Debido a su enfermedad previa, muchos asmáticos temen un mayor riesgo si se contagian de COVID-19. Sin embargo, expertos aconsejan no dejar de usar los aerosoles de cortisona.
Los ancianos o las personas con enfermedades respiratorias anteriores son parte del grupo de riesgo de la actual pandemia de COVID-19. Y como el agresivo virus SARS-CoV-2 afecta principalmente a los pulmones, muchos pacientes con asma temen un mayor riesgo de infección y un desarrollo potencialmente más grave de la enfermedad.
También ha causado incertidumbre los indicios de que los medicamentos utilizados con frecuencia por los asmáticos aumentan aún más el riesgo de infección.
Los aerosoles de cortisona son los más utilizados en la terapia del asma, o las pastillas de cortisona en casos graves, porque tienen un efecto antinflamatorio y reducen la hipersensibilidad asmática de los bronquios. Esto hace que la defensa inmunológica del cuerpo baje, de modo que la sustancia activa tiene un efecto inmunosupresor.
Los neumólogos y expertos alemanes quieren contrarrestar esta incertidumbre con una declaración conjunta. Según declararon, el riesgo no aumenta en los pacientes con asma que llevan tratamiento mientras sigan tomando su medicación regularmente y no dejen de tomarla sin consultar con su médico. En caso de empeoramiento, la dosis de cortisona se debe ajustar de acuerdo a las instrucciones del neumólogo tratante.
Esta evaluación contrasta con las posiciones que critican el tratamiento con corticosteroides inhalables. Por ejemplo, el virólogo del hospital Charité de Berlín, Christian Drosten, recomienda cuidadosamente que los pacientes con asma consulten con su neumólogo si el medicamento para el asma a base de cortisona podría ser reemplazado por uno que no interfiriera tan fuertemente en el sistema inmunológico.
Sin embargo, como tal relación aún no se ha probado científicamente, los expertos de la Sociedad Alemana de Neumología y Medicina Respiratoria (DGP, por sus siglas en alemán) continúan apoyando la terapia de inhalación.
Los expertos advierten que la interrupción repentina de la medicación o un cambio de terapia podrían ser mucho más peligrosos que el alto riesgo de infección por el SARS-CoV-2, que aún no ha sido demostrado.
Especialmente las personas mayores con asma severa y pacientes que regularmente toman pastillas de cortisona correrían un mayor riesgo, aseguran. Los pacientes asmáticos que hasta ahora solo han usado aerosoles de cortisona ocasionalmente, deberían empezar a hacerlo regularmente para que las vías respiratorias permanezcan abiertas y el paciente no tenga que luchar contra la tos o la falta de aire. Si el espray de cortisona no ayuda, se debe consultar al médico tratante.
Básicamente, las personas con enfermedades respiratorias crónicas son menos capaces de combatir los virus por sí mismas porque la mucosa pulmonar está debilitada por la enfermedad existente. Sin embargo, según el neumólogo y profesor de la Clínica de la Universidad de Múnich, Rainald Fischer, los pacientes con asma no corren un riesgo tan alto, ya que su mucosa bronquial normalmente solo tiene una inflamación alérgica y generalmente no desarrolla neumonía.
Pero Fischer también señala que el uso de una mascarilla, como las FFP3 con función de filtro, puede ser incomodo, en particular para los pacientes con problemas pulmonares, ya que esta dificulta la respiración.
Debido a que los virus y las bacterias también pueden inflamar los pulmones y los bronquios, independientemente del nuevo coronavirus, muchos médicos consideran que las vacunas contra la gripe y el neumococo son recomendables para los asmáticos.
Y, en general, los asmáticos y otras personas con enfermedades respiratorias deben prestar especial atención a las medidas de higiene y mantener una distancia suficiente de otras personas de al menos 1,5 metros.