El equipo nacional viajará este miércoles en dos grupos, el primero a primera hora y el segundo después del mediodía.
Cuando Alvimar da Silva descubrió que Uber no atendía algunas zonas de la periferia de Sao Paulo, no lo dudó: si el gigante del transporte privado no llegaba hasta allí, lo haría él.
Tras el decepcionante empate a un gol contra Panamá el pasado sábado en Oporto, Brasil necesitaba un resultado positivo para despejar dudas de cara a la Copa América.
Los anfitriones debutan el 14 de junio ante Bolivia, en Sao Paulo, luego enfrentan a Venezuela, el 18 en Salvador, y regresan a Sao Paulo para el último juego de la fase de grupos, contra Perú, el 22 de junio.
Varios miles de simpatizantes del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pidieron su liberación el domingo frente a la cárcel de Curitiba (sur), en la que está preso por corrupción desde hace exactamente un año, y en otras ciudades de Brasil y del mundo.
El partido inaugural opondrá a las escuadras de Brasil y Bolivia en el estadio Morumbi, en Sao Paulo, y la final se jugará en el Maracaná en Rio de Janeiro.