La Organización Mundial de la Salud designó esta semana a una nueva variante de covid-19 como “variante de interés”.
Su nombre científico es EG.5, aunque coloquialmente se la conoce como Eris, siguiendo la tradición del uso de la nomenclatura griega, pese a que la OMS no la llama así oficialmente.
Esta variante está relacionada con la subvariante de ómicron XBB.1.9.2, y, según señala la OMS, está aumentando su prevalencia en el mundo, sobre todo en países como Estados Unidos, China, Japón, Canadá y Reino Unido.
“El virus de la covid-19 no ha desaparecido y esperamos verlo circular más ampliamente en los meses de invierno, con un aumento del número de enfermos”, señaló Mary Ramsay, directora de los programas de salud pública de la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido.
A nivel global, durante la semana del 17 al 23 de julio, por ejemplo, la prevalencia de Eris fue de 17,4%.
“Este es un aumento notable respecto a la información reportada cuatro semanas antes (del 19 al 25 de junio), cuando la prevalencia global fue de 7,6%”, dice la OMS.
Aunque los casos están en aumento, es importante destacar que se trata de una variante que no presenta un riesgo particular a la salud pública.
Y si bien es más contagiosa y puede evadir la inmunidad, no provoca una enfermedad más virulenta en comparación con otras variantes.
“Mientras que la EG.5 ha mostrado un aumento en su prevalencia, una ventaja de crecimiento, y propiedades para escapar a la inmunidad, no se han reportado cambios en la severidad de la enfermedad hasta la fecha”, señala el documento de la OMS.
Los síntomas de Eris no varían mayormente de los síntomas de covid a los que ya estamos acostumbrados, y pueden variar en su intensidad: desde leves a más graves.
Incluyen fiebre o escalofríos, dolor de cabeza, dolor muscular o del cuerpo en general, dificultad para respirar, así como pérdida del sentido del gusto o del olfato.
También puede dar lugar a tos, estornudos y mucosidad.
El problema es que como estos síntomas pueden confundirse fácilmente con los de una gripe, ahora que ya casi no se hacen pruebas de detección, es muy fácil contraer la enfermedad sin identificarla como tal.
Se estima que las vacunas y refuerzos actuales sirven como protección, con lo cual los expertos recomiendan continuar con esta estrategia, así como mantener las conductas aprendidas durante la pandemia como el uso de mascarillas, sobre todo en entornos muy concurridos y ventilar regularmente los ambientes cerrados.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, señaló recientemente que “los países no deberían bajar la guardia”, aunque la gente está ahora más protegida por las vacunas e infecciones previas.
“Urgimos a los gobiernos a mantener y no desmantelar los sistemas que desarrollaron para la covid-19″, añadió.
Hasta el momento, la covid-19 ha matado a más de 6,9 millones de personas en todo el mundo, y se han registrado más de 768 millones de casos confirmados desde la aparición del virus.
La OMS declaró el inicio de la pandemia en marzo de 2020 y puso fin al estatus de emergencia global en mayo de este año.
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