Yo no quiero ningún doctorado “honoris causa”…

Una universidad de Israel le entregó al presidente Jimmy Morales un doctorado Honoris Causa por su lucha contra la corrupción… ¿Qué, qué…? Sí, leyó bien: y sino, se lo repito: por liderar la lucha contra la corrupción en Guatemala… ¡No lo puedo creer!, pero es cierto. Un gran reconocimiento para alguien que lo que menos ha hecho es luchar contra la corrupción.

Si fuera así, ese doctorado se lo deberían haber dado a los miles de guatemaltecos que sí lucharon contra la corrupción saliendo a las calles para pelear con su indignación, en contra de esa lacra que tanto afecta el desarrollo y el bienestar de los habitantes de este país tan contradictorio. Pero ni modo, a lo mejor la distancia hace que estos hechos se den. ¿Y la embajada no sabe lo que pasó y pasa en Guatemala? Me pregunto, pues…

No es que esté en contra de los doctorados Honoris Causa, faltaba más. Le dan prestigio a esas personalidades que nuestro país tiene y que realmente son muy pocas. Lo que no me gusta es que se devalúe de esta forma una figura que debería resaltar lo mejor que la sociedad tiene en sus distintas actividades profesionales y humanas.

Doctorados como regalos de consolación…

Lo que si es evidente, es el hecho que algunos gobiernos a través de sus universidades, algunas de ellas de lo más prestigioso que hay, otorguen este tipo de reconocimientos como pasó en Corea del Sur, cuando la ex vicepresidenta Roxana Baldetti recibió un doctorado Honoris Causa por su labor social. ¡Imagínense eso! Cuando lo que realmente estaba haciendo era estar fuera de Guatemala ya que sabía de la investigación de la CICIG en torno a La Línea y que su hombre más cercano, perdón por si ofendo a más de uno, estaba involucrado hasta las cachas…

Hoy, creo, malpensado que es uno, que estos dos reconocimientos han nacido en las embajadas de estos países en Guatemala, para quedar bien con estos dos políticos, Morales y Baldetti, por motivos que solo ellos saben, ya que yo, como un ignorante de los entresijos diplomáticos, no le encuentro una razón de peso para estos dos doctorados.

Con esto no estoy diciendo que Jimmy Morales sea corrupto. ¡No, faltaba más! Lo que no encuentro como justificación, es que él nunca ha sido el líder nacional en la lucha contra la corrupción. Eso sí que lo tengo más claro que el agua y no precisamente de la del lago de Amatitlán, que por cierto, recuerdo como si fuera hoy, que el propio embajador de Israel estaba presente en aquella famosa conferencia de prensa cuando se avaló lo del agua mágica que nos devolvería la limpieza del lago, más no la limpieza del ejercicio político y social de ese gobierno patriotista.

Toda la gente que salió a las calles en aquellas memorables jornadas del 2015, hoy tan devaluadas por la critica de muchos molestos por esos sábados de gloria y algarabía, donde más de un listo se aprovechó de la foto o del video para exigir acabar con los corruptos que también les habían dado a ellos su dinerito, pero que cuando se dieron cuenta de donde venía el golpe, se bajaron del barco y aparentaron ser los enemigos de esos gobernantes que están a la espera del juicio final.

Esa misma gente, fue la que votó, en su gran mayoría, ya que no fueron todos, por el actual gobernante, que de hoy en adelante se le tendrá que llamar Doctor Jimmy Morales, por algo esa universidad hebrea le dio el tan ansiado título que otros se lo ganan con muchos años de esfuerzo y dedicación en las aulas. En fin, cada quien tiene su regalo de Navidad en pleno mes de noviembre.

De mi parte, solo en este artículo diré Doctor Morales. Me he hecho el propósito de Año Nuevo de que jamás se lo diré en privado (donde jamás tengo acceso, ni quiero) ni de manera pública. Él tan solo es el presidente Jimmy Morales, electo por decisión de los que pensaron que tendríamos un país distinto y hoy no quieren reconocer que se equivocaron, porque este señor se ha rodeado de gente corrupta a la que tiene en su cercanía.

Morales ha permitido que nada cambie, apoyando a las mafias en el Congreso y teniendo presiones bien claras en el Organismo Judicial, donde son muchos los jueces que se han alineado a los macabros designios que les llegan desde el Palacio Nacional y no digamos de las curules que siguen manchadas de corrupción e impunidad, y donde se legisla para que sigamos anclados en ese pasado tenebroso de los corruptos y corruptores.

No tengo nada en contra de Israel. Es un pueblo que como otros en el mundo, han tenido que luchar para sobrevivir en una tierra que se mantiene en ebullición constante, frente a millones de enemigos. Lo que no acepto es que vengan con ese manto de pureza a querer decirnos a los guatemaltecos que el señor que es el presidente de este país, es el líder del combate a la corrupción. Esto solo demuestra que en la embajada no leen los periódicos, ni ven a los medios independientes, que cada día demuestran los altos niveles de corrupción que se están dando en este gobierno.

Se puede engañar a unos cuantos, pero no a todos. Se puede desinformar a muchos pero no a millones. Lo que han hecho las universidades de Corea del Sur e Israel ha sido devaluar frente a nuestros ojos, eso que se llama Doctorado Honoris Causa. Qué lástima que en lugar de apoyar la lucha en contra de la corrupción, se avale de esta manera y se “premie” a los que menos merecen estos reconocimientos. En fin, cosas veredes Sancho amigo…