¡Para disfrutar en cualquier hora del día!
La tortilla española no tiene nada en común con la variedad mexicana excepto su forma y su nombre. Uno es solo un pan. El otro puede ser un aperitivo, un refrigerio o incluso una comida ligera. Pero la tortilla española tiene otra ventaja: debido a que es mejor a temperatura ambiente que caliente, debe prepararse con anticipación, desde 15 minutos hasta unas pocas horas.
En su forma más básica, la tortilla es una tortilla abierta de papa y huevo que obtiene la mayor parte de su sabor del aceite de oliva. Las cebollas o cebolletas pueden reemplazar la papa en parte o en su totalidad, al igual que las verduras cocidas como las acelgas. La única parte difícil es voltear la tortilla parcialmente formada, así que hazlo rápido y con cuidado (usar una sartén antiadherente lo hace mucho más fácil).
Lo peor que pasará es que se quedará un poco de patata y huevo cuando devuelvas el bizcocho a la sartén. Si no puedes arriesgarte a voltear, simplemente desliza la sartén en un horno a 375 grados hasta que los huevos estén completamente cocidos, pero no demasiado cocidos.