Gobierno sirio intensifica bombardeos contra enclave rebelde
Gobierno sirio bombardeó el enclave rebelde matando a más de 30 civiles, entre ellos adultos, jóvenes y niños, en los últimos 3 días hay 130 víctimas.
El gobierno sirio bombardeó nuevamente este miércoles el enclave rebelde de Guta Oriental, cerca de Damasco, matando al menos a 32 civiles, en una nueva jornada de intensos ataques.
Socorristas y hospitales estaban desbordados ante el flujo de víctimas en las diferentes localidades de este vasto enclave asediado, donde más de 130 civiles murieron en bombardeos aéreos en los últimos tres días.
De una intensidad poco habitual, estos bombardeos aéreos tienen lugar en un momento en que surgen nuevas sospechas sobre la utilización de armas químicas, y en particular cloro, por el régimen de Bashar al Asad.
El cielo rugió este miércoles sobre varias localidades, especialmente Hamuriye y Beit Sawa, y 32 civiles, entre ellos 12 niños perdieron la vida, indicó el OSDH, que dispone de una amplia red de fuentes en el país.
Uno de esos menores era la hija pequeña de Abu Raad, un hombre de Guta Oriental que estaba conmocionado.
“Los servicios de rescate están buscando a mi segunda hija, pero no la encuentran. ¿Qué hago?”, lamentaba.
En Hamuriye, un joven observaba los cuerpos de cinco niños, entre ellos su hermano pequeño, que habían muerto en un ataque aéreo.
“Los vi recogiendo agua y unos minutos después el avión atacó. Regresé y los encontré muertos a los cinco”, relató.
Solo el martes, los bombardeos contra esta región dejaron 80 civiles muertos –entre ellos 19 niños y 20 mujeres– y casi 200 heridos, afirmó el OSDH.
¿Línea roja?
En una aparente represalia, un ataque con misil rebelde contra un barrio de la periferia de Damasco mató a un niño e hirió a dos personas, informó la agencia estatal SANA, que dijo que el fuego procedía de Guta Oriental, citando fuentes policiales.
Con cerca de 400.000 habitantes asediados por las fuerzas del régimen desde 2013, Guta Oriental es una de las cuatro zonas de distensión establecidas el año pasado en Siria.
Pero el alto el fuego quedó en papel mojado. El lunes, los ataques aéreos y los disparos de artillería ya habían matado a 31 civiles.
La guerra que sacude Siria desde 2011 se ha ido complicando progresivamente sobre un terreno cada vez más fragmentado y ha dejado más de 340.000 muertos.
Y ahora vuelve a emerger la sospecha de utilización de armas químicas.
El miércoles, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) afirmó que está investigando las informaciones sobre este tipo de ataques en Siria por parte del régimen.
“Las alegaciones recientes relativas a la utilización de armas químicas en Siria siguen siendo una fuente de grave preocupación” y la OPAQ “estudia todas las alegaciones creíbles”, informó en un comunicado la organización internacional con sede en La Haya.
Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, subrayó que “varias indicaciones” confirmarían la hipótesis de “una utilización de cloro por el régimen” sirio.
No hizo sin embargo ninguna alusión a eventuales represalias de Francia si se confirman estos ataques. En mayo de 2017, el presidente francés, Emmanuel Macron, marcó una “línea roja” sobre esta cuestión.
En las últimas semanas habrían tenido lugar dos presuntos ataques químicos del régimen, uno en Saraqeb, una localidad de la provincia de Idlib (noroeste), donde el OSDH informó de 11 casos de sofocación, y el otro en Guta Oriental.
El 22 de enero, la OSDH informó de 21 casos de sofocación. Habitantes de la zona y fuentes médicas hablaron de un ataque con cloro.
Campaña de propaganda
Hay “pruebas evidentes” para confirmar el recurso al cloro, había dicho el lunes la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley.
Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano afirmó haber contabilizado seis ataques sospechosos en Siria en los últimos 30 días.
El martes, la ONU anunció haber abierto una investigación sobre el uso de armas químicas y pidió un alto el fuego de un mes en el conjunto del territorio sirio.
Moscú, aliado del régimen de Bashar al Asad, denunció una “campaña de propaganda” destinada a “acusar al gobierno sirio” de ataques “cuyos ataques no fueron identificados”.
Por su parte, el gobierno de Damasco negó categóricamente el uso de armas químicas.
Con información de AFP