Los PFAS, también conocidos como "sustancias químicas eternas", se han asociado a una amplia gama de daños graves para la salud, desde el cáncer hasta la infertilidad y los problemas del sistema inmunitario.
La mayoría de los artículos centrados en la contaminación estudian los peligros del mundo exterior. Por desgracia, un nuevo estudio informa sobre compuestos tóxicos perifluoradas y polifluoradas, conocidos como PFAS, que están contaminando el aire de los hogares, las aulas y las tiendas a niveles alarmantes.
Según el estudio, publicado este martes (31.08.2021) en Environmental Science & Technology Letters, el aire de las aulas de un jardín de infancia, de las oficinas y laboratorios de una universidad y de un hogar pueden llegar a tener niveles tan altos como los medidos en una empresa de ropa de montañismo y en las tiendas de alfombras, conocidos por vender productos tratados con PFAS.
En específico, los investigadores de la Universidad de Rhode Island y del Instituto de Política Científica Verde analizaron el aire interior en 20 lugares y detectaron las “sustancias químicas para siempre” en 17 de ellos.
Los resultados, según un comunicado de prensa de la Universidad de Rhode Island, sugieren que el aire interior es una fuente subestimada y potencialmente importante de exposición a los PFAS, sobre todo para los niños.
“Se sabe que los alimentos y el agua son fuentes importantes de exposición a los PFAS”, dijo Rainer Lohmann, autor principal del estudio y profesor de oceanografía de la Universidad de Rhode Island.
“Nuestro estudio muestra que el aire interior, incluido el polvo, es otra fuente de exposición a sustancias químicas ‘eternas’ potencialmente dañinas. De hecho, para los niños que viven en hogares o escuelas con alfombras viejas tratadas con PFAS, la inhalación puede ser incluso más importante que el polvo como vía de exposición a PFAS volátiles que eventualmente podrían biotransformarse en PFAS más persistentes y dañinos”, añadió Lohmann.
Los PFAS son un grupo de sustancias químicas resistentes al agua, al calor y a las manchas durante décadas, por lo que se utilizan en innumerables industrias. Eso incluye los alimentos envasados en materiales que contienen PFAS, el agua potable expuesta, la ropa, las pinturas y las alfombras, por nombrar algunos ejemplos.
“Los PFAS se utilizaban antiguamente como repelentes de manchas y agua en la mayoría de las alfombras”, según la autora principal del trabajo, Maya Morales-McDevitt. “Afortunadamente, los principales minoristas, como The Home Depot y Lowe’s (en Estados Unidos), ahora solo venden alfombras sin PFAS. Creemos que poco a poco los minoristas más pequeños también lo harán”.
Lo que hace que los PFAS sean tan dañinos es el hecho de que no se descomponen. Por eso, cuando un animal o un ser humano entra en contacto con una de estas “sustancias químicas eternas”, se queda en el cuerpo a largo plazo. Según se lee en el comunicado, los PFAS bien estudiados se han asociado a una amplia gama de daños graves para la salud, desde el cáncer hasta la infertilidad y los problemas del sistema inmunitario.
A pesar de que las familias, las escuelas y los lugares de trabajo pueden reducir los niveles de PFAS en el aire interior sustituyendo las alfombras, todavía hay, según los investigadores, muchos otros productos que pueden emitir PFAS volátiles en el aire interior, como la ropa, el calzado, los productos de construcción y el mobiliario.
“Mientras se sigan utilizando en los productos, todos estaremos comiendo, bebiendo y respirando PFAS”, dijo Tom Bruton, coautor y científico principal del Green Science Policy Institute. “Tenemos que cerrar el grifo y detener todos los usos innecesarios de PFAS lo antes posible”.