El aceite de ricino, proveniente de las semillas de la planta del ricino, es uno de los productos estrella para mejorar el espesor y la belleza de tus cejas y pestañas.
El árbol del ricino es conocido comúnmente como higuera infernal. Se trata de una planta originaria del centro de África y otras regiones de clima tropical cuya principal propiedad es rejuvenecer.
Además de aportar maravillosos beneficios a la piel y el cabello, hoy nos centraremos en el poder del aceite de ricino para aumentar el espesor y belleza de las cejas y pestañas.
El aceite de ricino es un potente hidratante y regenerador celular que mejora extraordinariamente el aspecto de la piel y retrasa los efectos del envejecimiento prematuro. En el caso que nos ocupa, además de las propiedades indicadas, es un potente abrillantador y suavizante de pestañas y cejas.
Generalmente, con los años las pestañas y cejas pierden brillo, espesor y volumen, se vuelven quebradizas, débiles y sensibles al tacto, lo que provoca la pérdida de las mismas con un solo toque. Pero este aceite fortalece las pestañas y cejas, haciendo que se vean más lustrosas espesas y largas. De esa manera conseguirás un rostro más juvenil, vivo y marcado. En definitiva, estarás más bella.
Para poder usar el aceite de ricino en las cejas y pestañas lo primero que deberás hacer es conseguir un tubo de rímel vacío. Límpialo bien, eliminando todos los restos de producto para que no quede nada. Puedes lavarlo a mano y luego ponerlo en el lavavajillas para acabar de retirar la suciedad y evitar que haya quedado alguna bacteria en su interior.
Introduce el aceite de ricino en el tubo una vez éste esté perfectamente limpio a modo de rímel. Recuerda conservar también el cepillo y la tapa, ya que son fundamentales para poder aplicar el producto en tus cejas y pestañas.
Limpia tu rostro con tu jabón o desmaquillante habitual, asegurándote de eliminar cualquier resto de maquillaje o suciedad en tus cejas y pestañas. Abre la tapa y extrae el cepillo empapado en aceite de ricino. Retira el exceso de aceite con el borde del tubo, como lo harías con el rímel. Si ves que sigue habiendo un exceso de aceite, ya que las aplicaciones deben contener poca cantidad, retira el exceso con un trozo de papel absorbente si fuera necesario.
Aplica en las cejas y pestañas el aceite de ricino como si usaras el rímel. Primero en las pestañas con movimientos en zig-zag de la raíz a las puntas y después en las cejas como si intentaras peinarlas con el cepillo empapado con aceite de ricino.
Por la mañana, lava tu rostro de forma habitual. Es imprescindible, para que este tipo de tratamientos naturales resulten efectivos, que seas constante en su uso. Si aplicas el aceite de ricino de tanto en tanto es complicado que notes resultados apreciables.
Debes tener cuidado cuando apliques el aceite de ricino en tus pestañas para que éste no se te meta en los ojos, ya que podría irritarlos. Es importante que el aceite no gotée y que seas moderada con la aplicación, ya que poner demasiado no mejorará los resultados. Lo importante es la constancia diaria, no el exceso puntual.
En definitiva, con este sencillo truco conseguirás dar más brillo y belleza a tu mirada de una forma fácil, efectiva, natural y económica ¿te apuntas?