El empresario australiano Gary Lyon todavía subraya lo “extraño” que fue “que hubiese perdido su puesto de alta gerencia por salir con una subalterna”.
No obstante, todo salió bien al final de cuentas: ha estado casado con Tamra por 12 años y tienen una hija de 11, Charlotte.
Actualmente, Lyon y su esposa administran su propia empresa en Brisbane y él asegura que estaría perfectamente de acuerdo si dos de sus empleados se enamoraran.
“No me molestaría en lo absoluto”, afirma, “siempre y cuando no afectara a su trabajo”.
Lyon contactó a la BBC después de leer la noticia de que McDonald´s había despedido a su director ejecutivo, Steve Easterbrook, porque había tenido una relación amorosa con una empleada.
La emblemática empresa estadounidense de comida rápida reconoció que la relación había sido consensual pero que Easterbrook había “violado el reglamento de la compañía” y mostrado “mal criterio”.
El asunto ha resaltado las dificultades que enfrenta el personal de una compañía cuando encuentran amor en el sitio de trabajo, especialmente si una de las personas tiene un puesto más alto que la otra.
En el caso de Lyon, él era gerente de operaciones de una firma fabricante de puertas y ventanas. Conoció a su esposa cuando ella se integró a su equipo como coordinadora de proyectos. Tras tres o cuatro meses, empezaron su relacióndurante un evento de la oficina.
“Siempre me gustó y ella dio a conocer que yo también le caía bien”, comentó. “A partir de entonces se inició”.
En ese momento, él tenía 41 años y ella era 14 años menor. Al principio mantuvieron su relación en secreto pero, finalmente, dejaron saber que eran pareja.
“[En ese momento] no piensas que podría ser un problema para otros, pero parece que sí lo es y no puedes entender por qué, porque no impacta tu labor”, sostiene.
“Pasas mucho tiempo con las personas en el trabajo, así que las llegas a conocer bastante bien”.
Después de que salieran juntos como pareja como unos tres meses, Gary Lyon fue llamado ante la directiva y, según subraya, “cayó el hacha”.
Perdió su empleo pero ella retuvo el suyo. “[Ella] estaba muy molesta, pero no hay mucho que puedas hacer. Simplemente tienes que seguir adelante”.
Lyon asegura que no había un código claro de comportamiento en el lugar de trabajo sobre las relaciones con compañeros. Describe la decisión como “muy arbitraria” y dice que representa “una visión muy arcaica del mundo”.
“No puedes escoger dónde vas a toparte con el amor, así que ¿por qué castigar a ambos despidiendo a uno de ellos?”
De acuerdo a varios estudios, entre una cuarta y una tercera parte de todas las relaciones duraderas se inician en el lugar de trabajo.
Naturalmente, no todas las relaciones entre colegas perduran. Algunas son pasajeras, un amorío o una aventura de una noche, como quieran llamarse.
Y un número de casos de alto perfil sirven para recordar lo complicada que se puede volver la vida cuando las pasiones humanas se estrellan contra la cultura corporativa:
Al mismo tiempo, las acusaciones de acoso sexual contra el desacreditado productor cinematográfico Harvey Weinstein han hecho que los departamentos de Recursos Humanos se muestran cautelosos ante cualquier actividad entre el personal, especialmente en Estados Unidos.
Sin embargo, Ben Willmott, director de política pública de la asociación británica para la administración de recursos humanos Chartered Institute of Personnel and Development, dice que solo una minoría de empleadores tienen políticas independientes específicas sobre las relaciones en el trabajo.
“La mayoría de empleadores tienden a tomar una estrategia diferente”, explica. “Tendrán políticas sobre dignidad y respeto en el trabajo y para evitar la intimidación y acoso sexual, estableciendo políticas claras para lidiar con quejas sobre el comportamiento inapropiado”.
Willmott señala que según el Acta de Derechos Humanos en Reino Unido, los empleados tienen el derecho a la privacidad y a una vida familiar, así que las empresas deben mantener un equilibrio.
“Si tienes una estrategia muy autoritaria, podría indicar que no confías en tus empleados para que se comporten como adultos en el lugar de trabajo”, añade.
Por supuesto que se pueden presentar potenciales conflictos de interés si el personal no es prudente.
“Si una de las partes en la relación es responsable de las evaluaciones de la otra, ajustes de salario, oportunidades de promoción y hasta asignación de trabajo, entonces se corre el riesgo de caer en favoritismo y parcialidad percibida por los otros miembros del equipo”, indica Rebecca Thornley-Gibson, socia del bufete de abogados DMH Stallard, en Londres.
“También puede haber problemas cuando un empleado subalterno siente que no puede negarse a las insinuaciones amorosas y esto crea un riesgo real de una demanda posterior por acoso sexual contra el gerente y el empleado”.
Pero, frenar las relaciones no parece ser muy práctico para los empleadores, dice la abogada, aunque se debería considerar la aplicación de políticas que puedan minimizar los efectos colaterales de la relación.
“Eso implica instituir y comunicar políticas para el lugar de trabajo sobre conducta laboral, igualdad y diversidad con una clara tolerancia cero contra el acoso sexual, y también solicitando a los empleados que declaren las relaciones que podrían resultar en un potencial conflicto”.