Puede ser que no hayas escuchado hablar del pickleball, pero quienes lo juegan dicen que solo necesitas una hora para dominarlo.
Se trata del deporte que más se ha popularizado en Estados Unidos en los últimos años, principalmente desde que mucha gente buscaba nuevas opciones de diversión en la pandemia.
Según la Asociación de la Industria del Deporte y el Fitness (SFIA por sus siglas en inglés), el número de jugadores en el país norteamericano creció 21% en 2020 y al siguiente año 14%.
Hoy casi 5 millones de jugadores disfrutan del pickleball que, si bien fue inventado hace casi 60 años, se había mantenido a las sombras de disciplinas como el tenis.
“Está creciendo locamente, también en otras partes del mundo”, le dice a la BBC Stu Upson, director ejecutivo de USA Pickleball, que dirige a nivel nacional el deporte en EE.UU.
“Hay 37 países que forman parte de la Federación Internacional de Pickleball”, lo cual es más del doble que en años previos.
El pickleball a menudo es descrito como una mezcla de tenis y ping-pong.
Se puede jugar de forma individual o en parejas, ya sea en el interior o al aire libre, con paletas, una pelota y una cancha similar a la del tenis, aunque de dimensiones más pequeñas (13,41m x 6,10m).
El objetivo, como los otros deportes de raqueta, es pasar la pelota por encima de la red y poner en dificultades al oponente para que no pueda devolverla.
Tiene sus reglas más específicas en cuanto al saque y la puntuación, pero luego de dos sets (o tres si hay empate), el ganador será el que tenga una diferencia a su favor de dos puntos.
Los fanáticos del juego dicen que es adictivo, en parte porque es fácil de jugar, pero también porque se eleva el desafío a medida que se mejoran las habilidades.
“A diferencia del tenis o el golf, donde necesitas tomar lecciones solo para tener lo mínimo adecuado, puedes ingresar a una cancha de pickleball y en aproximadamente una hora dejarás de ser el más malo“, asegura Upson.
Pero también hay quien destaca el hecho de que es un deporte que facilita la convivencia social.
La estadounidense Michelle Salem sufrió la pérdida de su pareja hace poco: “Siempre hacíamos deporte. Lo extrañaba mucho y me sentía bastante sola, porque mis amigos tenían pareja”, le dice a BBC Mundo.
“En ese tiempo, el pickleball me ayudó con mi salud mental y mi salud física”.
Al ser los partidos de una duración de unos 20 minutos, la rotación con otros contrincantes lleva a los jugadores a conocer a mucha gente en un mismo espacio.
“Si juegas tenis, solo vas con tu pareja o un grupo pequeño. Pero en el pickelball puedes ir solo y acompañarte de todo el mundo“, dice Salem con entusiasmo.
“Es muy social y pienso que esa es la razón número uno por la que la gente se ha interesado en este deporte. En este tiempo, mucha gente no convive. Y mucha gente está sola. Estamos en el teléfono, pero no hay tanto contacto personal con la gente”.
El pickleball no es nada nuevo: existe desde 1965.
Fue inventado por el congresista estadounidense Joel Pritchard y sus amigos Bill Bell y Barney McCallum durante unas vacaciones de verano en Bainbridge Island, un pequeño lugar en el estado de Washington, cerca de la ciudad de Seattle.
Surgió en un intento por mantener entretenidos a sus hijos en momentos de aburrimiento. Una década después se llevó a cabo el primer torneo oficial de pickleball.
“El origen del nombre del juego es muy interesante, sobre todo porque no se utilizan pepinillos (pickles, en inglés)”, señala USA Pickleball.
Una de las historias de cómo surgió el nombre es la que dio Barney McCallum, quien aseguraba que el juego lleva el nombre del perro de los Pritchard, Pickles, que perseguía la pelota y salía corriendo con ella.
A pesar de que se practicaba desde entonces, el verdadero impulso de popularidad del juego se dio en medio de la pandemia de covid-19.
Según los números reportados por SFIA, ha sido durante estos años, cuando la gente buscaba hacer actividades de manera segura (al aire libre o con distancia), que se dio su gran éxito.
El gusto por este deporte ha crecido tanto en EE.UU. que ya hay al menos tres campeonatos nacionales de renombre.
Las estadísticas que recaba SFIA también muestran que el pickleball ha encontrado su mayor público -casual y recurrente- entre los adultos de mediana edad (50%).
El promedio de los que lo practican de forma casual es de 34,3 años, mientras que los jugadores más recurrentes tienen un promedio de 47,9 años.
“A mí no me gustaba correr y pensé que el tenis de playa era menos de correr, pero no, es más duro. En cambio el pickleball es mucho más fácil, mucho más. No tienes que correr tanto y es muy bueno para mi edad”, dice Salem, quien tiene 63 años.
“Es buenísimo para ejercitarte y para el cerebro, la agilidad mental. Para la gente mayor de 50 años tiene que haber alguna actividad para mejorar el cuerpo o mantenerlo, que no falle”.
Pero Upson, de USA Pickleball, asegura que los jóvenes están volteando a mirar este deporte y es más probable que ellos sean los que se convierten en jugadores profesionales.
Aunque eso ha ayudado a aumentar la popularidad del juego, también ha creado un desafío para los jugadores más grandes.
“La gente joven, muy atlética, no quiere jugar con la gente que no es súper buena. Entonces se hace un problema en las canchas para compartirlas”, explica Salem.
“Para mí, el pickleball es un universo pequeño. Ahí conoces a gente que es amable e inclusiva, pero también te das cuenta de quien no lo es. Uno puedo saberlo instantáneamente, y eso es muy interesante”, añade.
Con el éxito del juego, en EE.UU. están buscando un objetivo utópico: que se vuelva un deporte olímpico.
“Pero para ser reconocido por el Comité Olímpico Internacional, se necesitan al menos 70 países con federaciones (de pickleball)”, explica Upson.
Aunque reconoce que hay “un largo camino por recorrer” para verlo en esos escenarios, el éxito del juego de los últimos años les hace mantener el sueño de lograrlo.