Nuevas variantes de coronavirus más contagiosas que la original, que dio inicio a la pandemia, están emergiendo en distintas partes del mundo.
Nuevas variantes de coronavirus más contagiosas que la original, que dio inicio a la pandemia, están emergiendo en distintas partes del mundo.
Científicos están estudiando estas mutaciones para entender exactamente qué riesgo suponen.
La preocupación de los expertos está centrada ahora en un pequeño número de nuevas variantes de SARS-CoV-2:
El hecho de que hayan surgido nuevas variantes no es sorprendente: todos los virus mutan a medida que van generando copias de sí mismos para propagar la infección.
Actualmente hay muchas miles de diferentes versiones o variantes de covid-19 en circulación.
La mayoría de las diferencias entre ellas no son importantes. Algunas pocas pueden incluso ser perjudiciales para la supervivencia del virus.
Pero otras pueden hacer que éste sea más infeccioso o peligroso.
Se sospecha que las variantes de Reino Unido, Sudáfrica y Brasil pueden ser mucho más contagiosas o fáciles de contraer que versiones previas del virus.
Las tres han sufrido cambios en la proteína espiga. Esta es la parte del virus que se aferra a las células humanas para poder entrar en ellas y reproducirse.
Como resultado, estas variantes parecen ser más efectivas para infectar células y propagarse.
Expertos creen que la variante de Reino Unido apareció en septiembre, y que puede ser hasta un 70% más transmisible o infecciosa, aunque las investigaciones más recientes publicadas por Salud Pública de Inglaterra estiman que este valor oscila entre el 30% y el 50%.
Esta variante es la que ha impulsado la cuarentena más reciente -aún vigente- en todo el país.
La variante de Sudáfrica emergió en octubre, y tiene cambios potencialmente más importante en la proteína espiga que la variante de Reino Unido.
Tiene una de las mismas mutaciones que esta última, más otras dos que científicos creen que puede interferir con la efectividad de la vacuna.
Una de ellas puede ayudar al virus a evadir los anticuerpos que produce nuestro sistema inmune (para combatir al virus).
La variante de Brasil emergió en julio y tiene tres mutaciones clave en la proteína espiga, lo que la hace similar a la variante sudafricana.
Las vacunas actuales están diseñadas en torno a las variantes previas, pero científicos confían en que todavía funcionen para las nuevas, aunque quizás no tan bien.
Las vacunas entrenan al cuerpo a atacar a diferentes partes del virus. Sin embargo, no a estas secciones de la proteína espiga.
En el futuro, pueden surgir nuevamente variantes que sean diferntes.
Incluso en el peor de los casos, las vacunas pueden ser rediseñadas y modificadas de ser necesario en cuestión de semanas o meses, dicen expertos.
Al igual que con las vacunas de la gripe, en las que se da una nueva cada año en función de los virus de la gripe que estén circulando, algo similar puede llegar a pasar con el coronavirus.
Actualmente no hay evidencia que indique que ninguna pueda provocar una infección más grave.
Medidas como lavarse las manos, mantener la distancia social y usar mascarilla seguirán siendo útiles para prevenir nuevas infecciones, y como las nuevas variantes se contagian más fácilmente, es importante tener aún más cuidado.
Van a surgir más variantes.
Científicos en todo el mundo están atentos y cualquier nueva variante que surge será estudiada con detenimiento y monitoreada.
Investigadores del Instituto de Investigación Médica de Kenia dicen que están analizando una nueva variante que es diferente a la de Reino Unido y Sudáfrica, por ejemplo.
El ministro para el desarrollo de la vacuna en Reino Unido, Nadhim Zahawi, dice que ya se han puesto en práctica medidas para producir otra tanda de vacunas en caso de ser necesario.