El primer vagón del Tren Maya llega al balneario mexicano de Cancún
Custodiado por agentes de la Guardia Nacional de México, el primer vagón del polémico Tren Maya llegó este sábado 8 de julio al balneario de Cancún, Caribe mexicano, informaron autoridades del tren.
El tráiler de plataforma abierta que transportaba a la cabina del tren, la cual se encontraba completamente cubierta, llegó a las 8.30 hora local (14.30 GMT) a los talleres del ferrocarril en Cancún, que se ubican detrás del aeropuerto internacional.
Dos horas antes, el tráiler había ingresado al estado de Quintana Roo (sureste).
Este primer vagón forma parte de un convoy de cuatro vagones que desde el 3 de julio partieron de la planta de la firma Alstom en Ciudad Sahagún, estado de Hidalgo, centro de México.
Por seguridad, en los días posteriores a su salida, en ciertos tramos de carretera rumbo a Quinta Roo, el traslado de los cuatro vagones fue a velocidad controlada, entre 50 y 60 kilómetros por hora.
Por ello, las autoridades mexicanas decidieron “adelantar” el arribo de la cabina del tren para este sábado ya que era la fecha pactada para la llegada.
Se espera que los otros tres vagones lleguen a Cancún en la noche de este sábado 8 de julio o en las primeras horas del domingo 9.
Autoridades de la empresa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que estará a cargo de la operación y administración de este sistema, cuya infraestructura se construye a marchas forzadas, han dicho que la fecha para poner en marcha el Tren Maya sigue firme para el 1 de diciembre de 2023 y comprende todo el circuito del Tren Maya.
Detrás del Aeropuerto Internacional de Cancún se construye una de las estaciones más grandes de todo el proyecto y las obras están en marcha las 24 horas del día.
El Tren Maya abarca los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, donde se planea construir una ruta de mil 554 kilómetros de vía férrea.
El Tren Maya es uno de los megaproyectos del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el que busca potenciar el desarrollo en el sureste mexicano, mientras que organizaciones nacionales e internacionales han manifestado su preocupación por el posible impacto negativo a los derechos humanos de los pueblos indígenas mexicanos y en el medioambiente de la zona.