Amy dice que todo comenzó porque su esposo parecía conocer detalles íntimos sobre sus amigos.
“Solía soltar cosas cuando conversábamos, como saber que Sarah tenía un bebé. Cosas realmente privadas que no debería haber sabido”.
“Si le preguntaba cómo sabía esas cosas, me decía que yo se lo había contado y me acusaba de estar perdiendo la razón”, cuenta.
Amy (nombre ficticio) también comenzó a preguntarse por qué su marido sabía dónde estaba en todo momento.
“A veces decía que me había visto en un café con mis amigos y que había pasado por allí de casualidad. Empecé a cuestionarlo todo y a no confiar en nadie, ni siquiera en mis amigos”.
Durante meses, este tipo de incidentes aumentaron, convirtiendo lo que ya era un matrimonio abusivo en una pesadilla que llegó a un fin escalofriante después de un viaje familiar de Halloween.
“Habíamos visitado un huerto de calabazas y, raramente, estábamos teniendo un buen fin de semana, lo que básicamente significa que mi esposo no se la había agarrado conmigo. Nuestro hijo de 6 años estaba jugando en el piso y estaba muy feliz”, recuerda Amy.
“Mi esposo me pasó su teléfono para mostrarme una foto que había tomado en la granja y en esa fracción de segundo vi aparecer una alerta en su pantalla. Decía: ‘El informe diario sobre la Mac de Amy está listo”.
“Sentí que me recorría un escalofrío y dejé de respirar por un minuto. Tuve que disculparme y fingí que necesitaba ir al baño. Tenía que estar allí por mi hijo y fingir que no había visto nada”.
“Apenas pude, fui a la biblioteca para usar la computadora y buscar el spyware que él había utilizado. Fue entonces cuando todo tuvo sentido después de meses de pensar que me estaba volviendo loca”.
Stalkerware, también conocido como spouseware, son potentes programas de software de vigilancia que generalmente se venden abiertamente en internet.
Consigue acceder a un dispositivo para leer todos los mensajes, registrar la actividad de la pantalla, rastrear ubicaciones de GPS y utilizar cámaras para espiar lo que hace un individuo.
Según la compañía de ciberseguridad Kaspersky, el número de personas que descubrieron esta clase de software en sus dispositivos aumentó en al menos un 35% durante el último año.
Los investigadores de Kaspersky dicen que sus tecnologías de protección han detectado stalkerware en 37.532 dispositivos en lo que va del año.
Y el investigador principal de seguridad David Emm dice que esto es la “punta de un iceberg muy grande“.
“La mayoría de las personas protegerá rutinariamente una laptop o computadora de escritorio, no muchas personas protegen realmente un dispositivo móvil”, dice.
“Esta información proviene de las instalaciones de nuestro producto [en teléfonos inteligentes]… por lo que esta cifra ni siquiera se acerca a lo que sería el total”.
Los hallazgos de Kaspersky indican que Rusia es el país con los niveles más altos de actividad de stalkerware. Le siguen India, Brasil, Estados Unidos y Alemania.
Otra compañía de seguridad dice que hay pasos prácticos que las personas pueden tomar si sospechan que están siendo espiadas.
“Siempre es aconsejable verificar qué aplicaciones están en su teléfono y realizar un análisis de virus cuando sea necesario, y si hay alguna aplicación en su dispositivo que uno no reconoce, vale la pena buscar información en internet y eliminarlas si es necesario”, dice Jake Moore, de la empresa Eset.
“Como regla general, si no estás utilizando una aplicación, elimínala“.
Esquivando el “stalkerware”
Consejos para evitar ser víctima:
Fuente: BBC
Una vez que Amy se dio cuenta de que su computadora había sido afectada, desarrolló una gran desconfianza hacia la tecnología, que solo ahora está superando.
Organizaciones benéficas dicen que esta es una respuesta psicológica común a un trauma como ese.
Jessica es otra víctima del stalkerware. Su exmarido la espiaba habitualmente a través del micrófono de su teléfono y jugaba con su mente al repetir frases específicas que ella y sus amigas habían usado en conversaciones privadas.
Han pasado años desde que escapó de aquella relación, pero todavía deja su teléfono en el auto cuando va a ver a sus amigos.
Gemma Toynton, de la organización británica contra el abuso doméstico Safer Places, dice que detecta este efecto a largo plazo en muchos de los casos que atiende.
“Reduce la confianza de alguien”, explica. “Les hace ver un teléfono o una computadora portátil como un arma, porque para eso se ha utilizado”.
“La tecnología se ha convertido, en sus mentes, en una red que los rodea y mucha gente deja de usar internet”.
“Realmente impacta toda su vida. El hecho de que este stalkerware esté en aumento es una preocupación real”.
Amy está ahora divorciada y vive a muchos kilómetros de distancia de su exmarido.
Él tiene una orden de alejamiento que le impide el contacto directo con ella y legalmente se le permite comunicar la logística sobre el cuidado de su hijo solo por carta.
Amy dice que se debe hacer más por legislar contra el uso de estas tecnologías. “Deben dejar de esconderse detrás de la negación plausible”, dice.
“Hay un guiño cuando las compañías envían este pequeño aviso que viene a decir: ‘No aprobamos que espíes a las esposas’. Sin embargo, saben lo que hacen sus clientes. Este software causa un daño real”.