El "no" que la doctora Frances Oldham Kelsey le dio a una compañía en 1960 ha sido uno de los más poderosos en la historia de la industria farmacéutica.
El gobierno estadounidense está dedicando miles de millones de dólares a procurarse potenciales vacunas y tratamientos contra la pandemia.
Se han planteado estudios para desarrollar medicamentos antivirales que afecten el desarrollo directo del coronavirus, otros que moderen la respuesta inmunitaria, así como el desarrollo de anticuerpos a partir de personas sobrevivientes.
En el siglo XIX, los doctores estaban perplejos. La razón: el cólera, una misteriosa enfermedad que estaba matando a millones de personas en todo el mundo.
Un brasileño de 34 años, a quien se le diagnosticó el VIH en 2012, fue tratado con una base de terapia antirretroviral (TARV) que fue potenciada con antirretrovirales adicionales, más un medicamento llamado nicotinamida.
Las empresas farmacéuticas Pfizer y Biopharmaceutical New Technologies (BioNTech) anunciaron este viernes que Argentina fue elegida como una de las sedes de los estudios clínicos que se realizarán para probar su vacuna contra el nuevo coronavirus.