Los pasajeros del submarino Titán están sellados en el interior de la cápsula principal por varios pernos que se aplican desde el exterior y que deben ser retirados por un equipo externo.
Las autoridades buscan a contrarreloj un sumergible comercial desaparecido este domingo con cinco personas a bordo que iban a observar los restos hundidos del Titanic. Dos personas que hicieron el mismo viaje el año pasado compartieron sus temores y experiencias.
La nave, llamada Titán y perteneciente a la empresa OceanGate, perdió toda comunicación y se cree que se encuentra en las remotas aguas frente a la costa canadiense de Terranova (Canadá), en el océano Atlántico.
De acuerdo con el corresponsal de la CBS David Pogue -quien escribió un relato de su viaje en 2022- sería imposible escapar sin ayuda. Además, para los equipos de rescate será todo un reto encontrarlo a tiempo, afirmó a la BBC.
Según Pogue, los pasajeros están sellados en el interior de la cápsula principal por varios pernos que se aplican desde el exterior y que deben ser retirados por un equipo externo.
Asimismo, explicó al programa The Context que la nave tiene siete funciones diferentes para permitirle volver a la superficie y que es “realmente preocupante” que ninguna de ellas haya funcionado hasta el momento.
Sin embargo, Pogue indicó que la capacidad de volver a subir a la superficie del artefacto sería irrelevante si el submarino quedara atrapado o se produjera una fuga. “No hay respaldo, no hay cápsula de escape”, declaró. “Hay que llegar a la superficie o morir”, agregó.
Mientras, Mike Reiss, guionista de comedias televisivas que trabajó en Los Simpson y quien también hizo el viaje el año pasado, reconoció que no es “optimista” sobre el desenlace.
“Conozco la logística y sé lo vasto que es el océano y lo diminuta que es esta nave”, dijo a BBC Breakfast. “Si está en el fondo, no sé cómo alguien va a ser capaz de acceder a ella, y mucho menos traerla de vuelta”, añadió.
Sin embargo, Reiss indicó que todo el mundo es consciente de los riesgos antes de subir.
“Firmas una gran renuncia que enumera una tras otra las formas en que podrías morir en el viaje. Mencionan la muerte tres veces en la primera página, así que nunca te lo quitas de la cabeza“.
“Cuando estaba entrando en el submarino mi pensamiento fue que esto podría ser el final”, declaró. “Así que a nadie que esté en esta situación ha llegado desprevenido. Todos saben en lo que se están metiendo”.
“Es realmente exploración. No son vacaciones. No es una búsqueda de emociones, no es paracaidismo. Son exploradores y viajeros que quieren ver algo”, agregó.
Una inmersión completa hasta el naufragio, incluido el descenso y el ascenso, dura ocho horas en total. Pero la tripulación de la nave Titán perdió contacto con la base 1 hora y 45 minutos tras sumergirse en el mar, según informó la Guardia Costera de Estados Unidos.
El sumergible normalmente transporta oxígeno para una tripulación de cinco personas durante cuatro días (96 horas). OceanGate cobra US$250.000 por persona para su expedición de ocho días que parte de Canadá para ver los restos del famoso naufragio.
Organismos gubernamentales, las armadas estadounidense y canadiense y empresas comerciales de alta mar están colaborando en la operación de rescate, según las autoridades.
Pero lo que complica aún más la misión de recuperación es el hecho de que el GPS no funciona bajo el agua, ni tampoco la radio, lo que significa que actualmente “no hay forma” de comunicarse con el buque.
“Cuando el buque de apoyo se encuentra directamente sobre el submarino, puede enviar mensajes cortos de texto. Está claro que ya no reciben respuesta”, explica Pogue, quien recordó que el Titán se perdió durante unas tres horas en la expedición en la que participó el año pasado.
Pogue reconoció que al principio dudó si subir o no a bordo del submarino porque algunos de sus componentes parecían “del montón, algo improvisado”.
“El submarino se maneja con un mando de Xbox y parte del lastre son tubos de construcción abandonados”.
Pogue afirmó que Stockton Rush, director ejecutivo de OceanGate, le había asegurado que la cápsula principal de fibra de carbono había sido diseñada conjuntamente con la NASA y la Universidad de Washington y que era “sólida como una roca”.
Según Reiss, el Titán es “una nave bellamente diseñada”, pero en la que pueden surgir problemas debido a la naturaleza de la expedición.
“Esto no quiere decir que se trate de una nave de mala calidad ni nada por el estilo, sino que se trata de una tecnología nueva que están aprendiendo sobre la marcha”.
“Hay que recordar los primeros días del programa espacial o los primeros días de la aviación, en los que se cometen muchos errores para averiguar lo que se está haciendo”, apuntó.
Los restos del Titanic se encuentran a unos 700 km al sur de St John’s (Terranova), aunque la misión de rescate se está llevando a cabo desde Boston (Massachusetts).
Entre las personas que viajan a bordo del sumergible se encuentra el multimillonario empresario y explorador británico Hamish Harding, según su familia.
El empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo, Suleman, también se encontraban a bordo, según informó su familia en un comunicado.
Se cree que el explorador francés Paul-Henry Nargeolet está a bordo, según un mensaje publicado en Facebook por Harding antes de que comenzara la inmersión. También se cree que Rush, director de OceanGate, se encuentra a bordo.
En un comunicado hecho público el lunes, OceanGate declaró que “toda su atención se centraba en los tripulantes del sumergible y sus familias”.
La empresa añadió que estaba “profundamente agradecida” por la “amplia ayuda” que le habían prestado organismos gubernamentales y empresas dedicadas a operaciones en aguas profundas.
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