Desde hace siglos, China consume y comercializa carne de animales silvestres o exóticos.
Esta industria quedó en el foco de la polémica luego de que surgieran sospechas sobre el origen del brote del nuevo coronavirus que tiene en vilo al mundo entero.
Se cree que pudo comenzar en un mercado de comercialización de animales silvestres en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei, en el este de China, a fines del año pasado.
El gobierno chino prohibió en febrero el comercio de carne de animales silvestres y exóticos en todo el país.
Pero las organizaciones de conservación aseguraron al corresponsal de Medio Ambiente de la BBC, Navin Singh Khadka, que las medidas no alcanzan, ya que todavía se permite el comercio de productos de vida silvestre para su uso en medicinas, ropa y adornos chinos.
Los conservacionistas dicen que estas exenciones a la prohibición son como vacíos legales, lo que significa que la compra y venta de carne de animales salvajes todavía es posible.
Y existe la preocupación de que estas exenciones contribuyan a que la carne de animales exóticos se venda en el mercado negro.
“Prohibir es fácil y lo convierte en un gran titular, pero erradicar los hábitos notorios y supersticiosos de comer animales exóticos para la salud o por estatus, y la práctica de criar animales para uso medicinal, profundamente arraigada en la cultura y la historia china durante miles de años, será mucho más difícil”, opinó Wang Xiangwei, analista del diario South China Morning Post (SCMP).
Los animales protegidos como el pangolín y el leopardo pueden seguir siendo comercializados bajo la prohibición, porque partes del cuerpo suelen usarse en la medicina tradicional china.
“Aunque los beneficios medicinales de muchos productos de vida silvestre no han sido probados científicamente, la creencia en el sistema es fuerte”, dijo Terry Townshend, un consultor de conservación de vida silvestre con sede en China y fundador de Birding Beijing.
“Por ejemplo, sé de una familia muy bien educada que tiene dos hijos, uno ha tenido problemas de fertilidad y el otro trabaja en la conservación de la vida silvestre”.
“A pesar de ser muy conscientes de la falta de evidencia científica, el hermano con problemas de fertilidad ha usado escamas de pangolín como último recurso, ya que habían intentado todo lo demás”, aseguró a la BBC.
Debido a la demanda de medicina tradicional, el pangolín está casi extinto en China y ahora es el animal más traficado en el mundo.
Recientes estudios encontraron que los pangolines pueden transportar virus estrechamente relacionados con el que causa la covid-19.
Un trabajo publicado en la revista Nature también dejó en claro que el papel del animal en la actual pandemia no está confirmado.
Casi el 75% de la industria de cría de vida silvestre en China está destinada para la producción de pieles de animales como el visón, el perro mapache y el zorro, según una investigación de la Academia China de Ingeniería en 2017.
“En 2018, 50 millones de animales fueron criados y sacrificados por sus pieles en China”, dijo Pei F Su, director y cofundador de ActAsia, una organización que hace campaña contra la industria de pieles y la cría de vida silvestre en cautiverio en China.
“Los mismos perros mapache, visones y zorros que fueron criados en cautiverio para pieles también fueron vendidos por su carne”.
Los académicos chinos coinciden en que existen tales atajos a la ley.
“Dado que la producción de pieles representa más de las tres cuartas partes del comercio de vida silvestre, si los productos no están totalmente prohibidos en el comercio de pieles, apenas hemos arañado la superficie del uso comercial de la vida silvestre“, opinó el doctor Jiang Jin Song, profesor asistente de la Universidad de Tsinghua, en China.
“Todos nuestros esfuerzos dedicados a la conservación de la vida silvestre serán en vano”.
Una investigación realizada por la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés) en 2012 encontró que los comerciantes que criaban legalmente tigres por sus pieles también vendían ilegalmente sus huesos para medicinas.
La nueva prohibición también tiene exenciones para fines decorativos. Es ilegal comprar o vender carne de pangolín, pero sus uñas se pueden comercializar como decoraciones y sus escamas se usan para medicamentos.
Además de la cría a gran escala de tigres, osos y pitones, China también lo hace con miles de cocodrilos, salamandras y otros animales salvajes.
Los conservacionistas dicen que hay casi 30.000 osos en las granjas de cría chinas.
Los mantienen en pequeñas jaulas y extraen la bilis de sus vesículas a través de un tubo de metal que causa dolor e infección graves.
Los expertos dicen que el tubo de metal es forzado a través de la misma herida repetidamente durante cada sesión de ordeño biliar.
Los osos pueden morir por infecciones u otras complicaciones.
Si bien la cría de osos para la bilis está permitida para uso en la medicina tradicional china bajo la prohibición, los activistas de vida silvestre informaron que los mismos comerciantes ilegales también suministran otras partes del cuerpo para comer.
Las patas de oso en estofado se consideran un manjar en algunas áreas de China.
Se estima que la industria de la cría de vida silvestre creó empleo para más de 14 millones de personas y genera más de US$76.000 millones, según una investigación de la Academia China de Ingeniería.
Pero la pandemia de coronavirus podría haber cambiado el apetito por la carne de fauna exótica en China.
Para muchas personas chinas este tipo de animales exóticos son literalmente “tesoros de las montañas y sabores de los mares”, describió Wang Xiangwei, del diairo SCMP.
Y son sinónimos de riqueza y salud.
Los típicos “tesoros de las montañas”, como los cerebros de los monos y las patas de los osos, son símbolos de estatus para los ricos y la élite.
“Las personas comunes que no pueden permitirse estos manjares raros recurren a animales menos costosos como gatos, perros e incluso ratas con la creencia equivocada de que atiborrarse de ellos puede fortalecer el cuerpo y curar enfermedades”, explica.
Sin embargo, una encuesta reciente en China arrojó que la mayoría de los ciudadanos chinos están en contra de comer animales exóticos.
De los más de 101.000 encuestados, el 97% dijo que se oponía al consumo de productos de vida silvestre y la mayoría también apoyó la prohibición del comercio por parte del gobierno.
Pero la razón principal dada por aquellos que se opusieron a la prohibición de las autoridades al responder la encuesta fue que impacta en la cría de vida silvestre.
La encuesta, realizada por la Universidad de Pekín y otras siete organizaciones, puede no ser representativa de toda la población de China.
Se llevó a cabo en internet y en las redes sociales, por lo que fue respondida por una alta proporción de jóvenes: un tercio de los participantes tenía entre 19 y 30 años.
“Los encuestados eran en su mayoría habitantes urbanos y muchos pertenecían a círculos ambientales, por lo que pueden haber apoyado la prohibición más que la población en general”, dijo Townshend.
Los jóvenes chinos que hablaron con la BBC apoyaron el resultado de la encuesta.
“Definitivamente apoyamos que los mercados se deshagan de los productos ilegales de vida silvestre”, dijo Ji (quien pidió que no se revelara su nombre completo), una estudiante universitaria en Pekín.
“No comemos productos de la vida silvestre en nuestras comidas diarias”, agregó la joven de 21 años.
“A algunos de mis amigos en diferentes regiones del país sus familias les ofrecen cosas como aletas de tiburón, serpientes o tortugas de caparazón porque creen que tienen ciertos nutrientes que son muy valiosos”.
Ji dijo que solía comer ranas toro criadas artificialmente cuando estaba en la escuela secundaria, pero dejó de consumirlas después de descubrir que podría haber parásitos en las ranas.
“Después de este brote de coronavirus, más jóvenes en China dejarán atrás esta práctica arcaica de comer carne de animales silvestres”.
Esta no es la primera vez que el gobierno chino impone una prohibición para el comercio de carne de animales silvestres o exóticos.
También lo hizo en 2003 después del brote de SARS en China, que provocó la muerte de más de 800 personas y se esparció por el mundo contagiando a unas 8.000. Pero a los pocos meses relajó la medida.
Sin embargo, esta vez, algunos movimientos parecen más prometedores, dijeron los activistas.
“Desde el surgimiento de la enfermedad covid-19, el gobierno chino ha investigado más de 600 casos de delitos contra la vida silvestre y, con suerte, este mayor enfoque en la aplicación de la ley se convertirá en la norma”, dijo Yuhan Li, un investigador de vida silvestre de la Universidad de Oxford que estudió la política de vida silvestre del gobierno chino después del brote de coronavirus.
Pero las organizaciones de conservación alertan de que estas exenciones por razones de medicina tradicional, pieles y ornamentales alentarán el comercio ilegal de carne de animales salvajes.
“Son los vacíos legales los que aún representan problemas serios. Estamos realizando investigaciones ahora”, aseguró a la BBC Zhou Jin-Feng, secretario general de la Fundación de Conservación y Desarrollo Verde de China, una organización respaldada por el gobierno.
“Además de la prohibición de comer vida silvestre, todos los demás usos de estos animales también deberían parar”.
Los ojos están puestos ahora en la ley de protección de la vida silvestre de China que se supone que se enmendará pronto.
“Si esa enmienda no aborda esos vacíos, esta será una verdadera oportunidad perdida”, opinó Jin-Feng.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, un importante grupo internacional de conservación, está de acuerdo.
“China debe garantizar que la ley revisada venga con estrategias de aplicación fortalecidas para evitar que el comercio ilegal de vida silvestre continúe en la oscuridad”, dijo Aban Marker Kabraji, director regional para Asia.
Pero hay otra preocupación: el deterioro de la economía regional.
Cerrar esas granjas de cría de animales exóticos y cortar la cadena de suministro puede ser toda una complicación para el gobierno chino y para una gran parte de la población.
“En particular, muchas de esas granjas están ubicadas en regiones rurales pobres donde las autoridades locales vieron este comercio como una forma de sacar a la gente de la pobreza“, detalló Wang Xiangwei, del SCMP.
Las autoridades chinas establecieron para fines de 2020 una fecha límite para elevar a todas las personas por encima de la línea oficial de pobreza.
Pero con el cierre de estas granjas, que representan una gran fuerza laboral y en un momento en que se observa una desaceleración de la economía exacerbada por el brote de coronavirus, alcanzar el objetivo de reducción de pobreza puede ser complicado.