Sacheen Littlefeather, la activista indígena que en 1973 rechazó el premio Oscar que la Academia de Hollywood le dio a Marlon Brando por su papel de Vito Corleone en "El Padrino", murió este domingo a los 75 años de edad.
Según informaron medios en EE.UU., Littlefeather luchaba contra un cáncer de seno desde 2017.
En agosto, la Academia de Hollywood le pidió disculpas a la activista por la manera como fue abucheada la noche de los Oscar por miembros de la audiencia.
Littlefeather, quien denunció en su discurso el maltrato de la industria de Hollywood hacia los nativos americanos, fue también criticada en ese momento de leyendas como Raquel Welch, Clint Eastwood y Michael Caine por haber interrumpido la ceremonia.
Los Oscar de 1973
Littlefeather apareció en vivo por televisión en la ceremonia de los Oscar de 1973 para rechazar en nombre de Marlon Brando el premio que ganó el actor.
Brando, conocido por su activismo, rechazó el Oscar por la representación errónea e inexacta que se daba de los nativos americanos en la industria cinematográfica de su país.
En su lugar acudió Littlefeather, quien entonces tenía 26 años, vestida con el atuendo de los apaches.
Su discurso fue, según los organizadores, la primera declaración política que se dio en la ceremonia de los Oscar desde que esta empezó a televisarse.
Littlefeather se presentó en nombre de Brando — quien había escrito “un discurso muy largo”— y le dijo brevemente a la audiencia “que lamentablemente no podía aceptar este premio tan generoso”.
“Y las razones detrás de esto son el trato que la industria cinematográfica y la televisión dan hoy a los nativos americanos en las películas. También los acontecimientos recientes en Wounded Knee”, dijo, en referencia a un enfrentamiento violento entre agentes federales e indígenas en un lugar de gran importancia para el pueblo sioux.
En 2020, Littlefeather le dijo a la BBC que inmediatamente después del discurso tuvo que abandonar el escenario con dos guardias de seguridad.
Pero, contó, “fue algo muy bueno” ya que el actor John Wayne —icono del western —, estaba detrás del escenario, jalonado por seis hombres de seguridad y quería sacarla él mismo de allá. “Estaba furioso con Marlon y conmigo”.