Los hombres menores de 40 años que tienen sexo con hombres son los más afectados por el virus de la viruela del mono en los primeros meses desde que los casos comenzaron a extenderse por todo el mundo.
En Estados Unidos, por ejemplo, ya se detectaron los dos primeros casos de esta infección en bebés.
“Es cuestión de semanas que empecemos a ver más casos en otros grupos, como los heterosexuales o los niños”, vaticina el médico Nésio Fernandes, presidente del Consejo Nacional de Secretarios de Salud de Brasil.
“Esta es la evolución natural esperada de la enfermedad”, añade.
Uno de los principales estudios que evalúa esta pregunta se publicó recientemente en The New England Journal of Medicine.
En él, expertos de la Universidad Queen Mary de Londres, en colaboración con varias otras instituciones británicas, evaluaron 528 casos de viruela del mono que ocurrieron entre abril y junio en 16 países diferentes.
Los números muestran que el 98% de los pacientes se declararon homosexuales, bisexuales u hombres que tienen sexo con otros hombres. Tres cuartas partes de ellos dijeron que eran blancos y el 41% eran VIH positivos.
La edad media de los individuos evaluados fue de 38 años y el 95% tenían las relaciones sexuales como principal sospecha de contacto con la viruela del mono.
En cuanto a los síntomas, el estudio encontró que el 95% tenía irritación de la piel (dos tercios tenían menos de diez lesiones).
En el 73% de los participantes, la localización de las llagas fue en la región del ano y los genitales, mientras que el 41% presentó irritaciones en la mucosa de la boca.
Entre los síntomas generales, el 62% de los pacientes presentó fiebre. Otros signos comunes fueron ganglios linfáticos inflamados o “bultos” (aparecieron en el 56% de los participantes), letargo (41%), dolor muscular (31%) y dolor de cabeza (27%).
El período de incubación promedio, o el tiempo entre el contacto con el virus y la aparición de los síntomas, fue de siete días. Pero algunas personas tardaron entre tres y 20 días en tener las primeras manifestaciones de la viruela del mono.
Especialistas consultados por BBC Brasil aclaran que no tiene sentido ver solo a los hombres que tienen sexo con otros hombres como grupo de riesgo para este virus.
“La concentración de casos en estos individuos es una cosa del momento y cada enfermedad tiene su propia dinámica”, destaca el médico Alexandre Naime Barbosa, vicepresidente de la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas.
“Ya tenemos en el mundo por lo menos 70 u 80 niños diagnosticados con viruela del mono y la mitad de ellos tiene menos de cuatro años”, calcula el especialista, quien también es docente de la Universidade Estadual Paulista.
La principal forma de transmisión de la viruela del mono es el contacto directo con las heridas de alguien infectado. Por eso se ha demostrado que la relación sexual, donde existe el roce piel con piel, es uno de los focos de contagio más frecuentes.
Pero este virus también puede transmitirse a través de gotitas de saliva o a través de objetos contaminados como platos, toallas y sábanas.
Una cuarta forma de contraer la viruela del mono es a través de la proximidad de animales que portan el patógeno; esta, por cierto, es una de las principales formas de transmisión en regiones de África donde el virus ha sido endémico durante décadas, especialmente en áreas silvestres.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe que este modo de infección puede ocurrir a través del contacto directo con sangre, fluidos corporales y lesiones en la piel de animales infectados, como roedores y primates.
En opinión de la infectóloga Mirian Dal Ben, del Hospital Sirio-Libanés de São Paulo, todas estas formas de transmisión (especialmente el sexo, la saliva y los objetos contaminados, que propagan la enfermedad a varios países) hacen que “tarde o temprano , la viruela del mono creará cadenas de transmisión en otros subgrupos”.
“No es una enfermedad restringida a un perfil u otro”, dice.
“Y parece que tenemos tanto miedo de estigmatizar a algunos colectivos que no somos capaces de ofrecer una orientación adecuada a los que más riesgo corren en estos momentos”, dice la médica.
El primer paso es ser consciente de los síntomas y buscar una evaluación médica si aparecen.
“Cualquier lesión que comienza con un edema o un pequeño enrojecimiento y evoluciona a una mancha, tiene líquido, forma una herida y costras, puede ser viruela del mono”, describe Barbosa.
Estas manifestaciones pueden aparecer en el ano, los genitales, la cara y las manos.
“Esta lesión también puede ser acné, herpes, culebrilla o una serie de otras cosas. Pero ante la duda, es importante buscar atención médica y hacerse una prueba”, agrega.
Si el examen confirma la presencia de este agente infeccioso, los profesionales de la salud recomiendan el aislamiento y evitar el contacto cercano con otras personas hasta que las heridas estén completamente curadas (incluso su costra aún porta el virus).
Al limitar la interacción, el paciente reduce el riesgo de transmitir el virus y evita la creación de nuevas cadenas de contagio en la comunidad.
En la mayoría de los casos, la condición progresa bien y la persona se recupera después de algunas semanas. El estudio británico reveló que el 13% de los pacientes en seguimiento necesitó ingreso hospitalario, siendo los principales motivos de ingreso dolor intenso en ano y recto, infecciones oportunistas y, más raramente, faringitis, traumatismos oculares, insuficiencia renal aguda y miocarditis (un tipo de inflamación en el corazón).
Algunos países, como Reino Unido, España y Estados Unidos, ya iniciaron una campaña de vacunación contra la viruela del mono.
Por ahora, no está claro si los preservativos ayudan a proteger contra este virus, aunque su uso sigue siendo fundamental para prevenir la transmisión de diversas enfermedades de transmisión sexual (ETS), como el VIH, la sífilis, la gonorrea y algunas hepatitis.
En una conferencia de prensa reciente, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también aconsejó que los grupos donde la enfermedad es más común en este momento limiten temporalmente el número de parejas sexuales.
“Para los hombres que tienen sexo con hombres, eso significa tomar decisiones más seguras para sí mismos y para los demás”, dijo.
Andy Seale, asesor de la OMS sobre VIH, hepatitis y ETS, dijo que esperaba que esta guía fuera válida solo por un plazo breve. “Nuestra esperanza es que este brote no dure mucho”.