"Solo balazos se oían, fue un ambiente de terror, era como que estábamos en guerra", recuerda aterrada Julieth Hernández, habitante de Managua, que vivió esta semana una de las batallas callejeras más sangrientas desde que estallaron las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega.
Las acusaciones de serias violaciones de derechos humanos por parte del Estado nicaragüense en el marco de las protestas que desde hace 42 días sacuden al país centroamericano siguen acumulándose.