Si la meteorología lo permite, a las 4:33 p.m. (21:33 GMT) la NASA y la compañía privada SpaceX planean enviar dos astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI).
Doug Hurley y Bob Behnken son los elegidos para viajar dentro de la cápsula Crew Dragon, impulsada por el cohete Falcon 9.
Todo está listo en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida), para la primera misión espacial tripulada que parte desde suelo estadounidense en nueve años. Desde allí también partieron el Apollo XI y el transbordador Columbia.
También será la primera vez que una empresa privada sirva de “taxi” para que la NASA ponga a sus astronautas en órbita.
Así, el éxito de esta misión puede ser el comienzo de una nueva era en la que empresas privadas vendan viajes al gobierno o a cualquier persona dispuesta a pagar para ir al espacio.
El Falcon 9, que debe despegar exactamente a las 4:33 p.m. (21:33 GMT) o de lo contrario la cápsula Crew Dragon no podrá acoplarse con la EEI, es un cohete de dos etapas.
Su segmento inferior se encenderá durante 2,5 minutos antes de apagarse y separarse. Esto dará paso a que la segunda etapa se active durante otros seis minutos para poner al Crew Dragon en órbita.
Luego, la cápsula se desprenderá y hará el resto del viaje a la EEI utilizando sus propios propulsores.
A la segunda etapa del cohete se le ordenará que arda en la atmósfera.
En cambio, el segmento inferior del cohete deberá aterrizar en un barco no tripulado en el Atlántico. Esta es la especialidad de SpaceX, que distingue a su Falcon de todos los demás cohetes orbitales.
La Crew Dragon es una cápsula que viaja en piloto automático y traza su propio camino hasta la EEI.
Hurley y Behnken, sin embargo, deberán tomar el mando a través de la pantalla táctil de la nave en caso de que ocurra algún imprevisto.
El módulo fue diseñado teniendo en cuenta cualquier emergencia, ya sea una falla del cohete en la plataforma o durante el vuelo.
Si esto sucede, la nave utilizará un poderoso sistema de propulsión para salir expulsada hasta una distancia segura. SpaceX ha ensayado este escenario tanto en tierra como en el aire.
Si todo sale bien, la cápsula Dragon debería llegar a la EEI 19 horas después del lanzamiento.
En ese momento el módulo se alineará con la proa de la estación espacial y se acercará a una velocidad relativa de solo unos centímetros por segundo. Finalmente la nave y la estación quedarán acopladas herméticamente.
Aún no está definido cuánto tiempo estarán Hurley y Behnken en la EEI, que orbita la Tierra a unos 400 km de altura.
Se calcula que podría ser poco más de dos meses, pero es poco probable que sean más de 120 días.
Las celdas solares del Crew Dragon se degradan en órbita, por lo que la NASA seguramente traerá a los tripulantes a casa mucho antes de que el rendimiento de la maquinaria se vea comprometido.
El descenso a la Tierra se hará sin prisa, mediante un procedimiento que SpaceX ha repasado varias veces.
Cuando sea el momento de volver, los astronautas planean hacer un vuelo libre de dos horas para probar los sistemas y procedimientos a bordo.
Al momento de entrar a la atmósfera de la Tierra, el Crew Dragon estará protegido por un escudo térmico.
Cuatro grandes paracaídas reducirán la velocidad de la nave espacial para que caiga suavemente en el Atlántico, a 450 km de la costa de Florida.