Hay un elemento sencillo pero crucial en el meollo de cómo entender la amenaza que representa el coronavirus: el número de reproducción básico o R0.
El R0 es el número de personas a las que un individuo puede pasar un virus, en promedio, suponiendo que nadie es inmune y que la gente no cambia su comportamiento para evitar enfermarse.
Es decir, mide la capacidad del virus para propagarse.
Y, en la pandemia de covid-19, se ha convertido en el factor fundamental que usan de guía los gobiernos a la hora de adoptar estrategias para proteger a la población.
En particular, los gobiernos usan el R0 sobre todo a la hora de determinar la implementación y el levantamiento de los confinamientos.
El sarampión, por ejemplo, tiene uno de los números más altos existentes con un factor de reproducción de 15. Puede causar brotes explosivos.
El nuevo coronavirus, conocido oficialmente como SARS-CoV-2, tiene un número de reproducción aproximado de 3, aunque los cálculos varían.
Si el número de reproducción es mayor a 1, entonces la cantidad de casos aumenta exponencialmente.
La meta de los gobiernos en todo el mundo ha sido tratar de forzar el número de reproducción de alrededor de 3 a por debajo de 1.
Por eso es que somos muchos los que no hemos podido ver a la familia, hemos estado trabajando desde casa y los niños no van a la escuela.
La principal herramienta que los gobiernos han utilizado es el distanciamiento social, evitar que las personas entren en contacto entre sí para frenar la capacidad de propagación del virus, incluso a costa de paralizar la economía.
El número de reproducción no es permanentemente fijo.
Al contrario, se altera a medida que nuestro comportamiento cambia y según se desarrolla inmunidad contra el virus.
Los expertos en modelos matemáticos del Imperial College London se han puesto la tarea de rastrear cómo ese número ha ido cambiando a medida que se aplicaban las órdenes de aislamiento, distanciamiento social y confinamiento total.
Antes de que cualquiera de esas medidas fuera aplicada, el número era bastante superior a 1 y las condiciones estaban prontas para un gran brote.
Las sucesivas restricciones lograron bajar esa cifra, pero no fue hasta que se implementaron las órdenes generalizadas de confinamiento que se pudo comprimir por debajo del vital umbral de 1.
Es un poco técnico, pero en este momento los científicos se refieren al Rt, en lugar del R0, porque el número cambia con el paso del tiempo.
La cifra parece haber llegado esta semana a 0,7. Siempre hay incertidumbre con este tipo de trabajo, pero hay bastante confianza dentro del grupo de asesores científicos del gobierno británico de que la cifra en general está por debajo de 1.
La situación es diferente en algunos hospitales y hogares de ancianos donde el virus se propaga con mayor facilidad.
A medida que los países consideran si levantar las órdenes de confinamiento, el objetivo será mantener el número de reproducción por debajo de 1.
“El número de reproducción será una consideración importante”, dijo a la BBC el doctor Adam Kucharski, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
“Existe el riesgo de regresar muy rápidamente a esa zona exponencial. El gran desafío es asegurarse de no relajar (las medidas) demasiado y aumentar la transmisión”.
Sin embargo, hay un hecho molesto asociado con el número de reproducción básico.
Se ha realizado un esfuerzo monumental que ha afectado negativamente las vidas de las personas, para llevar ese número de 3 a 0,7.
El doctor Kucharski destaca que mantener ese número por debajo de 1 “no te permite mucho espacio de maniobra“.
A principios de abril, Alemania logró bajar el número de reproducción a casi 0,7, registro más recientemente alcanzado por Reino Unido.
El Instituto Robert Koch en Alemania informó que la cifra se había elevado en días recientes a 1, antes de bajar otra vez a 0,75.
“El número debe permanecer por debajo de 1, esa es la gran meta”, declaró el profesor Lothar Wieler, director del instituto.
Desafortunadamente, no hay un manual que diga definitivamente cuánto cambia la capacidad de propagación del virus con cada intervención, aunque se pueden hacer estimativos.
“El confinamiento introduce todas estas estrategias a la vez así que no tenemos una buena medida de cuánto contribuye cada una a la reducción”, explicó el doctor Kucharski.
“A la hora de abrir las escuelas versus abrir los lugares de trabajo versus otros sitios de congregación, el entender cómo aumentan el número de reproducción va a ser el gran desafío”, añadió el doctor.
Otro asunto es que el comportamiento de la gente varía con el tiempo también, lo que significa que el número puede empezar a escalar aun cuando las políticas de confinamiento se mantengan iguales.
Lo que probablemente se va a necesitar serán nuevas maneras de controlar el virus, como efectuar más pruebas de detección de la infección y el rastreo o las aplicaciones de rastreo y localización.
El número básico de reproducción es uno de los tres principales factores para rastrear la situación de la epidemia.
Otro es la severidad, ya que si tienes una forma leve de la enfermedad que no genera muchos problemas es posible que no consigas evitar relajarte un poco. El coronavirus y la enfermedad que causa, covid-19, desafortunadamente es severa y mortal.
El tercero es el número de casos, que es importante para decidir cuándo actuar. Si se tiene un alto número de casos, pero se relajan las restricciones que permiten que el número de reproducción llegue alrededor de 1, entonces se continuará teniendo un alto número de casos.
Tener una vacuna es otra manera de reducir el número de reproducción básico.
Un paciente con coronavirus infectaría naturalmente a un promedio de otros tres.
Pero si una vacuna pudiera proteger de la infección a dos de ellos, el número de reproducción caería de 3 a 1.