Un gato animado, cansado de un ratón molesto que vive en su casa, diseña un plan para echarlo con una trampa cargada de queso. El ratón, que no tiene un pelo de tonto, retira sin ningún problema el queso y se aleja con el estómago lleno.
Tal vez, puedas adivinar lo que sucede después. La historia termina como casi siempre: el gato grita de dolor al tiempo que otro plan fracasa.
La trama de la ficción puede ser familiar, pero la historia real detrás del dibujo puede que no lo sea.
¿Cómo se convirtieron Tom y Jerry, que cumplen 80 años esta semana, en una de las parejas animadas más conocidas del mundo?
El dueto animal fue creado en un momento de desesperación.
El departamento de animación del estudio Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), donde trabajaban los creadores Bill Hanna y Joe Barbera, había luchado sin éxito por emular a otros estudios que habían creado personajes como Porky Pig (el puerco Porky) y Mickey Mouse (el ratón Mickey).
Los animadores, ambos menores de 30 años, comenzaron a pensar sus propias ideas.
Barbera dijo que le encantaba el concepto simple de una caricatura de un gato y un ratón, con conflicto y persecución, a pesar de que era una idea que se había hecho antes innumerables veces.
Puss gets the Boot (traducido al español como “El gato se gana el zapatazo”) fue el primer cortometraje animado que lanzaron en 1940.
El debut fue un éxito y le valió al estudio una nominación al Oscar al mejor corto animado. A pesar de su trabajo, los animadores no recibieron el crédito.
Al comenzar, los jefes les dijeron que no pusieran todos sus huevos en una canasta.
Pero se produjo un cambio de opinión cuando llegó una carta de una influyente figura de la industria en Texas que preguntaba cuándo vería otra de esas “caricaturas maravillosas del gato y el ratón”.
Jasper y Jinx, como se llamaban en un principio, se convirtieron entonces en Tom y Jerry.
Según Barbera, no hubo una discusión real sobre si los personajes hablarían o no. Después de haber crecido con películas mudas protagonizadas por Charlie Chaplin, los creadores sabían que podían ser divertidos sin diálogo.
La música compuesta por Scott Bradley resaltó la acción de la trama, y el grito humano de Tom fue interpretado por el propio Hanna.
Durante la mayor parte de las dos décadas siguientes, Hanna y Barbera supervisaron la producción de más de 100 de estos cortos.
Cada uno tardaba semanas en producirse y costaba hasta US$50 mil, por lo que solo se podía hacer un puñado cada año.
Estas películas de “Tom y Jerry“ son consideradas universalmente las mejores, por su rica animación dibujada a mano y fondos detallados que les ayudaron a ganar siete premios de la Academia y apariciones en películas de Hollywood.
“Apuesto a que cuando los veías de niño, o incluso si los miras ahora, te sería difícil saber cuándo se hicieron”, dice Jerry Beck, un historiador de dibujos animados que también trabajó en la industria.
“Hay algo sobre la animación. Es como que siempre es actual, no se desvanece”, dice.
“Un dibujo es un dibujo, es como cuando vas a ver pinturas. Sí, sabemos que son de 1800 o 1700, pero no importa y hoy todavía te hablan a ti.
“Eso es lo que pasa con estas viñetas. Lo que hemos aprendido con el tiempo es que realmente son un gran arte. No son entretenimiento desechable“.
Cuando el productor Fred Quimby se retiró a mediados de la década de 1950, Hanna y Barbera se hicieron cargo del departamento de dibujos animados de MGM. Eran tiempos de recortes presupuestarios.
Los jefes de los estudios, amenazados por la creciente popularidad de la televisión, se dieron cuenta de que podían ganar casi tanto dinero si emitían los cortos viejos en lugar de hacer nuevos. episodios.
Cuando se cerró el departamento en 1957, Hanna y Barbera crearon su propia compañía de producción.
Pero unos años más tarde, MGM decidió revivir a Tom y Jerry sin sus creadores originales. En 1961 se subcontrató a un estudio en Praga, capital de la entonces Checoslovaquia, para ahorrar costos.
Gene Deitch, un animador nacido en Chicago, tuvo la tarea de encabezar la nueva versión, pero tuvo problemas con un presupuesto ajustado y un personal sin conocimiento del original.
Su estudio también hizo en secreto episodios de otros dibujos animados, incluido Popeye.
Los nombres checos se americanizaron en los créditos para evitar que los espectadores asociaran los programas con el comunismo.
“Por la Cortina de Hierro [la frontera política, ideológica, y en algunos casos física entre Europa occidental y oriental], los animadores en el estudio en Praga nunca habían visto una caricatura de Tom y Jerry”, le dijo Deitch más tarde a radio.cz.
Pero Deitch sabía que estaría “en la línea de fuego” de los fanáticos, y sus 13 dibujos animados son regularmente etiquetados como los peores.
En varias entrevistas, él reconoció su mala reputación y reveló que incluso recibió una amenaza de muerte por ellos.
Después de Deitch, la tarea recayó en Chuck Jones, mejor conocido por su trabajo en Looney Tunes en Warner Brothers.
Con él, las cejas del gato Tom se volvieron más gruesas y su cara más torcida, y se parecía más al personaje de Dr. Seuss, el Grinch que Jones también animó.
Mark Kausler, de 72 años, es una de las muchas personas que tienen buenos recuerdos sobre el crecimiento de Tom y Jerry.
Una y otra vez, él arrastraba a su padre a ver los cortos en su cine local en St Louis, Estados Unidos.
Kausler comenzó a hacer sus propios dibujos animados, en parte inspirados por esos personajes, y construyó una extensa carrera propia de animación.
“Gran parte de esto se basa en cómo se ven los personajes, el tiempo, la manera como funciona la música y todo”, dice. “Era una fórmula tan maravillosa, la forma en que todo estaba interconectado”.
“Y cuando intentaron desarmarlo y volverlo a armar con otro equipo y con otro tipo de diseñador y otra comedia, me pareció poco auténtico“.
Kausler llegó demasiado tarde a la industria para trabajar en “Tom y Jerry”, pero recuerda la emoción del “monumental” instante cuando Hanna y Barbera se presentaron en su escuela de animación.
En MGM la televisión se veía como una “mala palabra”, pero después de independizarse, Hanna y Barbera lograron meterse en ese nuevo mundo.
Con episodios más largos y presupuestos más reducidos, adaptaron su estilo de animación y utilizaron trucos para ahorrar tiempo y dinero.
Sus dibujos animados dominaron la televisión infantil durante décadas.
Primero tuvieron éxito a principios de la década de 1960 con personajes como Huckleberry Hound y Yogi Bear (El oso Yogi) y luego llegaron The Flintstones (“Los picapiedra”), Top Cat (“Don Gato y su pandilla”) y Scooby Doo.
En la década de 1970, el exitoso dúo creativo regresó a “Tom y Jerry”.
Para entonces, muchos de los primeros episodios se consideraban “demasiado violentos” según las nuevas normas emitidas para las televisoras.
Los nuevos episodios, con el dúo como amigos, nunca estuvieron a la altura del éxito de los originales.
Al igual que otras caricaturas de la época, el programa también recibió críticas por sus representaciones racistas.
En particular, el personaje de Mammy Two Shoes, una criada negra con un acento sureño exagerado a quien generalmente se ve de cintura para abajo, ha sido calificado como una caricatura racial ofensiva.
Partes de la serie también contienen chistes con representaciones despectivas de asiáticos y nativos americanos.
Cuando los originales se transmitieron en la televisión estadounidense en la década de 1960, algunas escenas fueron editadas y se sustituyó a Mammy por nuevos personajes agregados por el equipo de Jones.
En la actualidad, los episodios más graves generalmente se eliminan de las colecciones de relanzamiento y de las plataformas de transmisión.
Se llamó la atención sobre esto en 2014 cuando Amazon Prime Instant Video agregó una advertencia de “prejuicio racial” a la serie.
“Tom y Jerry”, con sus payasadas violentas y su humor negro, sigue siendo extremadamente popular en todo el mundo.
Se puede encontrar en la televisión infantil en todas partes, desde Japón hasta Pakistán, y un nuevo juego sobre ellos para teléfonos móviles tiene más de 100 millones de usuarios en China.
Sorprendentemente, el programa también protagonizó titulares de noticias.
En 2016, un alto funcionario egipcio intentó culpar a la viñeta del aumento de la violencia en Medio Oriente, y el Líder Supremo de Irán comparó las relaciones de su país con Estados Unidos con Tom y Jerry al menos dos veces.
Como un dibujo animado habitual en la programación de la BBC durante décadas, el programa se hizo particularmente popular en Reino Unido y una encuesta de 2015 nombró a Tom y Jerry como la viñeta más popular entre los adultos del país.
A 80 años desde su creación, el gato y el ratón han aparecido en todas partes, desde una versión “para niños” hasta una película musical de 1992 donde cantaban y hablaban.
Bill Hanna murió en 2001 y Joe Barbera, en 2006. Un año antes de su muerte, Barbera apareció en los créditos por última vez en un corto de Tom y Jerry, que también fue el primero sin su colega.
“Nos entendimos perfectamente, cada uno tenía un profundo respeto por el trabajo del otro”, dijo sobre su relación laboral.
Warner Brothers, que ahora posee los derechos de “Tom y Jerry”, lanzará una nueva película antes de Navidad este año. No se sabe mucho sobre el proyecto, excepto que actores como Chloë Grace Moretz y Ken Jeong firmaron un contrato.
Para Jerry Beck, el atractivo perdurable de “Tom y Jerry” proviene en parte de la cercanía universal de los personajes.
“Creo que la mayoría de las personas pueden identificarse con el pequeño Jerry porque siempre hay un opresor en nuestras vidas”, analiza.
“Siempre tenemos a alguien, nuestro jefe, un propietario, la política, lo que sea. Y solo estamos tratando de vivir nuestras vidas y alguien quiere molestarnos”.