardiera en el infierno”. Cumple una condena de cadena perpetua por lo que le hizo a su bebé con solo 11 meses.
Bryan Jackson logró sobrevivir a pesar de tener que tomar más de 23 pastillas al día y ahora asegura que tiene el 0% por ciento de probabilidades de contagiar el peligroso virus.
Actualmente Bryan Jackson es un activista y apoya a varias fundaciones que se encargan de personas con esta enfermedad.
El padre del pequeño comenzó a trabajar en un centro de análisis sanguíneo donde, según la investigación, robó la muestra que inyectó en su hijo.
El por qué lo hizo ha quedado claro en varias ocasiones, pues el padre de Bryan Jackson tras divorciarse de su esposa no quería dar la manutención del pequeño e incluso quería realizar una prueba de ADN ya que aseguraba que el bebé no era su hijo.
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