La selección de Francia se enfrentará con Argentina en la final del Mundial y buscará consagra por segunda vez consecutiva como campeona del mundo.
Una delantera prolija, un entrenador de récord y una generación que jugará su segunda final de Mundial consecutiva.
La carta de presentación de Francia de cara a la final contra Argentina del próximo domingo impone respeto.
Los bleus vencieron este miércoles 2-0 a Marruecos, la gran revelación del campeonato, con goles de Theo Hernández y Randal Kolo Muani.
Había tres grandes favoritos antes del inicio del Mundial: Francia, Argentina y Brasil.
Dos de ellos jugarán el desenlace.
La final será una reedición de los octavos de final de Rusia 2018, cuando los galos apearon a la albiceleste en un apasionante 4-3.
Analizamos tres razones que hacen a Francia un equipo temible y dos debilidades que Argentina puede explotar.
La delantera de Francia impone y los números la respaldan.
Kylian Mbappé lleva cinco goles y es el máximo goleador del torneo junto a Lionel Messi. Olivier Giroud suma cuatro y Antoine Griezmann otros tres.
Solo estos tres jugadores suman tantos goles (12) como la albiceleste entera.
Contener este poder ofensivo será un reto para Argentina y una de las claves para poder hacerse con la copa.
El entrenador galo dirigió a Francia en su conquista del Mundial de 2018 y ahora ha vuelto a meter a los suyos en la final de 2022.
De los 18 partidos que Deschamps ha dirigido en Mundiales desde Brasil 2014 ha ganado 14, perdido 2 y empatado 2.
La victoria ante Marruecos lo iguala en número de victorias al brasileño Luiz Felipe Scolari y lo sitúa a dos triunfos del récord de 16 partidos ganados del alemán Helmut Schön.
Aunque el próximo domingo Deschamps tendrá a un duro contrincante.
Lionel Scaloni, con menos experiencia, ha sido capaz de llevar a la albiceleste a conquistar una Copa América y llegar a una final de Mundial en solo cuatro años al frente.
Francia mantiene en Qatar a gran parte del bloque que le dio el título mundial en Rusia 2018.
Varios de sus titulares como el portero Hugo Lloris, el defensa Raphael Varane y los delanteros Kylian Mbappé, Olivier Giroud y Antoine Griezmann ya fueron titulares en la final en Moscú cuando vencieron 4-2 a Croacia.
Es una generación que ya cuenta con experiencia en finales de Mundial y eso siempre cuenta.
En Argentina, solo Messi y Ángel Di María sobreviven a los que perdieron aquella final ante Alemania en Brasil 2014.
Francia es el primer equipo en llegar a dos finales consecutivas de Mundial desde Brasil en 1994 y 1998.
La canarinha volvió a meterse en la final en Corea y Japón en 2002.
Cuesta encontrar debilidades a esta selección francesa, pero mirando las estadísticas es evidente que tienen problemas dejando la portería a cero.
De los seis partidos de este Mundial han recibido goles en todos menos en esta semifinal con Marruecos, que a su vez creó ocasiones de sobra para poder marcar.
Australia, Dinamarca, Túnez, Polonia, Inglaterra. Todos fueron capaces de colar el balón dentro de la portería de Lloris.
Por comparar, Argentina no encajó goles en tres ocasiones: contra México (2-0), Polonia (2-0) y Croacia (3-0).
Ahí puede estar una de las claves.
Hablábamos antes de la fortaleza de tener una generación experta en finales como una de las ventajas de Francia.
Gran parte del triunfo galo en 2018 se debió a un mediocampo sólido y correoso formado por jugadores con gran bagaje internacional como Paul Pogba, N’golo Kanté y Blaise Matuide.
No se puede decir que el mediocampo de este año sea menos talentoso.
Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga son piezas clave en el Real Madrid; Youssouf Fofana es indiscutible en el Mónaco de la liga francesa y Griezmann ha retrasado su posición hacia la medular desempeñándose por encima de las expectativas.
Pero no es el mismo centro del campo consolidado y experto con el que contó Francia en 2018.
Ese puede ser otro de los puntos flacos que puede explotar Argentina ante esta selección sólida que llega como un tiro buscando repetir el título mundialista.