La decisión de Suecia de no imponer un bloqueo estricto en respuesta a la pandemia de covid-19 condujo a demasiadas muertes.
Así lo reconoció este miércoles el hombre detrás de esa política, el epidemiólogo sueco Anders Tegnell.
Suecia experimentó una tasa de mortalidad mucho más alta que sus vecinos más cercanos y sus ciudadanos tienen prohibido cruzar sus fronteras.
El doctor Tegnell dijo en la radio sueca que debería haberse hecho más desde el principio.
“Obviamente existe un potencial de mejora en lo que hemos hecho”.
Hasta el 3 de junio, Suecia registra 4.542 muertes y 40.803 casos de covid-19 en una población de diez millones, según informa el conteo de la Universidad Johns Hopkins.
Mientras tanto, Dinamarca, Noruega y Finlandia, que impusieron bloqueos, las cifras de casos confirmados y fallecidos son muchas más bajas. Dinamarca registra 580 muertes; Noruega, 237; y Finlandia, 321.
El doctor Tegnell, que es el epidemiólogo que está a cargo de la respuesta de Suecia al covid-19, le dijo a la BBC en abril que el alto número de muertes se debió principalmente a que los hogares de ancianos no pudieron contener la enfermedad, aunque enfatizó que no descalificaba “la estrategia en su conjunto”.
Dos meses después, el especialista tiene otra opinión.
“Si volviéramos a encontrarnos con la misma enfermedad, sabiendo exactamente lo que sabemos hoy, creo que nos conformaríamos con hacer algo entre lo que hizo Suecia y lo que ha hecho el resto del mundo”, dijo a la radio pública sueca.
Cuando se le consultó si creía que muchas personas habían muerto demasiado pronto, Tegnell respondió: “Sí, absolutamente”.
Sin embargo, él no fue específico en detallar qué debería haber hecho Suecia de manera diferente y en una conferencia de prensa más tarde el miércoles subrayó: “Básicamente todavía creemos que esa es la estrategia correcta para Suecia”.
Intentar guiar la respuesta al covid-19 fue como manejar un transatlántico, ya que cada medida tardó tres o cuatro semanas en completarse, comparó Tegnell.
Si bien el enfoque de Suecia fue aumentar su respuesta paso a paso, otros países impusieron bloqueos inmediatos y reabrieron gradualmente, dijo.
Y advirtió que era demasiado pronto para decir si las cuarentenas estrictas habían funcionado o no.
“Sabemos por la historia de los últimos tres o cuatro meses que esta enfermedad tiene una capacidad muy alta para comenzar a propagarse nuevamente”.
Aunque no hubo una cuarentena estricta, Suecia aplicó el distanciamiento social voluntario, prohibió las reuniones de más de 50 personas y suspendió las visitas a hogares de ancianos.
Los viajes no esenciales todavía no se recomiendan, según las pautas nacionales, pero se permiten viajes de hasta dos horas para ver a familiares o amigos cercanos siempre que no impliquen visitas a tiendas locales y encuentros con otros residentes.
A medida que Dinamarca y Noruega comenzaron a abrirse nuevamente, ha habido una creciente crítica sobre la respuesta de Suecia, tanto dentro del país como entre sus vecinos.
El jefe de salud pública de Noruega, Frode Forland, dijo que Suecia se había centrado demasiado en modelos históricos de virus, mientras que sus vecinos prefirieron medidas de cuarentena estrictas.
Annika Linde, la epidemióloga sueca que solía asesorar al gobierno en el pasado, cree que Suecia respondió mal y debería haberse centrado en tres cosas:
Según los medios suecos, Tegnell y su familia fueron objeto de amenazas por correo electrónico el mes pasado.