Cada verano, que era la temporada en la que proliferaban los contagios de polio, los padres encerraban a sus niños en las casas para evitar que se infectaran.
El reciente anuncio de Oxford suspendiendo el ensayo clínico con la vacuna para SARS-CoV-2 debido a un efecto adverso denominado Mellitis transversa, una inflamación de la médula espinal, tras un análisis rutinario de un voluntario vacunado, es una buena noticia por varias razones.
El mundo continúa a la espera de una vacuna que frene el avance del coronavirus, cuya cifra de muertes totales se acerca al millón.
Los estudios de la vacuna de Oxford fueron frenados luego de que un voluntario a quien se le había aplicado tuvo una reacción adversa.
El programa de distribución sobre el cual se trabaja presume que sólo se necesitará una dosis por persona.
La vacuna podría ofrecer una "doble inmunidad" contra el coronavirus causante de la COVID-19 y la gripe, aunque tardaría un año en terminar las pruebas.