Ciudad Guatemala
La aldea de Santa Ana en Antigua Guatemala, una oportunidad de acercarse al talento de los artesanos y de visibilizar su trabajo sin intermediarios.
Uno de los recorridos obligados en Sacatepéquez al visitar la ciudad de Santiago de los Caballeros es Santa Ana. Esta es una de las 22 aldeas de La Antigua Guatemala que integran la ruta de los artesanos.
Pocas veces se da a conocer esta visita y aunque son grupos específicos dentro de las comunidades quienes promueven su trabajo, es importante sumarse a este esfuerzo dando a conocer el talento que podemos encontrar en diferentes lugares.
La arquitectura colonial, para quienes son amantes del arte, deja impresionados a sus visitantes, por los diseños, tendencias y cómo estos monumentos han sobrevivido al paso de los siglos.
Las aldeas en Antigua Guatemala
A esto se suma la vida en comunidad, porque los fines de semana se puede encontrar en las plazas o cerca de ellas diferentes tipos de comida, un gusto delicioso al paladar y la mayoría de productos han sido cocinados con carbón utilizando ollas o utensilios de barro.
Si es durante los jueves o viernes, se recuerda la expresión de nuestros pueblos: “Hoy es jueves de paches y el viernes, de tamalito colorado y negro”. Es así como realizamos un recorrido por cada aldea, cuya personalidad las hace únicas.
Se suma el talento de su gente quienes a través de su trabajo logran un movimiento comercial importante con diferentes productos como joyería en jade, textiles mayas, talla en madera, juguetes artesanales, la preparación del chocolate, el trabajo del hierro forjado, elaboración de vino y elaboración de pan artesanal.
En la aldea Santa Ana lo más característico es la elaboración de bolsos con telas mayas. Se pueden encontrar con diferentes diseños en su taller a la par de la iglesia local, que es una oportunidad de conocer este hermoso monumento colonial.
El turismo es una oportunidad de generar cambios positivos si la comunidad está bien organizada, es respetuosa y maneja un buen ornato, algo que no se debe de perder para mantener los espacios adecuados para recibir a sus visitantes.
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